Emulsa tendrá que renunciar a proyectos para el incremento del porcentaje de residuos reciclados debido a la congelación de la tasa de basura en 2022. Una medida que coincide con la ley estatal en tramitación que implantará un impuesto a los municipios por cada tonelada de basura que lleven a vertedero. Así las cosas, la decisión de congelar es de doble filo, por el riesgo de que acabe teniendo un efecto bumerán, según explican las fuentes consultadas.
Inicialmente el gobierno local había planteado una subida del 5% en el recibo de Emulsa, lo que se traduciría en 30 céntimos al mes por hogar. La medida, que se había justificado por el incremento del 10% el próximo año de la tarifa que cobra Cogersa a Emulsa, se retiró para poder sacar adelante las ordenanzas fiscales de 2022, con el respaldo de Ciudadanos.
El dinero extra que se preveía recaudar con el aumento de la tasa se iba a destinar a tres medidas para aumentar el reciclaje en Gijón: extender a la zona rural el contenedor marrón en el que se recogen restos orgánicos; ampliar a toda la zona rural la recogida de restos de podas que ahora se hace en Somió y reemplazar a Cogersa en la recogida del cartón comercial ampliando las calles en las que ahora se efectúa.
Con una cuota de reciclaje del 37% Gijón está lejos del 50% del objetivo marcado para España en 2020, cifra que se eleva al 55% en 2025.
El proyecto de Ley de Residuos y Suelos Contaminados que se tramita en el Parlamento y mediante la que se busca fomentar el reciclaje, va a implantar un impuesto por el depósito de residuos en vertederos, incineración o coincineración.
En el caso de envío a vertedero, el artículo 93 de ese proyecto de ley se plantea cobrar 40 euros por cada tonelada de residuos municipales que se envíen a vertedero. En el caso de Gijón, que envía a vertedero unas 80.000 toneladas de residuos al año, la factura sería de unos 3,2 millones de euros.
