Síguenos en redes sociales:

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

En imágenes: La entrega de premios del antroxu en GijónÁngel González

66

Entierro de masas con alusiones a la invasión de Ucrania para despedir el Antroxu en Gijón

“Hoy la mayor miseria es la guerra del chiflado”, le espeta la Sardina a Putin en un multitudinario final del carnaval

Con más bailes que llantos y un firme alegato contra la guerra en Ucrania, la ciudad despidió ayer a la Sardina del Antroxu, que falleció, según explicaron sus plañideras, tras un tropezón tonto en San Andrés de los Tacones. “Estábamos en la huerta y no llovía, así que no le agarraron bien las madreñas”, se lamentaba la que fue su mano derecha estos días, Conchita Paredes. La Sardina dejó un testamento que fue, más bien, un listado de recomendaciones. Pidió a los gijoneses no fijarse tanto en el dinero en el banco, porque la riqueza “es una simpleza” que no trasciende al mundo terrenal, y dejó en manos de los gijoneses exigir en su nombre la paz en Ucrania. “Hoy la mayor miseria es la guerra del chiflado”, dejó escrito, en referencia al presidente de Rusia, Vladimir Putin: “¡Poned fin al altercado!”.

El velatorio de la Sardina, que empezó sobre el escenario instalado en Begoña, acabó llenando todo el paseo hasta más atrás del Jovellanos. Salvo por los participantes del concurso de charangas, el desfile infantil y las carrozas, ya trajeados desde el inicio de la tarde, se veían más chubasqueros que disfraces, aunque al final el tiempo aguantó justo hasta la llegada del féretro a la plaza del Marqués. Una de las plañideras de la Sardina hizo de maestra de ceremonias. De riguroso luto, el vestido negro se le deformaba a los lados por la cantidad de pañuelos que llevaba encima y que se iba sacando también de las mangas y del escote. Aquello era un no parar de llorar: “¿Qué van a hacer ahora sin ella sus influencers y sus ‘fanses’?”.

La Sardina, “tan guapona”, era muy aficionada de lo rural –era “más de pueblo que ducharse en chanclas”, según sus amigas–, y también era ecologista, feminista y, últimamente, frugívora, una versión radical del veganismo. Muy buena persona. Resultó que tres de sus amigas integran “Las Plañideiras”, una versión casera –llevaban panderetas de juguete y pelucas a lo afro– de las “Tanxugueiras” de Eurovisión, así que ayer el velatorio alternaba el llanto con los bailes a golpe de muñeira, usando los pañuelos a modo de castañuelas. Cantaron una interpretación muy particular de “Terra” y temas de Raffaella Carrá. A las amigas les podían más las ganas de fiesta que la pena, y desde el escenario, aunque intentaban de buena fe recordar los buenos momentos compartidos con la Sardina –o Sardi, como la llamaban ellas–, acabaron hablando más bien de sus cosas, haciéndose selfis –Paredes decía “selfris”– delante del féretro e invitando a los asistentes a subir al escenario para inmortalizarse con la finada. Acabó animándose bastante gente, porque las plañideras se habían preparado un marco que imita el diseño de publicación de “Instagram”, así que la escena era carne de redes sociales. Junto a la Sardina se inmortalizaron los integrantes de casi todos los grupos del desfile infantil, que ayer, aunque aprobaban de largo esta edición del Antroxu, no acababan de entender por qué este año no pudieron salir a escena en el Jovellanos. “Nos habían dicho que era porque los niños no estaban vacunados, aunque a esta altura lo están la mayoría, y aquí mira la de gente que hay”, se lamentaban desde el Colegio Noega.

This browser does not support the video element.

Color, música y bailes: así ha sido el entierro de la sardina en Gijón

Cuando echaron a andar en procesión hasta la plaza del Marqués, donde estaba previsto leer el testamento, las plañideras de la Sardina ya se habían resignado a que poco más se podía hacer. Veían que la gente no lloraba por su amiga y que las charangas, que acababan de recibir sus premios, estaba pletóricas: “Estáis llorando muy poco, desalmados”. Pero no estuvieron solas en ningún momento. Los asistentes se fueron moviendo durante todo el recorrido, que pasó por San Bernardo y San Antonio, y antes de que llegasen a la plaza ya decenas de personas se arremolinaban para conseguir un sitio junto a Pelayo.

También esperaba la funeraria. Que hubiese empezado a llover justo cuando llegaba el féretro parecía un detalle del guion. Dijeron sus amigas que la marcha de “Sardi” dejaba especialmente desolada a Paredes, que se quedaba “triste como un turista en Perlora”. Y, leyeron su testamento, donde la finada pidió a los gijoneses que peleasen por “trabajos buenos y buen pagados” y que luchasen contra la homofobia, y que terminó así: “Puxa l’Antroxu, puxa Xixón, puxa Asturies, y no a la guerra”. Y hasta el año que viene.

"Los Tardones" ganan el concurso de charangas

Los resultados del XXXIV Concurso de Charangas se dieron a conocer ayer, en una emocionante entrega. A las agrupaciones, doce en total, se las juzgó por el desfile y por su actuación en el Teatro Jovellanos durante el fin de semana. Ganaron "Los Tardones", con un primer premio dotado con 1.875 euros, diploma y trofeo. Los segundos fueron "Los Mazcaraos", que se estrenaban este año (1.625 euros, diploma y trofeo) y los terceros "Xareu nel ÑEru" (1.375 euros, diploma y trofeo). La clasificación del resto es la que sigue: Folixa pa toos (1.125 euros y diploma), "Los Gijonudos" (1.000 euros y diploma), "Los Restallones" (875 euros y diploma), "Perdíos de los nervios" (875 euros y diploma), "Os Brasileiros do Xixón" (875 euros y diploma), "La última y marchamos" (750 euros y diploma), "Los Acoplaos" (750 euros y diploma), "Kop'a Vino" (600 euros y diploma) y "Los cruzaos de Ceares" (600 euros y diploma).

Esta es una noticia premium. Si eres suscriptor pincha aquí.

Si quieres continuar leyendo hazte suscriptor desde aquí y descubre nuestras tarifas.