Acondicionar una superficie de más de 140.000 metros cuadrados para retomar la actividad, eminentemente práctica, en medio de una pandemia sanitaria supuso todo un reto para el Centro de Seguridad Marítima Integral Jovellanos, con sede en Veranes, pero del que han salido reforzados a juzgar por el positivo balance de este último curso en el que han contado (hasta junio) con alrededor de 4.500 personas. “Ha supuesto un esfuerzo importante desde que reabrimos en junio del año pasado y que exigió una gran preparación previa, además de los inconvenientes logísticos que fuimos viendo y que tuvimos que ir solventando día a día, pero estamos satisfechos, después de un otoño duro, porque hemos tenido mucha más demanda. Otros años estábamos entre 3.200 o 3.500 personas”, confiesa Julián Camus Bergareche, director de este centro de formación en seguridad marítima, portuaria e industrial –referencia a nivel nacional e internacional– que enfoca sus labores a profesionales del sector marítimo, salvamento y colectivos en lucha contra la contaminación.
La docencia pudo resurgir con la creación de grupos burbuja o la ampliación de los vestuarios para garantizar todas las medidas de seguridad sanitaria en los momentos en los que los usuarios tuvieran que prepararse para las sesiones prácticas. También cerrar las aulas pequeñas y utilizar solo las más amplias para la formación teórica. De esta forma, se retomaron los cursos relacionados con la supervivencia en el mar, la contaminación marina ola lucha contra incendios, entre otros. Uno de sus puntos fuertes es un simulador de gestión de crisis, con realidad virtual, en el que los matriculados “diseñan una emergencia a la que deben ir dando respuesta para avanzar, llegando hasta donde ellos quieran”, señala Camus.
Otra de las joyas del Centro Jovellanos, en constante renovación e innovación para seguir a la cabeza internacional de la formación en seguridad (ahora están dando curso hasta en Dubái), es un simulador de control de tráfico portátil, por el que ya les han llovido ofertas. “Los que llevan el control de todo el litoral tienen que hacer formación cada cinco años aquí, entonces era complicado mover a cerca de 300 personas para prácticas y ejercicios, y dándole vueltas nos propusimos ir nosotros a ellos. Tras dos años de trabajo y un complejo software logramos crear ese simulador. No hay en el mundo nada igual”, afirma, satisfecho, Camus. Y en la misma línea innovadora, y con la ayuda de Jesús Loza, jefe del área de cursos especiales, está la reutilización del fuselaje de dos helicópteros que utilizan para impartir “formación en situaciones de emergencia lo más realistas posibles”. Algo que adquiere vital importancia ante “el déficit de formación en cuanto a emergencias aéreas”.
El Centro Jovellanos, además, mira al futuro con optimismo, apostando por la innovación y, al mismo tiempo, “por proyectos importantes de sostenibilidad y eficiencia”. “Llevamos 28 años en Veranes, y debemos ir dando pasos, buscando soluciones sostenibles para reducir el consumo”, anuncia Camus.
