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Soraya Calvo Doctora en Educación y sexóloga, abre hoy los actos por el 25N

“Hay ‘youtubers’ con un discurso brutal, son más peligrosos que el porno”

“Cada vez somos más conscientes de lo que es la violencia de género, hay comportamientos que antes pasaban totalmente inadvertidos”

Soraya Calvo abre la puerta de su despacho, en Oviedo. | Miki López

El programa del 25N –Día Internacional Contra las Violencias Machistas– se estrena esta tarde en Gijón bajo el epígrafe “Eres parte de la solución”. Lo hace con la jornada “Violencia de género en jóvenes y adolescentes”, en la Escuela de Comercio (19.00 horas). La primera ponente será Soraya Calvo, doctora en Educación, sexóloga y profesora del departamento de Ciencias de la Información en la Universidad de Oviedo. Ofrecerá la conferencia “La violencia machista en redes sociales”. Adelantará algunas conclusiones del estudio en el que está trabajando, que investiga las desigualdades de género a través de las relaciones (afectivas o no) en redes sociales.

–¿Hay más violencia machista en la comunicación en redes sociales que en la comunicación presencial?

–Más que violencia explícita, lo que ocurre es que el modelo de comunicación que se repite en redes sociales es un modelo de relación violenta. También es cierto que tenemos más posibilidades de que surjan problemas porque tenemos más medios de comunicación. Antes, para mantener una discusión, tenía que ser cara a cara básicamente. Ahora hay más posibilidades de recibir acoso u otra situación de este tipo.

–¿Piensa que esto puede influir en el incremento de denuncias por violencia de género de mujeres jóvenes, cuatro de ellas menores, que se ha registrado en Gijón?

–Creo, personalmente, que cada vez somos más conscientes de lo que es la violencia de género. Hay muchas “red flags” (término muy extendido en redes sociales, que se traduce como “banderas rojas); comportamientos que antes pasaban totalmente inadvertidos. Es un buen trabajo del feminismo y de la coeducación.

–¿Lo refleja así el estudio en el que está trabajando?

–Sí. Aunque las mujeres que participan son mayores de 19 años, muchas situaciones que refieren ocurrieron hace años. Es decir, cuando eran adolescentes o preadolescentes. Ese poso quedó, y se verbalizó ahora. Estamos en un momento en el que hay, sin duda, más denuncias y visibilización de lo que antes nos parecía normal, por así decirlo. Además, las redes sociales permiten un análisis más profundo de lo que ha ocurrido.

–Entonces, ¿considera que pasa más inadvertida la violencia de género en la comunicación presencial?

–En la parte digital, como digo, se puede analizar. Si estamos discutiendo cara a cara, en ese momento no somos capaces de traducir emocionalmente lo que está pasando. Porque estamos involucrados y porque lo replicaremos aportando nuestra visión personal sobre lo ocurrido. Si lo haces cara a cara, no tienes una monitorizar, no puedes leer otra vez lo que ocurrió. Es muy fácil que no puedas reproducirlo fielmente. En cambio, en redes sociales sí puedes analizar lo que ha ocurrido. Es más fácil darte cuenta de las cosas desagradables, que incluso puedes compartir con tu entorno. Es más sencillo el análisis tras la vinculación emocional.

–Otro de los temas que preocupan es el acceso de menores a contenido pornográfico, y su posible influencia en las conductas violentas.

–Sí es cierto que, según las investigaciones sobre este tema, los menores tienen más acceso a la pornografía. Pero no creo que la prohibición sea la estrategia. La industria pornográfica genera mucho contenido, al que se puede acceder sin ni siquiera buscarlo. Se debe atajar desde una perspectiva ética.

–¿Qué papel juega la educación?

–Considero que la educación no puede dar respuesta a todo esto. Porque, en muchas ocasiones, la vida va más rápido que el sistema educativo. Y tampoco es justo que los centros educativos tengan que llevar encima esta mochila. Este problema hay que atajarlo desde el conjunto de la sociedad, también desde los medios de comunicación. Hay que ser claros.

–¿A qué se refiere?

–Tenemos que decir que lo que sucede en la pornografía no es real. Que no es sexualidad, es otra cosa. Yo creo que la mejor forma de atajar este problema es la educación sexual, porque educa desde un punto de vista inclusivo, realista. Se nos olvida que hay muchos “youtubers” o materiales que, a priori, parecen más suaves, por decirlo de alguna manera. Pero, en realidad, son peores. Y están inculcando una idea de las relaciones muy violenta. Un ejemplo de los materiales son los “memes”, como el “Todxs putxs” que llegó a viralizarse. Se ha convertido, para algunos, en la respuesta ante la expresión de un desacuerdo emocional o de tipo sentimental con una mujer.

–¿Y un ejemplo de “youtuber”?

–No daré nombres. Pero hay muchísimos “youtubers” e “influencers” con un discurso antifeminista que es absolutamente brutal. Al final, están legitimando un discurso machista y son modelo para muchos chicos. Tienen miles, a veces millones, de visitas. Tenemos que dar modelos positivos a los hombres, en ningún caso proporcionar modelos de masculinidad violenta.

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