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El Palacio de Revillagigedo: aniversario entre dudas e infrautilizado

El espacio cumple 30 años como centro cultural sin un modelo claro | “Falta responsabilidad social”, lamentan los expertos

Palacio Revillavigedo. Marcos León

En un mar de dudas sobre sus futuros usos, el Palacio de Revillagigedo, símbolo y referente arquitectónico de Gijón, cumple hoy 30 años como centro internacional de arte. Lo hace sometido a las críticas que expertos culturales y políticos hacen de la gestión del equipamiento debido a su infrautilización por parte de sus responsables. “Estamos ante una de las maravillas de la ciudad. Es una pena que no se disfrute de todo su potencial”, coinciden los especialistas.

Actualmente, la propietaria del edificio es Unicaja Liberbank, que lo controla a través de la Fundación Cajastur, con autonomía de funcionamiento. A pesar de que la entidad bancaria ha declarado que se encuentra abierta a cualquier propuesta para las instalaciones, el uso y disfrute del palacio parece limitado desde hace tiempo a citas puntuales (ahora está ocupado por una exposición sobre dinosaurios del Festival Metrópoli). El Ayuntamiento, que negoció con la propiedad hace más de año y medio tomar el control del inmueble (rechazó la operación por su elevado coste) tampoco ha sabido dar una respuesta.

El palacio, construido en el siglo XVIII, pasó a ser empleado como centro cultural en 1991, cuando llevaba cerrado 40 años. La primera muestra que albergó corrió a cargo del escultor vasco Eduardo Chillida, que exhibió unos 200 trabajos. A su éxito le siguieron muchos después, hasta que el espacio se convirtió en un referente artístico y cultural en el Norte de España. Pero el espacio ha terminado perdiendo peso durante los últimos años, en un proceso no iniciado pero sí acelerado por la pandemia de coronavirus.

De cara a reactivar la infraestructura, Luis Feás, presidente del Instituto de Arte Contemporáneo (IAC) en Asturias, aboga por que la Fundación Cajastur cumpla con su “responsabilidad social y cultural” y dedique el palacio a albergar “de forma permanente” su propia colección de arte. Siguiendo esta línea, propone que el edificio acoja la colección de arte de la Fundación, catálogo que “abarca desde los años 50 del siglo XX hasta obras estrictamente contemporáneas”. “Es un lugar completamente desaprovechado para los gijoneses y no gijoneses”, indica.

En la misma línea se manifiesta la gestora cultural Semíramis González, que exige responsabilidades a la Fundación Cajastur. “Si no se hace cargo de un espacio que es suyo, lo mínimo es facilitar su gestión”, explica. No obstante, matiza que lo esencial es que el palacio revierta su condición de “infrautilizado”, además de incidir en que no cuenta con una “programación clara”, hecho para el que se debería encontrar solución. En cuanto al Ayuntamiento y su deber al respecto, González propone que el gobierno local impulse que se celebren actividades “apoyadas en el sector” y sugeridas por “críticos, comisarios y artistas”.

Desde los diferentes grupos de la oposición, también lamentan que la joya barroca de Gijón no tenga la importancia que debiera poseer. Ana Isabel Menéndez, concejala de Ciudadanos, enfatiza la idea de que debe existir una “mayor colaboración” entre las partes implicadas para “poner en valor” el edificio. Además, remarca la necesidad de que el plan de uso de la infraestructura sea totalmente claro. “Antes de la pandemia, algunas de las exposiciones no parecían todo lo adecuadas que debieran ser”, afirma en este sentido. En cuanto a la labor de la fundación, Menéndez reprocha cierta falta de implicación cultural. “Desde hace muchos años, su participación se limita, casi exclusivamente, a contenidos sociales”, afirma.

Jesús Martínez Salvador, desde Foro, lamenta que la actividad del palacio sea “mínima, casi inexistente”. “El Palacio de Revillagigedo no deja de ser un edificio precioso, pero no contiene nada en su interior que llame a visitarlo”, comenta. Por este motivo, Foro urge que Unicaja Liberbank se comunique con el Ayuntamiento a través de la fundación. Todo ello, con el fin de “devolver el edificio a los gijoneses”.

En el seno del PP gijonés, el protavoz, Alberto López-Asenjo, destaca que su partido ha realizado una petición para conocer qué sucede con el catálogo de obras de arte de Liberban. “Sin embargo, el PP ha obtenido la callada por respuesta”, lamenta el concejal. “No solo existe falta de interés, sino también de transparencia, amparada esta por el silencio del Ayuntamiento y del gobierno del Principado”, advierte López-Asenjo. Además, contrapone que se estén haciendo “grandes anuncios” sobre el futuro y presente de Tabacalera con la idea de que existan, en Gijón, “edificios tan emblemáticos” como el Palacio de Revillagigedo, cuyo “nivel de utilización” resulta “insuficiente”. En esta línea, indica que el gobierno local debería tener claro “lo que quiere hacer con este edificio”.

La portavoz municipal de Podemos, Laura Tuero, afirma que el equipamiento de la obra arquitectónica debería estar integrado en un “plan de espacios culturales” que, a su vez, contemple la presencia de LABoral Centro de Arte y Tabacalera, entre otros lugares. No obstante, lo fundamental, según su punto de vista, es “promover un debate público sobre la titularidad y los usos del Palacio de Revillagigedo, fomentando el cuidado y la difusión de la colección de arte de la fundación Cajastur”. También, la realización de actividades que lleven aparejadas cierto “beneficio social” para la ciudad.

Por último, Eladio de la Concha, portavoz municipal de Vox, también alude a Tabacalera: “No tiene visos de estar en disposición de acoger ningún tipo de actividad”. Así, se antoja más necesario si cabe que se produzca “una cesión de la gestión de las instalaciones” a favor del Ayuntamiento o, en su defecto, que se produzca una colaboración “público-privada” para la utilización de esta joya arquitectónica.

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