El Hospital de Cabueñes inicia el año despidiendo a uno de sus compañeros más queridos. El pediatra y urgenciólogo Ramón Fernández falleció ayer repentinamente a los 62 años tras décadas de "trabajo incansable" en el hospital de referencia de Gijón. Cercano y colaborador con el resto de servicios, el complejo sanitario asegura haber perdido a un "compañero irremplazable" que una jornada de Año Nuevo que ya nadie quiere celebrar. "Todas las muertes de personas queridas son injustas y prematuras. Pero algunas lo son especialmente. Porque hay personas que son especialmente queridas, especialmente buenas, especialmente grandes", lamentaba esta mañana la doctora Marta Nonide.