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Los niños de la guerra se ponen cara en Gijón

El tributo a los gijoneses que zarparon hacia la URSS en 1937 se completa con un panel de fotos que dará soporte a una muestra

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Homenaje a los niños y niñas de la guerra en El Arbeyal Ángel González

Noventa y cinco fotos expuestas en la explanada de la playa de El Arbeyal reflejaban esta mañana la incertidumbre de aquellos niños que el 23 de septiembre de 1937 partieron desde el puerto de El Musel con destino a la Unión Soviética para huir del terror de la Guerra Civil. “Son las imágenes más próximas a las edades que tenían cuando partieron. Queremos que miren esos ojos, de aquellos que salieron sin saber cuál era el destino que les esperaba”, reflexionó Tatiana Velázquez, presidenta de la asociación Niños y Niñas de Rusia, durante el homenaje, con ofrenda floral incluida, a esos pequeños, que se realizó junto a la escultura de Vicente Moreira. Las imágenes se retiraron después, pero se usarán para una exposición en primavera en un lugar aún por determinar. “Es un acto de memoria, solidaridad y cariño hacia aquellos refugiados que se fueron de aquella brutal guerra tras el golpe fascista contra la legalidad de la II República”, describió, por su parte, José Manuel García Villar, de la asociación Lázaro Cárdenas, colaboradora en el acto junto al Ateneo Obrero.

Beatriz Ángeles Cuesta señalando la imagen expuesta de cuando partió con sus hermanos Joaquín y Adelina. Ángel González

La música acompañó hoy el recuerdo a esos niños migrantes de la mano del dúo “Amati”, integrado por Nacho Alonso, con el chelo, y Ana Fernández, al violín, que además del “Bella Ciao” de entrada y el “Asturias patria querida” de epílogo, interpretaron “Las Grullas”, una canción popular rusa que hasta hizo llorar a Beatriz Ángeles Cuesta Andrés, ahora de 91 años. “Salí de El Musel con siete años, junto a mis hermanos, Adelina, de 9 años, y Joaquín, de 12. Él se fue al frente con 15 años, cuando Leningrado estaba rodeada. La llegada a la URSS fue una maravilla, algo extraordinario. Con muy buenos recuerdos”, afirmó esta niña de la guerra que, “tras una vida hecha en Rusia”, pudo volver a España en 1972. Se mantiene con plena lucidez y gran simpatía para recordar aquellos avatares que todavía ponen vidriosos sus ojos. “Con la canción de ‘Las Grullas’, que es preciosa, me he emocionado mucho”, reconoció Beatriz Ángeles Cuesta.

Los niños de la guerra se ponen cara en El Arbeyal Ángel González

El suyo no es el único testimonio vivo de aquel viaje que cambió para siempre la vida de centenares de niños asturianos. Dolores Fernández Sánchez, abuela de violinista del acto, acierta todavía a asegurar que estuvieron “lo mejor posible” en Rusia, país al que partió cuando tenía 10 años. Allí se casó, y su hija, Vika Hernández, que ayer la acompañó al acto en El Arbeyal, llegó al mundo en Asia Central. Dolores Fernández, ahora con 94 años, estudió ingeniería en la universidad Bauman de Moscú y aún hoy se muestra agradecida por la acogida por el país soviético. Las voces de Dolores Fernández y Beatriz Cuesta sirvieron ayer como ejemplo fidedigno para entonar el recuerdo de todos los niños que tuvieron que huir a Rusia por el conflicto bélico. “Debemos difundir hasta la saciedad lo que vivieron”, aportó Salomé Díaz Toral, edil de Memoria Histórica.

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