“El año pasado era lo esperado, pero este todavía se hace más raro”. El razonamiento lo hizo Eduardo Alcázar, el presidente de la asociación de festejos de Caldones, donde ayer se vivió una celebración por las fiestas de la Virgen del Carmen algo más descafeinada de lo habitual. Con voladores y una pequeña procesión alrededor de la parroquia de San Vicente, medio centenar de vecinos se congregaron al son de la gaita con el deseo de retomar los festejos el año que viene. Casi igual que en Somió, donde a la misa sacramental en la iglesia de San Julián le siguió la actuación de la asociación de coros y danzas “Jovellanos”.

La cita en Caldones, a pesar de las restricciones, fue llamativa gracias a la procesión de la Virgen alrededor del templo antes de la misa que ofició el párroco Maximino Canal. Por ese lugar se dejaron ver Carmen Ordiales, María Nieves Menéndez, Isabel Pérez y Marisa Canellada, cuatro mujeres nacidas y criadas en la parroquia. “Somos de aquí de toda la vida”, expresaron. Todas, aunque ya vacunadas, se cuidaron mucho de mantener las distancias. Y, como el resto de los presentes, desearon estar el año que viene volviendo a participar en los muchos actos que organiza la asociación de festejos en un julio sin virus. “Estas son las fiestas de la tierra que nos vio nacer, así que tienen mucho valor”, remarcaron.

La Asociación de Coros y Danzas “Jovellanos”, actuando en Somió.

Uno de los actos más llamativos que se celebra en Caldones cuando no hay pandemia es la final del concurso de sidra casera del concejo. Un evento que este año, como el anterior, no se realizó. Como tampoco se realizó en Somió el tradicional concurso de perros que suele tener lugar el sábado festivo. En la parroquia también se anuló la marcha la tradicional alborada, el desfile de tractores por los diez barrios de Somió. Ayer, tan solo se pudo celebrar la misa sacramental en la iglesia de San Julián, oficiada por el sacerdote adscrito al templo, Luis Muiña, y por el vicario de Gijón-Oriente, José Ángel Pravos.

“La iglesia estaba llena, pero se respetaron las distancias”, remarcó Soledad Lafuente, la presidenta de la asociación de vecinos, que en las próximas semanas, los jueves, irá entregando las tradicionales jarras de barro, uno de los artículos más tradicionales y apreciados por los vecinos. “Llevamos muchos años entregándolas y hay gente que las colecciona”, puntualizó Lafuente, que disfrutó como el resto de los residentes de la parroquia de la actuación folclórica de “Jovellanos” en un día de la Virgen del Carmen en el que las celebraciones fueron más flojas, pero muy apreciadas.