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Los pisos turísticos, con casi 4.000 plazas, ya superan a las habitaciones de hotel

La pandemia de coronavirus consolida los alojamientos vacacionales, con 819 registrados: “Hubo bajas, pero muchos están volviendo”

Apartamentos turísticos en la calle Los Moros. | Juan Plaza

Las viviendas de uso turístico se han convertido en Gijón en el principal tipo de alojamiento para visitar la ciudad. Según los datos de la oficina municipal de turismo, hay registrados 819 pisos que ofrecen aproximadamente 3.960 plazas. Esa cifra ya supera ampliamente las 2.470 habitaciones de los 51 hoteles de la ciudad, que siguen siendo la referencia en cuanto al número total de plazas, con 4.372, a las que hay que sumar aproximadamente otras 2.417 que salen de pensiones, campings y residencias universitarias. La flexibilidad y el no tener que compartir espacios comunes, un aspecto muy valorado tras año y medio de pandemia, explican el auge de los pisos turísticos. “El visitante busca sobre todo la independencia”, aseguran varios propietarios.

A lo largo de la última década, los alojamientos turísticos se han extendido por muchas ciudades a raíz de la proliferación de portales digitales que simplifican su reserva. Desde hace años, la legislación diferencia entre dos licencias. Son las viviendas de uso vacacional (VUT) y las viviendas vacacionales (VV). La diferencia principal la marca la ley de propiedad horizontal, es decir, si el hospedaje está en una comunidad de vecinos o no. En Gijón constan 756 VUT y 63 VV solamente en el registro oficial que lleva la oficina de turismo.

La pandemia golpeó con dureza al sector turístico, que salvo en los meses veraniegos, apenas pudo acoger visitantes que no llegaran a Gijón por cuestiones de fuerza mayor. Eso provocó que muchos dueños de alojamientos de pisos turísticos decidieran cancelar su licencia, una situación que los buenos datos del verano está revirtiendo. Lo explica Pilar Noriega, que regenta una de las mayores empresas de gestión de pisos turísticos con 40 inmuebles en Asturias, 30 en Gijón. “Hubo una fuga importante, pero la gente está otra vez pidiendo licencias”, asegura.

Gráfico

Gráfico

El registro municipal mide de forma aproximada el número de plazas de los alojamientos turísticos. Evidentemente, tampoco hay un cuenteo de aquellos negocios que funcionan sin licencia. Desde el propio sector se reconoce que hay casos de residencias que funcionar de forma pirata. “Hubo una época en la que todo el mundo quiso hacerse una licencia turística y lógicamente todavía hay mucha gente que no funciona de manera legal”, profundiza Noriega. A esta situación se ha referido también la junta local de Otea Gijón que ha pedido una regulación para este sector por “las molestias que ocasiona a los vecinos” y por considerarlo “una competencia desleal” para el sector hostelero al que también representa Otea.

La eclosión de los pisos de alojamientos turísticos también ha modificado en los últimos años los perfiles de los clientes que se decantan por estos negocios para pasar unos días en Gijón. Cada vez es más variad. Lo cuenta Julio Zapatero, gestor de un piso desde el 2013, en los comienzos del despegue del sector. “En mi caso, el perfil medio es el de familias con niños. En temporada baja, las estancias no suelen pasar de las dos noches, mientras que en temporada media la gente se queda tres o cuatro noches y por el verano, en temporada alta, hay clientes que se pueden hasta diez días”, analiza. Las restricciones por el virus también han precipitado esta variedad, con gente que para sus días de descanso ha elegido por vez primera un piso turístico para alojarse. “En verano, el perfil es del turista puro y duro, pero cada vez hay más gente que reserva por cuestiones de trabajo o porque viene a pasar unos días con la familia”, constata Pilar Noriega.

Sobre la competencia que representan para el sector hotelero, al menos los dueños de negocios turísticos consultados consideran que ambas ofertas son “complementarias”. “Quizás en algunos años sí que podamos ser más competencia, pero ahora creo que somos dos conceptos diferentes de alojamiento”, considera Jesús Casero, que tiene un piso turístico en el centro y otro en Villaviciosa. “La gente que va a un alojamiento turístico busca cosas diferentes a las que hay en los hoteles, como ver la tele o descansar, no solo tener una habitación. El intercambio de opiniones con los clientes, saber de dónde vienen, es algo que también se hace divertido para nosotros”, concreta Zapatero.

Los hoteles siguen, no obstante, representando la principal oferta de plazas en el concejo. En total, hay 16 hoteles de cuatro estrellas algunos de los cuales se encuentran entre los que más habitaciones y plazas ofrecen a los visitantes. Es el caso por ejemplo del Acebos Azabache que tiene 255 plazas repartidas en 138 habitaciones o el del Silken Ciudad de Gijón que tiene 268 plazas en 134 habitaciones. Además hay otros 44 alojamientos turísticos donde se engloban pensiones, campings y residencias universitarias, que vendrían a sumar otras 268 habitaciones sin contar las parcelas para acampar, los bungalows o los apartamentos, que en total hay 83 en todo Gijón.

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