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El Alejandro Casona protege los mares

El centro impulsa entre sus alumnos actividades para la conservación de los océanos y para aprender sobre la fauna marina con una medusa que cuidan los pequeños

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De aula en aula: Alejandro Casona, la escuela que cuida los mares Pablo Palomo

Hugo Pérez tiene 6 años, es alumno de la escuela de educación infantil Alejandro Casona y este año se va de vacaciones a Cádiz. Cuenta que pondrá en práctica una de las lecciones más importantes que ha aprendido este año. Que es la importancia de cuidar los mares. “No hay que tirar basura al mar, porque si se la comen los peces, luego nosotros también estamos comiendo basura”, explica. Este conocimiento no lo ha adquirido por casualidad. Se debe al proyecto que impulsa el centro de El Polígono, que este curso se ha focalizado en enseñarle a sus estudiantes la importancia del cuidar el medio ambiente en general, y la relevancia de mimar los mares y océanos en particular.

Lo han hecho de la forma más interactiva posible. Es decir, con juegos, actividades variadas, obras de teatro y visitas de expertos en oceanografía. También con un cubo sensorial que estrenaron hace dos semanas y en el que los pequeños pueden meterse dentro para ver diferentes elementos que hay en el mar y puedan aprender jugando. La historia del cubo tiene su miga, porque no solo está hecho con materiales reciclados, sino que lo hizo una abuela de una alumna, Nati Martínez.

La vocación del Alejandro Casona por cuidar la naturaleza viene de tiempo atrás. Lo cuenta la directora del centro, Vanessa González. “Siempre hemos estado comprometidos con el medio ambiente. Somos una escuela con mucho patio, zonas verdes y huertas así que es algo que transmitimos desde los tres años”, explica. “Tenemos reciclaje selectivo en las aulas y este año, ya con vistas al verano, decidimos dar un paso más e inculcar el cuidado de los océanos a nuestros estudiantes”, añade la docente, que lleva un año en el cargo.

Uno de los puntos más interesantes de todo el proyecto tiene nombre propio. Se llama “Medusín”, y se trata de un ejemplar de medusa invertida que ha cedido al centro la empresa gijonesa Jelly Farmer, dedicada al cuidado de estos seres vivos. El animal es la delicia de los pequeños del colegio y eso que apenas solo lleva dos semanas al cuidado de los estudiantes y del profesorado. También tienen dos crías. “Queríamos que vieran algo vivo. No es una medusa al uso, porque estas viven en el fondo del mar. Así ellos aprenden que hay diferentes tipos de medusas. También les estamos enseñando lo que comen y cómo se reproducen”, explica González.

La cosa está calando entre los niños, que, aunque son de tierna edad, ya tienen muy interiorizado lo importante que es cuidar el medio marino. Lo comenta, por ejemplo, Martina Díaz, que tiene seis años y a la que le encanta ir a la playa en Bañugues, en el concejo de Gozón. “Voy a enseñarles a mis amigos que es muy importante no tirar basura al agua”, reflexiona.

Las actividades diarias relacionadas con el mar en el Alejandro Casona se han complementado con visitas de expertos. Acudieron este curso oceanógrafos del Centro Oceanográfico de Gijón. “Les hicieron experimentos de salinidad, les hablaron sobre la contaminación y les trajeron una medusa portuguesa. Sirvió para acercarles a las profesiones relacionadas con el medio marino”, desgrana la directora. Además, también hubo diferentes obras de teatro y el propio profesorado está preparando la representación del cuento del pez arco iris, de Marcus Pfister.

Al final todo repercute en que los pequeños aprendan mejor. Para ejemplo claro está David García, un alumno al que le encanta saltar las olas en la playa. “Este año he aprendido sobre este tema. A mí las olas es lo que más me gusta del mar”, dice un joven que, como el resto de los alumnos del Alejandro Casona han aprendido este año que el medio marino es rico en vida y que, por tanto, merece el mejor de los tratos.

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