"El bonito que está viniendo es espectacular". Eso afirma Ricardo Díaz, trabajador de la pescadería El Molinón, que ayer despiezó junto a sus compañeros Patricia Pérez y Jesús Pacheco hasta tres ejemplares de este pescado en un acto enmarcado dentro de la campaña "Gijón Bonito", que patrocina LA NUEVA ESPAÑA. Se trata de un proyecto que pretende promocionar e incentivar su consumo a través de unas jornadas gastronómicas en las que participan establecimientos hosteleros y pescaderías. Vicente Fernández, creador de "Gijón Bonito", celebra el éxito de esta campaña y destaca su importancia para "dar visibilidad al pequeño comercio".

Los trabajadores de la pescadería El Molinón mostraron cómo se despieza esta delicia del Cantábrico, desde el corte más tradicional en rodajas, al que Ricardo Díaz ofrece en el local y que, a su parecer, "es el que menos carne desperdicia". Y es que el bonito es un pescado del que se puede aprovechar casi todo: "Tiene una merma del 35%", indica Díaz. Respecto a los mejores cortes, los trabajadores recomiendan clásicos como la ventresca o los lomos, además de las rodajas. Su compañero, Jesús Pacheco, celebra que los ejemplares de este año tienen una "gran calidad", y eso que aún nos encontramos en el ecuador de la costera del bonito, cuya campaña de pesca se extiende de junio a septiembre. "Cuanto más avance la temporada, mejores serán las piezas, aún pueden crecer tres o cuatro kilos", explica Díaz.

Patricia Pérez expone una ventresca.

Los trabajadores destacan también que el bonito no ha subido su precio tanto como otros alimentos, ya que el pescado se subasta y en su proceso de comercialización no hay intermediarios. Isabel Pacios, gerente de la lonja Gijón-Musel, comenta que los barcos pesqueros se encuentran a unas tres horas de la ciudad, por lo que el producto es "fresco y de gran calidad". La lonja, que es además una de las entidades colaboradoras de "Gijón Bonito", es el punto de venta para pescaderías, restaurantes y mayoristas, donde posteriormente compra el cliente de a pie. "En Asturias, el bonito forma parte de la tradición", recalca.

Respecto a "Gijón Bonito", Vicente Fernández cree que es una campaña muy positiva, y que espera que pueda convertirse en un símbolo de la ciudad: "Ojalá consigamos reconocimiento institucional como fiesta gastronómica, igual que el Desarme en Oviedo". El creador de la marca añade que se manejaron planes importantes para la edición de este año, pero que no lograron prosperar. "Queríamos incorporar la idea del streetfood para atraer a la gente joven con puestos en la calle, en los que vender hamburguesas de bonito, tacos de bonito...", explica. La idea no logró salir adelante debido a los trames burocráticos necesarios para llevarla a cabo, pero es un plan que a la organización le gustaría realizar en el futuro.

Ricardo Díaz corta en rodajas un ejemplar.

Iñaki Busto, especialista gastronómico y colaborador del proyecto en anteriores ediciones celebra el crecimiento que se observa año tras año y que en esta ocasión, trasciende las fronteras asturianas, con 25 establecimientos embajadores de estas jornadas en Madrid. Busto destaca la importancia de la publicidad de esta campaña en la capital, puesto que es una gran oportunidad de atraer turistas: "La gente que consuma bonito en los locales colaboradores de Madrid verá la etiqueta de Gijón y la campaña que hacemos aquí".

Respecto a las preparaciones más recomendadas por estos expertos, todos coinciden en que el bonito, mejor a la plancha o a la parrilla, teniendo siempre en cuenta el punto de cocción adecuado para que este manjar tan asturiano no pierda ningún encanto en el paladar. La recomendación más atrevida, lomos de bonito con salsa de cabrales. La costera continuará hasta septiembre. Gijón presume de ser bonito, en la calle y en el plato.