Antroxu 2023 | Las charangas

"Kop’a vino" presume de cantera en el Antroxu de Gijón

La agrupación de Contrueces cuenta con varios jóvenes, como la pequeña Noah, de 2 años, "que nacieron en la misma charanga"

"Kop’a vino" presume de cantera

Pablo Palomo

Pablo Palomo

Pablo Palomo

"La peque llevaba el Carnaval en la sangre desde que estaba en la barriguita de su madre". Quien habla es José Moret, al que todos conocen como "Josillo", uno de los veteranos de la charanga "Kop’a vino", una formación que lleva dando color rosa al Antroxu de Gijón desde 1987 y sin fallar ni un solo año. Se refiere a la pequeña Noah, su hija, que solo tiene 2 años, y que ya afronta su segundo carnaval. Dos de dos, doblete para ella, una niña de cabellos rubios y ojos azules que se fija en todos los movimientos que hace su padre y los otros 49 miembros de una agrupación bien enraizada en Contrueces y donde prima el ambiente cercano y familiar ante todo. Son varias las familias que conforman "Kop’a vino" y son varios los casos como el de Noah, que se puede decir que nació dándolo todo en una charanga.

"Kop’a vino" puede decir que tiene cantera. Son varios los jóvenes que ya han adquirido responsabilidad en este grupo que ensaya como siempre en el colegio Nicanor Piñole, en Contrueces. Estos chicos son, por ejemplo, Pablo y Miriam Lozano, que son los hijos de Vicente y de Miriam Pérez. "Llevamos aquí casi desde que nacimos", dice Pablo Lozano. "Esto como en cualquier familia tenemos nuestros más y nuestros menos", apunta, en tono jocoso, su hermana. Lo que queda claro es que en "Kop’a vino" hay pura pasión por el Antroxu. Lo cuenta la madre de los pequeños, Miriam Pérez, que destaca el carácter cercano y cálido que hay entre todos sus miembros. "Tenemos un ambiente muy familiar. Al final, si te gusta el carnaval y lo vives con la gente que lo quieres vivir lo que se da es un ambiente muy cercano. El carnal es nuestra forma de vida", se sincera.

Hay más casos de chicos que no comprenden la vida sin estar en la charanga de color rosa. Son Enol Martínez, de 14 años, que es un prometedor percusionista, y Xana, de 17, que apunta maneras con el tema de los bailes. "Aquí nos ayudamos todos. Vamos todos a una", dice Xana Martínez, que, como su hermano, dice con orgullo eso de que "nacimos en una charanga". Los ensayos de "Kop’a vino" da gusto verlos. Suena con fuerza y están bien compenetrados. Eso sí, lo que van a plantear en las tablas del teatro Jovellanos durante el concurso de las charangas es un secreto mejor guardado que la fórmula de la Coca Cola. No quieren dar ni una pista, ni siquiera un detalle, para que el espectáculo no pierda ni un ápice de punch. Lo único que se atreven a avanzar es que será algo inesperado.

La charanga Kop'a de vino durante uno de sus ensayos.

La charanga Kop'a de vino durante uno de sus ensayos. / MARCOS LEON

Todo esto lo cuenta Felipe Martínez, que es el padre, por cierto, de Enol y de Xana. Es el presidente de la charanga. "¿Por qué vamos a apostar? Casi mejor que por la quiniela", cuenta uno de los miembros cuando se le pregunta al presidente por algún detalle de la actuación. No suelta prenda. Eso sí, lo que deja claro el responsable de esta agrupación es que el objetivo de todos sus miembros, desde el primero al último es pasarlo lo mejor posible. No se marcan ningún objetivo en la actuación del Jovellanos. "La perspectiva es pasarlo bien. Ni más ni menos", dice Martínez. "Al final, las puntuaciones dependen de si lo que ve la gente le gusta o no. No se sabe qué es lo que va a puntuar el jurado y qué no", reflexiona. Con lo cual, lo dicho, que ver veremos y que lo que contará será que haya buen rollo. En eso tienen mucho ganado.

"Kop’a vino" tiene mucha historia en el Antroxu gijonés. Estuvieron en el primer concurso que se celebró siendo "Os brasileiros". El local suyo está en la calle Narcea y suelen ensayar habitualmente en el colegio Nicanor Piñole, en el patio, o bien en el gimnasio del colegio Noega. Han quedado en once ocasiones en primer lugar en el concurso de charangas. Eso sí, el año pasado no les fue tan bien. Fueron penúltimos con lo que hay amplio margen de mejora. Pero no quieren hablar de eso. Ellos son de filosofía cholista. Ensayo a ensayo y luego que prime la folixa. La percusión y los bailes es lo que manda en esta charanga, cuyos ensayos se oyen desde lejos. "A veces tenemos nuestros más y nuestros menos con algún vecino, pero qué se le va a hacer", reconoce el presidente.

La charanga tiene también una reivindicación. La hace Julio Díez, otro de los veteranos. Pide que haya más dinero para los premios. "La Alcaldesa debe de dejar de gastarse el dinero en carriles bicis y cosas así e invertir más en el carnaval porque los premios son irrisorios. Los carnavales salen gracias a la gente de la calle y con los premios no se cubre ni la quinta parte. El IPC ha subido mucho y los premios han bajado", analiza Díez, miembro de una charanga que tiene cantera.

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