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Por la izquierda, Félix Mateos, Laureano Lourido y Germán Flor Blanco.Marcos León

El Musel presenta un informe que liga el carbón en la playa al “Castillo de Salas”

El estudio, que analiza 12 muestras, la orografía marina y el oleaje, descarta la actividad portuaria como origen de las manchas en San Lorenzo

Un estudio efectuado mediante el análisis del oleaje, la orografía marina y 12 muestras de carbón, concluye que el origen de las avenidas que periódicamente tiznan la playa de San Lorenzo son las 99.722 toneladas que transportaba el buque “Castillo de Salas” cuando se partió en dos frente al Cerro de Santa Catalina, en 1986. Se trata del informe encargado por la Autoridad Portuaria de Gijón a los geólogos Germán Flor Blanco, de la Universidad de Oviedo y Félix Mateos, de la empresa GEA Asesoría Geológica, cuyas conclusiones entran en contradicción abierta con las del estudio elaborado para el Ayuntamiento por el Instituto de Ciencia y Tecnología del Carbono (Incar), en el que se analizaron cerca de 200 muestras y que apunta a El Musel como el probable origen de la mayoría del carbón que hay en la playa.

Mientras el informe del Incar, adelantado por LA NUEVA ESPAÑA, afirma que el 75,3% del carbón que hay en la playa es imposible que proceda del “Castillo de Salas”, el estudio presentado ayer por el Puerto sostiene que el 89,25% de los granos del carbón de las manchas de 2018 y 2020 son compatibles con el “Castillo de Salas”, porcentaje que eleva al 100% en las partículas más gruesas. Estas conclusiones, presentadas ayer por los dos geólogos, acompañados por el presidente de El Musel, Laureano Lourido, y tras haber informado del mismo en el consejo de administración de la Autoridad Portuaria, desliga las machas de la playa de la actividad portuaria, tal y como ya había informado este periódico.

La tesis del estudio encargado por el Puerto en otoño de 2019, se fundamenta básicamente en dos cuestiones. Una de ellas es que el carbón que cae a las aguas portuarias no sale de las mismas por la diferencia de cota entre las dársenas de El Musel en las que atracan los barcos carboneros (de 22 metros de profundidad) y el fondo rocoso de la bahía gijonesa (de entre 14 y 16 metros). “Cualquier partícula que va por el fondo, tendría que superar una pared de ocho metros para lo que necesita mucha energía, es decir, olas a partir de cinco metros, mientras que en la dársena son sólo de 0,4 metros, por lo que esa energía no se produce”, explicó ayer Germán Flor.

La otra clave argumental es que las muestras que recogieron para su análisis en la playa coinciden en su mayor parte con las que extrajeron con buzos de dos de los “nueve yacimientos” de carbón que hay diseminado frente a Gijón procedente del Castillo de Salas, según explicaciones de Germán Flor.

Félix Mateos añade además que es falso que el “Castillo de Salas” transportara sólo cuatro tipos de carbón, ya que como se clasifican a nivel industrial los tipos de carbón es en función de los promedios de sus características, pero a nivel científico, de análisis microscópico, los subtipos de carbón de una misma mina son mucho mayores.

“Siempre hemos oído que el ‘Castillo de Salas’ traía cuatro tipos de carbones y no es así”, apuntó Félix Mateos, quien agrega que “se ha considerado tradicionalmente que cuando se trae un carbón de una determinada mina, ese carbón tiene un sello identificativo exclusivo y es un solo tipo de carbón y esto no tiene nada que ver con la realidad cuando saltas del ámbito industrial donde se trabaja con miles de toneladas al ámbito científico, cuando estamos estudiando a escala de grano”, dado que un trozo de carbón está compuesto por varios subtipos distintos, remarcó.

En base al análisis de un componente del carbón denominado vitrinita, encargado a un laboratorio estadounidense, los autores del informe concluyen que en las dos muestras recogidas por buzos, –con granos angulosos en vez de redondeados como el de la playa– atribuidas al “Castillo de Salas”, se encuentra nueve clases distintas de granos de carbón, mientras que en las muestras recogidas en la playa (en la zona occidental) se encuentras granos de 13 clases distintas, todos ellos hullas. Esto no significa, según este estudio, que las clases de carbón que no aparecen en las muestras atribuidas al “Castillo de Salas” no pudieran proceder del mismo, dado que sólo se recogieron muestras en dos de las nueve zonas en las que el barco desparramó su carga.

