La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Los implicados del “caso Germán” buscan un acuerdo de última hora que evite el juicio

Defensa y acusaciones quieren un pacto “lo más beneficioso posible” para que los cuatro procesados rebajen sus penas y la víctima logre una indemnización

Germán Fernández, abrazando a su madre, Yolanda Fernández, ayer por la mañana, en una terraza de la calle Magnus Blikstad. | Juan Plaza

Más de cuatro años después de que Germán Fernández acabara gravemente herido –y con secuelas de por vida– tras una trifulca en Fomento, tres jóvenes se sentarán en el banquillo como acusados de un delito de lesiones cualificadas y otro de lesiones por los que afrontan doce años de cárcel. El cuarto implicado, Rubén Á. H., que reconoció ser el autor del puñetazo que derribó al camarero gijonés aquella madrugada del 14 de julio de 2017, se enfrenta a 14 años de prisión por los mismos cargos. Pero las partes implicadas en el caso, tanto las defensas como la acusación particular y la Fiscalía, están receptivas a alcanzar un acuerdo que resulte “lo más beneficioso posible para todas las partes”, detallan a LA NUEVA ESPAÑA las fuentes consultadas. Esto es, que los acusados logren rebajar sus penas de cárcel y que la familia de Germán Fernández sea indemnizada para ayudar a sufragar los gastos de recuperación del joven. “Va en buena dirección, pero no hay nada cerrado todavía”, matizan otras fuentes cercanas al caso.

Llegar hasta hoy no ha sido un camino fácil, ni para el propio Germán Fernández, combatiendo cada días sus secuelas, ni para sentar en el banquillo de los acusados a los presuntos responsables de los hechos. Más de cuatro años de espera, de toma de declaraciones, exámenes forenses y distintas diligencias durante una fase de instrucción que llegó a tener hasta tres magistrados distintos al frente. Muchos testigos que había en la zona de Fomento aquella madrugada ofrecían versiones contradictorias y algunos hasta las fueron cambiando y matizando con el tiempo. Fruto de esa amalgama de informaciones se llegó a detener y enviar a prisión provisional a seis jóvenes, más otros dos que buena parte del proceso figuraron como investigados. Uno de ellos, apenas estuvo un día, cuando se desdijo el testigo que le señaló, y otro de ellos salió a las dos semanas por idéntico motivo. Al final, solo cuatro chicos acabaron siendo acusados formalmente –el ya mencionado Rubén Á. H. e Imad A., Yeray R. V. y Jorge Á. G.–, pero los otros cuatro tardaron dos años y medio en ser exonerados de toda responsabilidad.

En las primeras semanas desde lo ocurrido, con Germán Fernández en situación extremadamente grave, fueron muchas las reacciones en contra de la violencia en las zonas de ocio nocturno, exigiendo más seguridad y hasta cámaras de vigilancia. Hubo movilizaciones ciudadanas, muchas de apoyo al joven y a su familia, mientras la Policía Nacional trataba con sus pesquisas esclarecer lo ocurrido. Imad A. y Yeray R. V. fueron detenidos la misma madrugada de los hechos después de que varios testigos recorriesen la zona de Fomento en coche con los agentes.

La detención de Rubén Á. H., vecino de El Entrego, en cambio, no llegó hasta finales de julio. Para entonces, otro de los jóvenes que se vieron relacionados con el caso ya había salido de prisión. Poco después salió otro de los que luego quedaron exonerados. El cuarto arresto, dada la complejidad del caso, no llegó hasta finales de octubre. Jorge Á. G. también fue trasladado a prisión preventiva. Los cuatro que hoy se sentarán en el banquillo fueron los que más tiempo estuvieron privados de libertad por esta causa. Casi dos años.

Desde el Centro Penitenciario llegó la petición de Rubén Á. de declarar voluntariamente y confesar el puñetazo. Un solo golpe, aseguró. Esa revelación no impidió, en cambio, que los otros tres acusados eludieran su responsabilidad a pesar de mantener siempre su inocencia y asegurar que no tocaron al joven. Todos lograron salir de la cárcel antes de que se cumpliesen los dos años que marca la ley, pero con medidas de alejamiento de Germán Fernández, de su familia y de Fomento que durante este tiempo han cumplido. Entre tanto, los forenses determinaban que el camarero gijonés había quedado impedido para vivir de forma independiente por culpa de las lesiones sufridas. Unas lesiones que más de cuatro años después llegan hoy a juicio. Falta saber si habrá acuerdo o tendrán que celebrarse las siete sesiones previstas para conocer la sentencia.

Compartir el artículo

stats