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Un accidente que conmociona a la ciudad Las medidas tras el siniestro

Las Hijas de la Caridad creen que el accidente del San Vicente fue “fortuito”

Representantes de la congregación pedirán autorización a la jueza para que acceda al área siniestrada un arquitecto que evalúe los daños y una constructora

Los bomberos analizan la fachada del San Vicente de Paúl

Las Hijas de la Caridad, propietarias del edificio que alberga el colegio San Vicente de Paúl, consideran que el accidente que segó la vida de dos trabajadores de la construcción el pasado miércoles al desplomarse parte de la cubierta del edificio sobre dos aulas fue “fortuito”, según indicaron ayer representantes en Asturias de la Congregación. La policía científica está investigando las causas del siniestro que se produjo cuando cuatro trabajadores estaban colocando pladur en una de las aulas sobre las que cayeron los escombros de cien metros cuadrados de la cubierta del edificio, parte tejado y parte terraza. Dos de los trabajadores, que quedaron atrapados bajo una ingente cantidad de escombros, perdieron la vida: los primos Andrés y David Velasco, naturales de Aller y residentes en Mieres.

Los servicios municipales, tanto el de Bomberos como el de Urbanismo, han determinado que tras el accidente deben adoptarse medidas para garantizar la estabilidad del edificio, que hasta que se efectúen las reparaciones pertinentes no podrá volver a acoger a sus 680 alumnos de educación infantil, primaria y secundaria. Urbanismo elaboró un informe sobre las medidas a adoptar y el viernes envió a la propiedad del inmueble, la congregación de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, una notificación ordenando en primer lugar las medidas inmediatas para asegurar la estabilidad del inmueble, antes del desescombro y derribo de las zonas dañadas irrecuperables, y anunciando que se les requerirá para que a continuación se efectúen las obras necesarias en el edificio para garantizar la reanudación de la actividad lectiva en el mismo.

Para poder cumplir con ese requerimiento, la propiedad del inmueble va a solicitar, de manera inminente, autorización judicial para que un arquitecto y un constructor accedan al mismo y procedan a cumplir con las medidas de actuación provisionales en el edificio, además de estudiar por parte del arquitecto las condiciones en las que ha quedado el inmueble y la solución a aplicar tras el requerimiento municipal para que se acometan las obras necesarias para recuperar la actividad presencial en el colegio.

La necesidad de solicitar autorización judicial para proceder, se debe a que al haberse producido dos fallecidos, el siniestro ha dado lugar a la apertura de una investigación por parte del Juzgado de Instrucción número 4 de Gijón. El juzgado, por otra parte, en sus investigaciones analizará si existen responsabilidades por un accidente que se produjo en un edificio propiedad de la congregación de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, gestionado como centro educativo por la Fundación Educere (vinculada Federación Española Religiosos Enseñanza Titulares Centros Católicos, Fere-Ceca) y en el último de los seis días de obra efectuada por la empresa Solarina Construcciones y Servicios, que en julio del año pasado logró levantar una insolvencia provisional decretada por un juzgado de lo social de Oviedo.

En el informe elaborado por los técnicos de Urbanismo para requerir a la propiedad que efectúe las obras necesarias para garantizar la reanudación de la actividad lectiva en el colegio concertado, se señala que es “deber de los propietarios mantener los inmuebles en las debidas condiciones de seguridad, salubridad y ornato público”.

La postura de la congregación de las Hijas de la Caridad es que “la conciencia que se tiene es que se ha cumplido con todo” y que alguno de los testimonios recogidos por los medios de comunicación el día del accidente hablaban de un ruido inicial como de una explosión. En 2017, cuando el colegio acometió una rehabilitación en la fachada, aportó al Ayuntamiento un informe técnico que concluía dando una opinión favorable sobre el estado de conservación del edificio, incluido en el Catálogo Urbanístico.

Por otro lado, la colocación de pladur en el techo de una de las aulas afectadas se contrató después de que aparecieran grietas en la escayola de este área. Según el presidente de la asociación de padres del colegio también había una pequeña gotera. En los veranos de 2020 y 2021 se hicieron reparaciones en el tejado que se desplomó también por goteras. Fuentes consultadas explican que si la humedad se filtra a través de la cubierta puede acabar dañando el forjado. No obstante, para conocer a ciencia cierta las causas del desastre habrá que esperar al informe de la policía científica de la Comisaría de Gijón.

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