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El plan de centros de salud se desbloquea con la apertura de Montevil por la tarde

Una reforma exprés en la planta baja del edificio permitirá atender citas vespertinas con dos médicos y dos enfermeras desde finales de mes

Centro de salud de Roces-Montevil. Ángel González

El plan de la Consejería de Salud para reorganizar la atención primaria en Gijón, que llevaba congelado varias semanas tras no encontrar el respaldo vecinal, echa a andar con la creación de un quinto punto de atención continuada en el centro de salud de Roces-Montevil. Según instrucciones del Ejecutivo regional, el complejo comenzará a atender a pacientes de 15.00 a 20.00 horas de lunes a viernes a partir del próximo viernes 27 de mayo. Para ello, el centro inició hace dos días una reforma exprés para remodelar la primera planta, en la que se habilitarán dos consultas de enfermería, dos médicas, una sala de observación, un área de curas y otra de recepción de pacientes. El plan del Sespa arrancará eso sí a medio gas, ya que los profesionales no han sido informados sobre las prometidas consultas vespertinas para crónicos. Según el personal, han sido muy pocos los médicos que se han ofrecido de forma voluntaria a prestar el servicio a base de horas extraordinarias.

La pandemia motivó el cierre de siete de los once centros que abrían en la ciudad en horario de tarde. Fueron los de Roces-Montevil, Contrueces, Perchera, Laviada, El Natahoyo, Severo Ochoa y El Coto. Se quedaron abiertos cuatro –El Parque-Somió, Puerta de la Villa, El Llano y La Calzada–, que son los mismos que atienden como puntos de urgencias por las noches. Esta reducción era una vieja demanda de los profesionales porque, al bajar el número de centros abiertos, el personal se reorganiza y los edificios se quedan con al menos dos médicos de guardia, evitando así el denominado “síndrome de centro vacío”, que es cuando, por una urgencia a domicilio, el consultorio se queda sin personal. La medida, de hecho, ya se intentó impulsar en 2018, pero se paró ante las protestas vecinales. Que la pandemia obligase a cerrar puntos de atención –porque un médico que atendía posibles casos covid no podía ver a pacientes de otras patologías– facilitó su implantación en 2020.

Este cierre se quiso compensar desde la Consejería de Salud con dos medidas trasladadas a los vecinos: abrir un quinto punto, el de Roces-Montevil, y realizar consultas vespertinas priorizando la atención de enfermos crónicos. La segunda medida, sin embargo, sigue paralizada. Los profesionales explican que esta propuesta, al tener como condición la voluntariedad de los médicos, no permite por el momento implantarla de forma general.

Por otro lado, la gerencia sanitaria comunicó ayer a los sindicatos que, ante la falta de personal de enfermería en la ciudad, ahora mismo solo se pueden garantizar las vacaciones de verano del 75 por ciento de la plantilla, lo que podría obligar a que decenas de enfermeras tuviesen que aplazar sus descansos. La medida que se intentará paliar, sobre todo, con el fichaje de profesionales recién graduados a finales de curso.

Barbón defiende el hospital de Quirón en Nuevo Gijón: “Generará riqueza”

El presidente del Principado reiteró ayer en la Junta General el compromiso de su Gobierno con la sanidad pública, pero añadiendo que no va a ser él quien afirme que “es una mala noticia” la inversión de “más de 40 millones de euros y trescientos empleos cualificados” anunciada por Quironsalud para su proyecto de un hospital en Nuevo Gijón. Adrián Barbón respondió categóricamente que “no” a los vínculos que el diputado de Podemos Ricardo Menéndez Salmón había trazado entre la llegada del nuevo centro y el retroceso de la atención sanitaria en la ciudad, incluido el retraso en la ampliación del Hospital de Cabueñes. “El deterioro de servicios públicos favorece la aparición de centros privados y ésta desincentiva la mejora de centros públicos”, dijo Menéndez Salmón, señalando que “los plazos bíblicos en la ampliación de Cabueñes, la procrastinación en la construcción del centro de salud de Nuevo Roces y la negligencia a la hora de atender las peticiones de los vecinos de Perchera, la Braña, Vega o La Camocha han tendido un puente de plata para la llegada de Fresenius a Gijón”. Barbón replicó con la constancia de la “prioridad” de la sanidad pública, enumeró inversiones en el área sanitaria que encabeza Gijón– y dejó su discrepancia, fundamentada en la inconveniencia de rechazar “un proyecto que generará riqueza desde el punto de vista del empleo y la actividad económica”. Sin citar el centro oftalmológico Fernández-Vega, puso el ejemplo de los ingresos que “se quedan aquí cuando viene gente de todo el mundo a operarse” a Oviedo.

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