“Nos gustó lo que vimos sobre el papel, la verdad. Hay algunas cosas que se podrían mejorar... pero nos gustó”. La reflexión de Maite Martín, presidenta de la asociación “Jovellanos” del Centro, ejemplificaba el visto bueno que el movimiento vecinal le daba ayer al proyecto de reforma integral del Muro, que el gobierno municipal ha diseñado bajo la premisa de pacificar el tráfico y ampliar zonas verdes y espacios de uso público. Un plan que parte de un coste de 15,8 millones, a desarrollar por fases durante tres años, y que podría empezar antes de final de año.
Olmo Ron y Dolores Patón, ediles de Obras Públicas y Urbanismo, respectivamente, les presentaron ayer los bocetos del proyecto a Manuel Cañete, como presidente de la Federación de Asociaciones Vecinales (FAV), y a las asociaciones de La Arena, representada por María José Cuervo y Pilar Pintos; Centro, con Maite Martín y Julio Menéndez; y La Providencia, por la que estuvo su presidenta Cristina Menéndez. “En términos generales es una propuesta muy interesante y que incorpora esa pacificación del entorno y el ganar espacios públicos que había determinado la comisión del Muro”, matizaba el presidente de la FAV tras la reunión. Ni para Cañete ni para Martín es un problema –como si lo es para otros colectivos o la oposición municipal de centro-derecha– que el proyecto del Muro limite la presencia del coche a un solo carril de servicio. “Mientras garantice los servicios públicos esenciales como que pasen los bomberos, la policía, las ambulancias o el transporte público y haya acceso a los garajes de quienes vivan allí es suficiente. Lo importante es ganar espacio para el peatón. Ese es el tipo de ciudad al que vamos”, recalcaba la presidenta vecinal del Centro.
El proyecto general que va de Cimadevilla al Rinconín gusta en lo que tiene que ver con las trazas generales: el mantenimiento del paseo tradicional, un gran corredor verde salpicado de zonas estanciales y una plataforma única de siete metros de los que 2,5 son para un carril bici y el resto lo ocupa el carril de servicio para el tráfico rodado. Si en el futuro el gobierno de Gijón considera que el Muro tiene que tener dos carriles ese espacio tiene la suficiente versatilidad como para conseguirlo.
Otro cosa es entrar al detalle. Aquí los vecinos plantearon a los munícipes varios ajustes. El primero tiene que ver con la terraza hostelera que se ubica ante La Escalerona. “Es algo que no nos gusta, la verdad es que chirría algo así en esa zona”, concretó Cañete. Los vecinos han pedido también más baños públicos repartidos por todas las zonas de estancia que el proyecto espolvorea por el paseo y repensar ese modelo de pavimento que deja que crezca la hierba entre las juntas. “Que se dejen de inventos en los pavimentos que en Gijón llueve y con la hierba se resbala”, concretó Cañete.
Otro punto al que piensan los vecinos que hay que darle otra vuelta es a la rotonda suprimida de la avenida de Castilla. El plan de reforma que promueve el Ayuntamiento quita el acceso más cercana a la fachada de viviendas para darle mas protagonismo al acceso de la playa y recompone el espacio para que tenga más luz y verde y, además, pueda ser usado como espacio para actividades culturales. Más allá de todo esto, desde la FAV lo que se pide es garantizar que haya un paso peatonal en superficie que permita al viandante que va por el Muro seguir hasta la avenida del Molinón sin la obligación de pasar por la zona subterránea.
La idea de reformar el Muro gusta, las líneas estratégicas de la reforma también pero a la hora de ponerle peros al plan, los vecinos encuentran que es la falta de una financiación clara lo que lo complica todo. La ronda de presentaciones del plan del Muro sigue esta mañana con representantes de Comisiones Obreras.
