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Nuevos aires, misma división en el PSOE

Retener la Alcaldía es el objetivo común de todo el partido, que evidencia sus discrepancias sobre conseguirlo con Ana González u otro candidato

Monchu García y Ana González, en la asamblea del pasado viernes. | J. P.

La llegada del exconcejal Monchu García a la Casa del Pueblo supuso una ráfaga de aire fresco para que el PSOE de Gijón volviese a levantar el vuelo en la calle a base de reuniones, conferencias y actos públicos con asociaciones y entidades de la ciudad. Un movimiento y un planteamiento de hacer política distinto al de la última etapa de la agrupación gijonesa que, si bien ha servido para que el partido haya ganado en afiliados –el secretario general destacó la incorporación de 74 nuevos militantes, "invirtiendo una larga serie" de pérdida de simpatizantes–, no ha permitido cerrar la división existente en la calle Argandona. La brecha más palpable, lejos de suturar, está entre el gobierno local, liderado por Ana González, y el propio partido, que ya no esconde públicamente que está abierto a promover unas primarias de cara a las elecciones municipales que se celebrarán en mayo de 2023. "Ana González tiene el derecho de plantear eso –en referencia a optar a la reelección– y nosotros, como dirección política, de preservar el derecho de absolutamente todos los militantes. Y puede haber cualquier militante que puedan pensar que es el momento de plantear unas primarias", apuntó el propio Monchu García antes de la asamblea extraordinaria celebrada el pasado viernes en el Colegio Jovellanos y a la que asistieron 129 militantes socialistas.

En noviembre de 2017, Iván Fernández Ardura se imponía a Monchu García, por un estrecho margen, y prometía tras su victoria llenar Gijón de "la energía" de Pedro Sánchez. ¿El objetivo? Recuperar la alcaldía para los socialistas tras ocho años en manos de Foro Asturias y Carmen Moriyón. Con el portavoz municipal de entonces, José María Pérez, convencido de que no repetiría, el partido afrontó otro entonces un proceso de primarias para elegir a la cabeza de lista. Tres fueron las opciones: Ana González, José Ramón Tuero y Constantino Vaquero. La primera vuelta dejó fuera a este último, que ahora ocupa cargo en la nueva dirección local. Finalmente, Ana González se acabó imponiendo a su compañero, que ahora es concejal de Deportes y Zona Rural en el el gobierno local, por sólo 19 votos. Se logró el objetivo, y en mayo de 2019 once concejales en las elecciones devolvían al PSOE gobernar en Gijón, con la esperanza de que esa victoria holgada –y una lista votada por la militancia– les permitiese ir cerrando la división que arrastraban de los últimos años. Pero las aguas no se calmaron.

Tras un acuerdo de gobierno con Izquierda Unida, echó a andar un mandato que hace poco cumplió tres años. La pandemia sanitaria trastocó muchos de los planes iniciales, retrasó grandes proyectos y frenó obras por las que todavía se espera. Tampoco faltaron polémicas, como la declaración de la Laboral como Patrimonio de la Humanidad, la avenida de José Manuel Palacio (retirando el honor a Juan Carlos I), la peatonalización del paseo del Muro (además de otras medidas de movilidad) o la supresión de las corridas de toros en Gijón, que no siempre fueron bien en todo el partido.

La entonces dirección local, tras el covid, comenzó a limitar sus actividades y apariciones públicas. O con tardíos intentos por arropar al gobierno local y sus medidas. Esa gestión desde la Casa del Pueblo, en consecuencia, motivó que el sector liderado por Monchu García, como desveló LA NUEVA ESPAÑA, volviese a querer disputar la dirección del PSOE de Gijón con el "objetivo de volver a ser el partido del cambio, y que Gijón sea la ciudad del cambio; la ciudad que sabe dónde va y tiene un proyecto definido". Hasta tres concejales del equipo de gobierno apoyaron la candidatura de Monchu García, frente a la de Fernández Ardura que, públicamente, apoyó Ana González.

Las urnas propiciaron un cambio de ciclo en la Casa del Pueblo, y los rumores sobre que la nueva dirección prefería otro candidato a la alcaldía comenzaron a intensificarse a pesar de que Barbón había apuntalado a Ana González para optar a la reelección. Unos y otros mostraban, en apariencia, que todo estaba bien, pero los roces fueron emergiendo públicamente. Primero, con el doble sentido del Muro, cuando García dijo que no era una medida "inamovible", y, recientemente, con el reglamento de laicidad, al que ha dado un impulso el secretario general. Ahora todo pasa y, hasta se frena, por la calle Argandona. "Igual que Monchu, gané unas primarias; no hay motivo para no ser candidata", apuntó la Alcaldesa en una entrevista en este periódico al cumplir los tres años de su victoria electoral.

Pero ese convencimiento de Ana González no es tan claro a la vista de otros ojos de dentro del partido. De hecho, uno de los veteranos, Carlos Zapico, defendió en la asamblea del viernes que Ana González no podía repetir porque no tenía credibilidad. Algunos le respaldaron, pero otros sacaron la cara por la Alcaldesa. En lo que sí coinciden todos es en querer retener la Alcaldía de Gijón otros cuatro años. Falta saber de la mano de quién y si al final se cierra una división que ya no esconden.

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