Resuenan las suelas de las zapatillas contra la pista de tenis del Grupo Covadonga cuando Andrés Urdiales hace una pausa en su entrenamiento. Cuenta este joven que tiene 14 años y que lleva desde los cuatro jugando al deporte de la raqueta. Explica también que este año estuvo de público en la Caja Mágica viendo el Mutua Madrid Open que coronó a Carlos Alcaraz. Y tiene claro también que para Gijón acoger el torneo ATP de Moscú sería toda una oportunidad. “No es lo mismo ver tenis de alto nivel en la tele que verlo en primera persona. Sería una experiencia increíble”, resume.
Como él piensan el resto de integrantes de la escuela de tenis del Grupo Covadonga, del Club Natación Santa Olaya y del Real Club de Tenis de Gijón, ante la posibilidad de que la ciudad pueda acoger, tal y como desveló LA NUEVA ESPAÑA, la Kremlin Cup. Debido a la invasión de Putin a Ucrania, la Asociación de Tenistas Profesionales (ATP) le busca una nueva ubicación a esta competición, que hasta el año pasado se jugabba en la capital rusa. La Federación Española de Tenis ha tomado la delantera para llevarse el evento y está en contacto con la asturiana y el Ayuntamiento de Gijón para estudiar la viabilidad económica y logística del proyecto.
Lo que supondría para la ciudad lo tiene muy claro Alejandro Sorrentini, uno de los profesores de la escuela de tenis del Grupo Covadonga, que aglutina a cerca de 700 integrantes. “Sería una muy buena noticia para Gijón, para el tenis asturiano y para el tenis español. Estamos hablando de que después del Mutua Madrid Open y del Conde de Godó de Barcelona tendríamos la tercera competición en cuanto a nivel de importancia”, resalta. “Sería una oportunidad de enganchar a los más jóvenes”, añade.
Esto lo dice porque el tenis no goza, como el fútbol o el baloncesto de la misma popularidad en términos generales. Gijón, eso sí, es la excepción. A rebufo del éxito de Pablo Carreño, este deporte goza de muchos adeptos. No solo en los tres clubes sociodeportivos, sino también en las instalaciones municipales. A ello se refiere Óscar Avendaño, profesor en la escuela de Santa Olaya, que cuenta con 130 integrantes. “Se atraería a gente nueva a este deporte. Además, para los hoteles de la ciudad sería bueno por las pernoctaciones y para la hostelería sería todo un espaldarazo”, explica el hermano de Juan Avendaño.
“Sería muy guapo que pudiera jugarlo Pablo Carreño”, insiste Sorrentini. “Estamos hablando de que vendrían jugadores de entre los 70 mejores del mundo. Sería un éxito”, añade. Avendaño introduce una variante interesante. No solo se generaría atracción durante los partidos, sino también en los entrenamientos. “El tenis es un deporte muy divertido, pero requiere mucha técnica. A veces ver los entrenos es casi más divertido que los partidos. En Madrid lo hace mucha gente”, acuña.
“En Gijón, en realidad hay mucha afición al tenis”, apunta, por su parte, Alfredo Louzao, coordinador de la escuela del Club de Tenis. “Para la ciudad, tener un evento así sería muy beneficioso y para los chicos también, porque podrían ver en primera persona a figuras muy importantes”, se sincera. “A mí me encantaría poder ver a Alcaraz en Gijón. Me prestaría poder ver y hablar con jugadores tan buenos”, dice para rematar David Hevia, un chavalín de nueve años que tiene claro que para Gijón organizar la cita sería un puntazo.