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"Volver a empezar" | 40 años del rodaje del primer “Oscar” a una película española

La “Champions” del Sporting

Tras recibir el “Oscar”, José Luis Garci realizó el saque de honor en un partido en El Molinón, con la plantilla celebrando la obtención de la estatuilla como si fuera un trofeo deportivo

Los jugadores del Sporting levantan el premio “Oscar” antes del inicio del partido ante el Atlético.

El “Oscar” de “Volver a empezar” tiene algo de gesta deportiva. No es solo porque el Sporting tenga un peso específico en la película, sino por las propias circunstancias en las que la película de José Luis Garci acabó imponiéndose a producciones de más calado y procedentes de cinematografías más consolidadas. “Volver a empezar” era como uno de estos equipos que de cuando en cuando retan a los grandes, a esa élite que expolia a los humildes y sueña con superligas cerradas, y salen vencedores.

En aquella edición de los “Oscar”, el gigante era alemán: “Das Boot”, la claustrofóbica película de Wolfgang Petersen sobre la peripecia de un submarino alemán en la II Guerra Mundial. El filme arrasó en las pantallas de todo el mundo como si fuera el Bayern de Múnich de Beckenbauer, y a los americanos, que esto de las películas de submarinos les gusta mucho, se rindieron a su intensidad. Pero resulta que en Alemania Occidental no acababa de gustar que la película pasara de puntillas por el hecho de que, al final, se trataba de un submarino nazi. Acaso por esa razón, los alemanes no postularon el filme a la categoría de Mejor película extranjera, lo que propició una situación inverosímil: “Das Boot” recibió seis nominaciones a los “Oscar”, incluida la de Mejor director, pero no pudo aspirar al que tenía más franco, el de Mejor película extranjera. Más o menos, lo mismo que pasaría con “Hable con ella”, de Pedro Almodóvar, veinte años después, aunque al menos el español se llevaría el “Oscar” al Mejor guion original. “Das Boot” se quedó a cero.

A la derecha, Redondo, Garci, Pepe Ortiz y Ruiz.

Con la favorita encallada en la dársena, las opciones de “Volver a empezar” eran un poco mejores, pero distaba mucho de entrar en las quinielas. Enfrente estaban la nicaragüense “Alsino y el cóndor”, de Miguel Littin; la sueca “El vuelo del águila”, de Jan Troell y con un tremendo Max Von Sydow; la soviética “La vida privada”, de Yuli Raizman; y la francesa “1.280 almas”, de Bertrand Tavernier. Pero, como si fuera aquel mítico Nottingham Forest de Brian Clough, “Volver a empezar” se impuso a todas ellas y el 11 de abril de 1983, José Luis Garci recogía en el Dorothy Chandler Pavillion de Los Ángeles el primer “Oscar” a la Mejor película extranjera que recibía una producción española.

Desde la izquierda, de pie, Redondo, Rivero, Maceda, Joaquín, Mesa y Jiménez; agachados, por la izquierda, Abel, Cundi, Ferrero, Garci, Eloy Olaya y Esteban. |

El destino quiso que unos pocos días después, el 17 de abril, visitase el estadio de El Molinón nada menos que el Atlético de Madrid: era la reedición del mismo partido que Garci había inmortalizado en su película. Así que, aquella tarde de domingo, el director, con el “Oscar” en la mano, realizó el saque de honor del partido. Sobre el césped del Molinón, Garci se fotografió con los dos equipos, y cedió la estatuilla los capitanes del Sporting, Ruiz y Redondo, que hicieron piña con sus compañeros y levantaron el “Oscar” como si fuese aquella Liga que se escapó en el 79, o la copa que se perdió justo un año antes en Pucela, ante el Madrid de los Stielike, Del Bosque, Juanito y Santillana. Como si fuese una de las dos Copas de Europa del Forest.

Después, en el partido, el Atlético se impuso por 2 a 3, pese a que Maceda clavó dos testarazos. Tras el encuentro, Vujadin Boskov, el “míster” sportinguista, se quejó amargamente por un penalti no señalado al atlético Ruiz, que sacó la mano a pasear en medio del área. Pero Garci, que es más colchonero que el oso del escudo, seguramente sonrió complacido por la victoria atlética y por la curiosa simetría: en el partido que grabó para la película, en octubre del 81, el Sporting se había impuesto por 3 a 2.

José Luis Garci hace el saque de honor en presencia de Redondo y el árbitro José Merino González, que dirigió el Sporting Atlético de Madrid en 1983.

El aficionado sportinguista, en todo caso, no se fue para casa infeliz. Se había perdido el primer partido de la temporada en El Molinón, sí, pero en pleno abril, y además el club había celebrado su “Champions” particular: el Sporting era el primer club de fútbol del mundo que podía presumir de tener un “Oscar”. Aún hoy, solo otro club puede presumir de tal logro: el Racing de Avellaneda, de especial relevancia en la trama de “El secreto de sus ojos”, de Juan José Campanella, que ganó la estatuilla a la Mejor película extranjera en 2009. Pero este premio tiene truco: la vertiginosa escena del estadio, con un impresionante plano secuencia que comienza en el aire y termina sumergiendo al espectador en las gradas, se rodó en realidad en estadio Tomás Adolfo Ducó, el campo de Huracán. Pero esa es otra historia.

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