José María Rotellar, doctor en Economía y profesor en la Universidad Francisco de Vitoria, que en su día ocupó cargos públicos en gobiernos del PP en la Comunidad de Madrid y que en los últimos años ha sido asesor de la dirección nacional del PP en materia de política económica, abogó ayer porque el Ayuntamiento de Gijón adelgace su estructura municipal mediante la externalización de servicios público, como hicieron en Madrid a principios de la década de los noventa los entonces alcalde José María Álvarez del Manzano y concejala de Medio Ambiente, Esperanza Aguirre.
“No se privatiza nada, el servicio sigue siendo público y sufragado por los contribuyentes, pero se externaliza la recogida de basuras, la limpieza de las calles, el pavimentado, todo absolutamente”, señaló respecto a aquella etapa, recordando que años más tarde hubo una segunda tanda de externalizaciones, consiguiendo “prestar los mismos servicios, incluso más, haciéndolo más baratos”, señaló ayer Rotellar en un acto organizado por el PP de Gijón en un hotel de la ciudad.
Rotellar señaló que el Ayuntamiento tiene que garantizar una serie de servicios públicos a los ciudadanos, considerando que una cosa es que “el Ayuntamiento tiene que proveer esos servicios, pero ¿tiene que ser quien los produzca, quien tenga una plantilla pública o unas empresas públicas para poder llevarlo a cabo? No necesariamente. Hay que buscar la máxima eficiencia y la práctica demuestra que en eso no se da la máxima eficiencia, ni en la recogida de basuras, ni en el pavimentado, ni la limpieza, ni absolutamente en nada”.
La externalización, a su juicio, permite reducir costes a la administración, lo que a su vez le permite bajar impuestos, citando que el Ayuntamiento puede eliminar completamente la plusvalía, dado que la ley no exige un tipo mínimo para la misma. Además de externalizar y bajar impuestos, también abogó por reducir trabas burocráticas para incentivar la actividad económica.
En cuanto a Asturias, Rotellar advirtió del excesivo peso del sector público en la economía del Principado, que hace que en vez de ser una economía sostenible sea “una economía sostenida”, que puede sufrir las consecuencias si los objetivos de estabilidad obligan a reducir las aportaciones públicas. Opinó que la economía asturiana “lleva muchos años languideciendo”.
A nivel estatal, cuestionó la política energética del gobierno, abogando por potenciar la energía nuclear y especialmente por permitir la extracción de gas natural mediante fracking “fractura hidráulica” en antiguas minas ya clausuradas, como las de Asturias y León, algo que permitiría a España “obtener gas para varias décadas”.