El estudio concluye que el carbón de las manchas es “en un porcentaje muy elevado” compatible con el del Castillo de Salas, si bien “la composición de las manchas no evidencia un único origen” y que con independencia de su procedencia, la misma no es la actividad reciente en los muelles, dado que el carbón que llega a la playa con los temporales ha pasado un largo periodo de tiempo sumergido, décadas, en opinión de Germán Flor.

El informe también sostiene que la presencia de partículas encontradas que no componían el cargamento del “Castillo de Salas”, como el coque, podían ser restos que habían quedado en la bodega del barco de viajes anteriores al de su hundimiento “algo no del todo infrecuente en este tipo de actividades”.

El informe también resalta que las manchas de carbón están compuestas por gravas y arenas gruesas o medias, lo que apunta a que no han sido arrastradas por el viento de las áreas de acopio de El Musel, debido a su tamaño.

Germán Flor también apuntó que si el carbón de las manchas de San Lorenzo procediera de El Musel, debería encontrarse en las playas de Poniente y El Arbeyal, algo que prácticamente no ocurre. Añade que “antes del Castillo de Salas se veía muy poco carbón y de forma muy dispersa dentro de la bahía” de San Lorenzo.

Un momento del acto.

El Puerto invierte del orden de 4 millones de euros al año en mejoras medioambientales

El presidente de El Musel, Laureano Lourido, apuntó ayer que “la Autoridad Portuaria sigue comprometida con el medio ambiente. Tenemos un plan de inversiones aprobado en 2020 que alcanza hasta 2023 y en junio aprobaremos otro hasta 2024”. En el actualmente vigente están contempladas inversiones que suman 12,8 millones de euros, esto es, más de cuatro millones anuales.

Lourido resaltó el “compromiso que tiene el Puerto de Gijón en avanzar hacia una mejor calidad del aire y de las aguas en el entorno portuario”, en una colaboración “total” con el Principado y el Ayuntamiento dentro del plan de calidad del aire para el oeste de Gijón.

Entre las mejoras que se van a acometer están una barrera cortavientos de 500 metros entre Ebhisa y su explanada trasera; una barrera vegetal de 160 metros en el Muelle Norte y acabar el acondicionamiento de dicho muelle, pavimentaciones, el cierre perimetral de la Avenida de Eduardo Castro y actuaciones de eficiencia energética.

La recuperación de Arcelor hace crecer los tráficos de El Musel hasta mayo

La recuperación de la actividad de las factorías de ArcelorMittal han permitido que aumentaran en un 2,34% los tráficos de El Musel en los cinco primeros meses del año respecto al mismo periodo de 2020, según informó ayer la dirección portuaria al Consejo de Administración.

Entre enero y mayo se movieron en total 7,18 millones de toneladas por El Musel, de las que más de la mitad, 4 millones, lo fueron por la terminal de minerales Ebhisa. En esta última, crecieron las descargas de mineral de hierro y carbón siderúrgico en un 71,23% hasta totalizar los 3,35 millones de toneladas (2,5 de mineral de hierro).

Ese incremento compensó el brusco descenso en el tráfico de carbones térmicos, debido fundamentalmente a la crisis de NMR, actualmente en preconcurso de acreedores. Así el carbón térmico descargado en Ebhisa, 653.000 toneladas, cayó en un 36,81% respecto a los cinco primeros meses de 2020. La caída fue aún más acusada en los muelles comerciales, por los que se movieron 789.000 toneladas de carbón térmico, un 61,20% menos que las más de dos millones del mismo periodo del año pasado.

El tirón de Arcelor también se notó en la exportación de productos siderúrgicos, que entre enero y mayo exportó por El Musel 235.000 toneladas como carga general (sin contar la contenerizada) lo que supone un 16,13% que sus exportaciones en el mismo periodo del año pasado. Aparte de las de Arcelor, se movieron otras 43.000 toneladas de productos siderúrgicos por El Musel.

Los contenedores sufrieron en los cinco primeros meses un descenso del 6,51% en toneladas y del 12,73% en TEU. Los graneles líquidos aumentaron en un 39,12%.

Por otra parte, el Consejo dio luz verde al expediente para aglutinar en un solo edificio el control fronterizo de mercancías. El edificio, de 13.200 metros cuadrados, se ubicará en La Osa y se licitará en 3,53 millones de euros. 

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