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Santiago Heras Cendón Nuevo párroco de San Andrés de Ceares

"El Arzobispado debe invertir en Ceares y no está por la labor"

"Tenemos que mantener y potenciar la asistencia a la eucaristía e implicar un poco más a la gente"

Santiago Heras. | J. P.

Santiago Heras Cendón (Avilés, 1965), actual sacerdote del Buen Pastor, ha sido nombrado nuevo párroco de San Andrés de Ceares por el Arzobispado de Oviedo, relevando así a José Luis Montero, fallecido el pasado 30 de abril tras 36 años de servicio en la iglesia. Heras lleva un año de servicio en el Buen Pastor y tomará posesión de su cargo en Ceares en septiembre, como el resto de nuevos nombramientos. El párroco explica y analiza las necesidades de ambos espacios, así como los retos que les vienen por delante.

–¿Cuáles son las necesidades actuales en el Buen Pastor?

–Cuando llegué al Buen Pastor había problemas de convivencia. Había unas dificultades que han ido mejorando hasta funcionar hoy en día con unos 80 niños en la catequesis y un grupo de colaboradores. No obstante, necesitaríamos la colaboración de más catequistas. También tenemos que mantener y potenciar la asistencia a la eucaristía, así como implicar un poco más a la gente.

–¿Y las de San Andrés de Ceares?

–Ceares tiene, por distintos motivos, problemas de personal. La parroquia está muy deteriorada y cuenta con ocho personas asistentes, la mayoría con más de 75 años. En cuanto a voluntarios, hay tres o cuatro. En definitiva, la gente no asiste por distinto motivos. Hace falta una intervención, pero no hay recursos.

–También será nuevo capellán del Hospital de Cabueñes.

–Eso ya está más o menos hablado. Las cuerdas no se pueden tensar porque se rompen. Somos humanos y todos tenemos una edad y nuestras dificultades. Lo que no puede ser es que a unos se les cargue con muchas tareas y a otros no. En el caso de Ceares, para ponerla al día y tratar de recuperarla requerirá cuatro o cinco años como mínimo. Llevo dieciocho años en el mundo de la pastoral de la salud y llega un momento que, a pesar de ser un campo interesante y bonito, también te satura y te va minando. Es una realidad difícil.

–¿Qué puede aportar su presencia en la parroquia de Ceares?

–Intentar que por mi estilo y carácter la gente se implique. Intentaré mejorar la parroquia, que va a costar mucho trabajo, y darle un aire similar a lo que estamos haciendo en el Buen Pastor, como recuperar la catequesis. Ceares es una zona que ha crecido mucho. Tiene que haber familias con niños, pero no aparecen por la iglesia. Si desde el Arzobispado no se implican un poco va a ser muy difícil. Hay que hacer una inversión que no están dispuestos a hacer, porque a veces funcionan con criterios de empresa. Por ejemplo, la parroquia del Buen Pastor tiene un gasto mensual de 600 euros y en Ceares ronda los 200 euros de mantenimiento.

–¿Qué pasos hay que dar para atraer feligreses en los tiempo actuales?

–Cuidar mucho la acogida y facilitar el encuentro. Que las personas sientan la parroquia como un lugar que acoge y no como uno que pone obstáculos y trabas. Hay que tener una actitud cordial, de comprensión, cercanía y escucha. Son conceptos que fallan a nivel institucional, por lo que al ponerlos en práctica con los sacerdotes no llegan. Los tiempos de la imposición ya acabaron hace mucho.

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