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"Semana negra"

“Me ayudan recuerdos de delitos y juicios”

“En la época del terrorismo en el País Vasco había como una especie de pudor a escribir novela negra”

Juan Infante, con su novela “Sospechosos”.

Juan Infante (Bilbao, 1951) llega a la “Semana negra” con “Sospechosos”, una nueva novela negra, con la editorial Eiren, que continúa las obras “Atrapado” (2018) y “El precio del silencio” (2019). Abogado y escritor, Infante disfruta de su visita a Asturias, una región muy cercana para él, a la que llega para reivindicar la literatura vasca: “Hay muy buenos y abundantes escritores”.

–“Sospechosos” es la tercera novela de la saga del gánster Tomás Garrincha, ¿qué tiene de especial esta entrega?

–No hay que leer las dos anteriores para seguir la historia. Hay personajes comunes. Está Garrincha, un narcotraficante retirado, que tiene la capacidad de complicarse la vida, porque le piden que resuelva temas que conoce por su historial delictivo. “Sospechosos” se planta en una boda, en la que Garrincha es el padrino de una chica que se casa con un futbolista del Athletic de Bilbao, de una familia de mucho postín. En la misma boda, por intentar ayudar a esa familia, Garrincha se va a complicar mucho la vida. Y tiene de especial la participación de nuevo los dos inspectores de la Ertzaintza, que vuelve a colisionar con Garrincha.

–¿Es la intriga más difícil de resolver?

–Sí. No se trata como en las otras novelas de un secuestro o un chantaje. En este caso se empieza con un crimen, y hay que averiguar quién ha sido. Enlaza un poco con el modelo de las novelas clásicas británicas. El lector tiene varias opciones, y hasta el final no se resuelve.

–El fútbol y el Athletic vuelven a aparecer como protagonistas, casi con un emblema de la ciudad.

–En este caso no tiene el mismo protagonismo. Podía ser jugador del Athletic, como un ingeniero de Iberdrola. Sí que buscaba alguien de referencia en la ciudad, pero sin entrar como en la novela anterior en los derechos de imagen y publicidad que tienen los futbolistas.

Juan Infante, con su libro.

–Participa en la “Semana negra” junto a otros autores vascos. ¿Qué importancia tiene la literatura vasca?

–En la época del terrorismo había una especie de pudor a hacer novela negra. Que el crimen fuese el elemento fundamental de las tramas era algo que parecía que se esquivaba. Ahora se ha normalizado, hay muy buenos y abundantes escritores. El País Vasco da mucho juego para la novela negra. En muchos casos los protagonistas son de la policía vasca, y de paisajes y escenarios conocidos aquí, que el lector del País Vasco identifica y le enganchan.

–¿Ser abogado le ayuda para disfrutar a la hora de escribir sobre novela negra?

–A mí sí. Escribo de un sitio que conozco, como es Bilbao. Me interesa mucho reflejar algo que controlo. Haber trabajado de abogado muchos años y conocer penal, me hace saber cómo funcionan los policías, el mundo del delito y también las víctimas. Siempre me acuerdo de alguna historia que me ha quedado grabado, un juicio, interrogatorio, que me puede ayudar.

–Tiene relación familiar y laboral con Asturias.

–Mi cuñado es de Gijón. Conozco amigos suyos y he estado allí, y en otras partes como Avilés. Asturias y el País Vasco son muy parecidos. Recuerdo haber trabajado en Asturias, cuando el crimen de La Pedrera en Villaviciosa, un tema de narcotráfico, con gente conocida de la sociedad asturiana.

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