La puerta de la izquierda parece haberle quedado cerrada a Marina Pineda, la edil socialista de Hacienda, como acceso a un acuerdo que le garantice que una propuesta de ordenanzas fiscales para el año que viene salga adelante en el Pleno de mañana. Una primera cita con la representación de Podemos-Equo ha quedado en nada. "No apoyaremos subidas de impuestos en la situación económica actual de dificultades para la mayoría de la población", fue la respuesta de la portavoz de la formación morada y verde, Laura Tuero.

Podemos fue el único grupo que sacó adelante un cambio en la propuesta inicial del gobierno al aglutinar en su enmienda los votos de toda la oposición en cuanto al precio de la tarjeta de residente para la ORA. El gobierno proponía subir a 50 para coches sin etiqueta ambiental y que fuera gratis para quien si tuviera ese distintivo. El resultado final es que se quede en 45 euros para todos los coches.

Pero además Podemos está en contra de las subidas que plantea el gobierno en agua y recogida de basuras y les da como alternativa para no perder ingresos aplicar el denominado IBI diferenciado o IBI para ricos. El PSOE no está por la labor. "Este grupo negociará hasta el final, pero desde la reivindicación de una fiscalidad justa que no grave a quien peor lo pase", explicó Tuero tras denunciar, jugando con las palabras de Pineda sobre los tiempos de negociación, que el gobierno haya dejado para el último minuto buscar un acuerdo.

Ciudadanos, cuya abstención fue clave para que las ordenanzas de este año salieran adelante, también tiene claro que el agua y la recogida de basura no pueden subir en este contexto de inflación. Ese es la línea roja, aunque a diferencia del resto de los grupos de la oposición, que proponía rebajas sobre las tasas actuales, la propuesta defendida por Rubén Pérez Carcedo hablaba de congelación para no poner en peligro los ingresos de unas empresas municipales que también están sufriendo esas mismas dificultades por el contexto económico internacional.

Sin un acuerdo claro antes de que lleguen las votaciones en el salón de plenos, el equipo de gobierno tiene la opción de retirar su propuesta y esperar otro momento mejor. O simplemente dejar que no haya nuevas ordenanzas y todo quede como está.