“Gijón lleva ya varios planes de calidad del aire que no sirven para nada, porque es que ni se aplican las medidas. Nosotros cada vez que nos presentan uno nuevo, somos muy escépticos. Del último plan, que acaba el año que viene, solo se ha puesto en marcha la estación de medición de El Lauredal. ¿Y las demás? Además, nos ha llegado información de que la idea que tienen es parar este plan para traspasar las medidas a uno nuevo con un horizonte temporal en 2025. Es plan sobre plan y sobre plan, y tenemos la sensación de que nos entretienen con esto”. Sara Ceballos, portavoz de la Plataforma contra la Contaminación de Gijón, expresaba ayer con estas palabras el “hartazgo” de las asociaciones vecinales y colectivos ambientalistas con lo que consideran una falta de actuación de las administraciones para atajar los problemas de contaminación en especial en la zona oeste y que les llevó a manifestarse ayer por las calles de Gijón.
La manifestación, bajo el lema “Por la salud en Gijón, contaminación no”, transcurrió por el centro de la ciudad y estuvo convocada por la Plataforma contra la Contaminación, junto a Ecologistas en Acción, la Federación de Asociaciones Vecinales de Gijón (FAV) y Asturies por un Aire Sano. Participaron alrededor de un millar de personas, según los organizadores, pese al aguacero bajo el que transcurrió la marcha, que arrancó en el paseo de Begoña y acabó en el “solarón”. A la misma acudieron representantes de las plataformas por la salud pública, contra la incineración, contra la térmica de la Pereda, contra la contaminación en Trubia, Asamblea Moza de Asturias, Un pulmón para el Solarón y la ovetense Imagina un Bulevar, entre otras.
Ceballos señalaba que “la gota que colmó el vaso” ha sido que el Principado haya accedido a que ArcelorMittal no acometa en 2022 la inversión comprometida en el filtro de mangas del desempolvado del sínter B de la factoría de Veriña, principal foco de contaminación de El Lauredal. La empresa ofreció otras inversiones ambientales a cambio, alegando que ese sínter va a parar definitivamente en 2025, “y al Principado le parece de maravilla, cuando una empresa como esta tiene unos requisitos legales que cumplir y hay que hacérselos cumplir y, sobre todo, cuando ellos mismos nos están anunciando que están teniendo 12.000 millones de euros de beneficios, que digan que no es viable económicamente poner un filtro de 5 millones es una tomadura de pelo”, añadió.
Ceballos, que recordó que el artículo 45 de la Constitución dice que todos los ciudadanos tienen derecho a un medio ambiente adecuado, indicó que “la parte fundamental de la contaminación se la lleva Arcelor, pero el Puerto tiene también mucha responsabilidad y es un organismo estatal, con lo que duele un poco más, y todavía no hemos visto ninguna medida implementada”.
Además de recordar los efectos nocivos para la salud de la contaminación, el manifiesto leído por Sara Combarros y Carlos Ponte, en el que se indicaba que “la salud no se vende ni se delega, se defiende”, se apuntaba entre otras consideraciones que “el empleo industrial no se defiende con instalaciones decadentes, con procesos industriales obsoletos ni desde el más absoluto desprecio medioambiental. La salud de los y las trabajadoras no se puede supeditar ni a la productividad ni a los beneficios empresariales”, abogando por una transición hacia un nuevo modelo productivo innovador y sostenible, que consideran además que es la única garantía del mantenimiento del carácter industrial de Asturias.
Al término de la marcha no solo se leyó el comunicado, sino que también intervinieron representantes de varios colectivos, entre ellos Un Pulmón para el Solarón, cuya portavoz, Cristina Corominas, calificó de “operación cosmética la bajada de altura de los edificios” que ahora se plantean en esa zona de Gijón, en la que vecinos y colectivos ambientalistas reclaman que se consolide y amplíe el parque del Tren de la Libertad, advirtiendo de que “lucharemos por todos los medios, incluidos los legales, y la movilización social”, contra los planes para edificar en el solar.
