Quienes me conocen ya saben que a la mayoría de preguntas suelo contestar que “depende”, y a partir de ahí analizo cada caso para poder dar la respuesta más acertada.

Nuestra sociedad demanda novedades continuamente. Todo va muy rápido, y la mayor parte de las veces no nos ha dado tiempo ni a disfrutar de una cosa y ya estamos deseando, ansiando incluso, algo más, algo diferente. Hagámonos unas preguntas:


¿Lo diferente, o la novedad, es siempre mejor? ¿Lo anterior, o lo antiguo, ya no vale? Voy a contestar, como es lógico, en lo que se refiere a mi sector, y la respuesta es que NO.

Y si nos están vendiendo humo …

Lamentablemente, y esto no es la primera vez que lo digo, en el mundo belleza es frecuente encontrarse con muchos/as vendedores/as de humo. Cierto es que, muchas veces no es a mala fe, sino por desconocimiento del eslabón anterior al cliente final, y oportunismo de quienes sí tienen ese conocimiento.

Afortunadamente, el nivel de la estética y belleza en nuestro país va creciendo, y algunas profesionales no nos conformamos con adquirir equipos o cosmética sólo porque nos vendan que es lo último y además es buenísimo. ¿Qué tiene de diferente? ¿En qué supera lo que tengo? ¿Qué resultados me va a dar que no estoy logrando actualmente?

Muchas veces lo que sale al mercado son mejoras de lo que ya existe. Esto puede hacer que supere la efectividad, que haga más cómodo el manejo, que tenga menos efectos secundarios, o que sea menos invasivo para el paciente... Otras veces simplemente cambian las carcasas, añaden luces o algo sin relevancia alguna, y poco más. Así que novedades en belleza sí, claro. Pero siempre que merezcan la pena.

Y respecto a si lo antiguo vale o no, volvemos a lo mismo. Algunas sí, otras no, porque quedan desbancadas por lo siguiente. En mi opinión, el triunfo se lo lleva la combinación entre tradición e innovación.

Que quede claro que en mi vida laboral incorporo novedades continuamente, pero con cabeza, no porque la novedad venda. Las modas pegan fuerte un tiempo, pero lo que triunfa a largo plazo, es la efectividad.

Prueba de nuevo equipo: mi experiencia real

Este verano llegó a mis manos un nuevo equipo, del que tuvimos la suerte de disfrutar antes de su lanzamiento oficial al mercado. Un orgullo que confiaran en mí y que la estética asturiana sea un referente en nuestro país. Me enamoró en cuanto comenzaron a explicármelo, y me lancé sin dudar. ¿Y por qué? Porque une tradición con innovación, y, por si fuera poco, consigue máximos resultados sin daño para la piel, el cuerpo ni la persona. Vamos, que ni en mis mejores sueños. ¿Y por qué comento todo esto precisamente después de lo que acabo de contar? Porque mi decisión fue tomada rápida, pero con criterio. Lo escogí por su tecnología, por la calidad y el resultado, no por ofrecer una novedad.

El equipo funciona mediante electroestimulación, que es una técnica que se utiliza desde hace muchos años en el campo de la estética profesional y diferentes áreas de la salud. En este caso el objetivo principal es mejorar la tonicidad, remodelar la piel y regenerar los tejidos a través de la activación de las fibras musculares. Y esto se consigue gracias a diferentes tipos de corrientes transcutáneas y en combinación con cosméticos cuidadosamente seleccionados. Es un auténtico lujo ver la transformación en las pieles, y poder realizar un trabajo tan potente sobre la flacidez, un tema que preocupa a la mayoría de nosotros/as.

Pero no olvidemos que, en cualquier tratamiento, una cosa es el efecto del aparato, y otra el de los productos aplicados. Eso no siempre está en la mente del cliente, pero como profesional puedo asegurar que la diferencia es abismal. Ahí es donde cada profesional puede diferenciarse, y pasar de hacer un buen tratamiento a un tratamiento espectacular. El conocimiento de la piel, y de los ingredientes que necesita en cada momento es la clave del éxito en belleza, para que podamos envejecer luciendo un aspecto maravilloso y saludable. Porque como siempre digo, una piel bonita es una piel sana.

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