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El asesino de Lorena Dacuña, que ya asume el crimen, ofrece pactar 15 años de cárcel

El único acusado envía una nueva carta manuscrita al juzgado en la que relata la relación con su víctima proponiendo un acuerdo antes del juicio

Sánchez Merino, en el momento de su traslado a prisión. JULIAN RUS

José Manuel Sánchez Merino, el único acusado de la muerte de la gijonesa Lorena Dacuña, de 41 años, se sentará el próximo lunes en el banquillo de los acusados por un crimen que conmocionó a toda la región. Se le atribuye un delito de asesinato con las agravantes de parentesco y de desprecio de género, que le mantienen en prisión preventiva desde su detención en febrero de 2020, por el que afronta hasta 25 años de cárcel. Ahora, este individuo ha enviado una nueva carta al Juzgado, de cuarenta y cinco folios escritos a mano y a la que ha tenido acceso LA NUEVA ESPAÑA, en la que vuelve a confesar la autoría de los hechos –lo hizo ante la Policía Nacional tras su arresto, pero luego negó los cargos en su escrito de defensa– y propone llegar a un acuerdo con las acusaciones siempre que su pena no excede de los 15 años. La propuesta está encima de la mesa, pero por el contenido de la misiva, muy ofensiva contra su expareja y su entorno familiar, no parece que las partes implicadas vayan a aceptarlo por lo que durante una semana se celebraría el juico, con jurado popular.

En la carta, aportada a la causa, relata toda su relación sentimental, desde que conoció a Lorena Dacuña en la sidrería donde él trabajaba hasta el momento del crimen, pasando por su primera etapa en la cárcel –también por malos tratos– y las visitas periódicas que recibía de Dacuña. De la noche de autos ofrece una versión ligeramente distinta a la que compartió con la Policía Nacional tras su arresto. Insiste en que no tuvo intención de acabar con la vida de su víctima, y que si llevaba un cuchillo era para defenderse del supuesto nuevo novio de Dacuña. Pero sí ofrece una variación con su primera versión, deslizando que las puñaladas se debieron a un forcejeo en el que ella trataba de arrebatarle el arma. En Comisaría reconoció que la había apuñalado hasta que vio mucha sangre.

Puñaladas por el forcejeo

El camarero gijonés, ahora de 51 años, mantuvo una relación sentimental con Lorena Dacuña durante alrededor de ocho años en la que “mantuvo una actitud celosa y controladora” con respecto a Dacuña, según describen las acusaciones. La pareja optó por separarse en noviembre de 2019, pero siguieron manteniendo el contacto. Estando en el trabajo le comentaron que su expareja había iniciado una nueva relación, por lo que tras salir de trabajar en la madrugada del 2 de febrero de 2020 pasó por su casa, ubicada en la calle San Luis, donde el parque de Zarracina, para coger dinero y un cuchillo que introdujo en su mochila. Desde ese lugar se fue a la zona de Fomento, donde estuvo bebiendo y consumiendo cocaína (según su versión) hasta que sobre las cinco de la mañana puso rumbo a un karaoke de La Calzada que Dacuña solía frecuentar. Al llegar la vio hablando con otro hombre (un ciudadano portugués que se encontraba en la ciudad por temas laborales y al que acababa de conocer), por lo que decidió seguirles hasta la vivienda de la fallecida, en la calle Callao.

Sánchez Merino aprovechó que la puerta del portal se había quedado abierta y entró tras ellos, subiendo rápidamente por las escaleras (la víctima y su acompañante lo hicieron en ascensor) y se escondió en el rellano de la segunda planta. Cuando Lorena Dacuña entró en su domicilio, el procesado se abalanzó sobre ellos mientras le gritaba repetidamente que era una “puta”. Sacó el cuchillo que llevaba en su mochila, pero se rompió el mango, por lo que se fue directo hasta la cocina, tal y como desveló este periódico al tener acceso a toda la investigación policial. Ese tiempo fue el que aprovechó el acompañante portugués para huir de la escena –declaró que no había visto el arma y que se fue del lugar al pensar que era su pareja– mientras Sánchez Merino regresaba con un cuchillo de grandes dimensiones y comenzó a acuchillar a Lorena Dacuña hasta en trece ocasiones, lo que provocó la muerte de la gijonesa.

La vista oral, este lunes

El acusado huyó y se escondió en una habitación que tenía alquilada en la calle San Luis. El cadáver de su víctima fue hallado al lunes siguiente por su familia, que se personó en la vivienda al ver que no respondía a las llamadas y que no había acudido a trabajar. Sánchez Merino fue localizado y detenido dos días más tarde. Ante los agentes de la UDEV reconoció que había matado a su expareja. Fue enviado a prisión preventiva, primero a la de Asturias y luego trasladado a la de Dueñas, en Palencia. Desde esa cárcel envió una carta, publicada en este diario, pidiendo perdón por lo ocurrido a la familia de su víctima. A pesar de esas dos confesiones su escrito de defensa negaba los cargos, pero hace un par de meses que cambió de abogado defensor. Ahora ha vuelto a confesar en una carta manuscrita el asesinato, mostrándose dispuesto a aceptar 15 años de cárcel. Fiscalía y Abogacía del Estado reclamaban 20 años de cárcel, mientras que la familia de Dacuña y la asociación de Abogadas para la Igualdad elevaban su petición a los 25 años al entender que se ensañó con su expareja.

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