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Los vecinos se plantan contra las catas de fluorita: “Hay todo un valle en juego”

Baldornón, Lavandera, Vega y La Pedrera ultiman su recogida de alegaciones contra una explotación que “arruinaría” toda la zona

Por la izquierda, Desiderio Blanco, María Jesús Suárez, Pepa Geijo, Teresa Geijo, Patricia Winter, Manuel Rodríguez, Lorenzo Linares y Manuel Ángel Fano, vecinos de Baldornón, con Miguel Llanos, de La Pedrera, y Javier Iglesias, de Vega, posando juntos ayer en Caldones con el gran valle que une sus parroquias de fondo. | Juan Plaza

“Nuestro valle es el único reducto de Gijón con calidad medioambiental, y está en juego. No estamos dispuestos a cedérselo a una multinacional”. Los vecinos de Baldornón abanderan la que, esperan, será pronto una rebelión en bloque de la zona rural contra el anunciado proyecto de Minersa, que plantea realizar 23 prospecciones en el valle que une las parroquias de Lavandera, La Pedrera, Vega, Baldornón, Fano y Caldones, principalmente, en busca de fluorita y con la idea de ampliar la explotación de La Collada, en Siero. Entiende la entidad, que ha publicado su estudio de impacto medioambiental, que la explotación tiene “grandes posibilidades de futuro”, pero los vecinos han comenzado ya una campaña de recogida de alegaciones para frenar en seco la propuesta. “Ya tenemos antecedentes que apuntan a que esto no nos favorecerá en nada. Hay casas en Baldornón con grietas por las explosiones”, lamentan los residentes.

En Baldornón hay dos vecinos que aseguran vivir ya en sus propias carnes las consecuencias de vivir cerca de una explotación de minerales. Son Miguel Ángel Fano y María José Suárez, residentes de La Mata. “Las explosiones suenan como debajo de casa desde hace cinco años. Las grietas de mi casa están ahí para verlas”, asevera esta última. Lorenzo Linares, de la asociación de vecinos de la parroquia, explica: “La boca de la mina está en La Collada, pero una de las galerías pasa por debajo de La Mata y esa veta parece que se está agotando, así que ahora quieren hacer prospecciones para ver dónde es el mejor sitio para encontrar más”.

A la izquierda, Antonio Piñera, presidente vecinal de Lavandera, con un grupo de vecinos de la parroquia, ayer, en el campo de la iglesia. | Juan Plaza

Ayer, estos vecinos miraban desde la parte alta de Caldones el gran valle que entienden ahora amenazado en compañía de Miguel Llanos, de La Pedrera, y de Javier Iglesias, de Vega, dos parroquias que se ven igualmente afectadas por las posibles catas y que están también recogiendo alegaciones tanto como asociación como a nivel particular. “El momento de intentar frenar esto es ahora”, advierte el primero. La asociación vecinal de Vega, por su parte, anuncia que apoyará cualquiera de las movilizaciones que plantee Baldornón. “Debemos ponernos de acuerdo y actuar”, explica Carmen Suárez, miembro de la junta directiva, que votará en asamblea sus alegaciones este mes.

Junto a estas tres parroquias, la otra que más se está movilizando es Lavandera. Su vicepresidenta vecinal, Isabel Trabanco, se explica así: “Nuestra posición es de total apoyo a los vecinos de Baldornón, los más afectados, pero también al resto de parroquias. Todas debemos posicionarnos contra esta explotación porque con las casas afectadas de Baldornón ya sabemos cuáles son las consecuencias de que esto salga adelante”. Coinciden los de Lavandera también en que el valle que les une “debe defenderse a golpe de alegaciones”, y tratarán también de frenar las entre tres y cuatro prospecciones –hay dudas con algún límite con Fano– que están previstas en su parroquia. Los vecinos Suárez y Fano advierten: “Por nosotros en su día nadie presentó alegaciones y después ya no se pudo frenar”. Todos los citados lamentan, sin embargo, que su campaña de rechazo haya comenzado sin haber sido citados aún con el Ayuntamiento, quien a su juicio “debe dar ya explicaciones”.

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