La reapertura del planetario se retrasa al menos un año por trabas administrativas

La Universidad carece de tiempo para licitar un proyecto que opte al remanente del Ayuntamiento, la única vía de financiación factible

El acceso al planetario de Gijón, en la Escuela de Marina Civil, con la cúpula al fondo. | Marcos León

El acceso al planetario de Gijón, en la Escuela de Marina Civil, con la cúpula al fondo. | Marcos León / G. Cuesta

G. Cuesta

La renovación y apertura al público del planetario de Marina Civil ha quedado fuera de órbita. Un problema de plazos administrativos dilatará aún más la puesta en marcha del proyecto que pretende remodelar el proyector y la mesa de control de un espacio que lleva dos décadas cerrado al público. Con la prórroga del presupuesto municipal y las elecciones de mayo, los gijoneses tendrán que esperar al menos hasta 2024 para poder admirar las estrellas en este icónico espacio, que lleva cerrado dos décadas.

Este nuevo retraso se produce por el mismo motivo que truncó la renovación de la sala en 2022, cuando se anunció su reapertura. La Universidad de Oviedo considera que será necesaria para ello una inversión de 70.000 euros. De esta cuantía, aproximadamente 50.000 euros llegarían en forma de aportación por parte del Ayuntamiento. Un desembolso que el Consistorio contempló en 2022. ¿Cuál es ahora el problema? El convenio entre ambas instituciones excluye la compra de material y la alternativa por la que se optó es hacer la transferencia con cargo a remanente líquido de tesorería. El remanente disponible suele determinarse a finales de abril, cuando se gestionan las posibles partidas en base a esa reserva. Sin embargo, es obligatorio que el beneficiario tenga a fecha de 31 de diciembre licitado y adjudicado el proyecto para percibir la aportación. Eso supone un margen de ocho meses para que la Universidad realice esos trámites, insuficiente para ejecutar la contratación.

La lectura es la misma para este año que para 2022. La única alternativa para esquivar este problema sería contemplar en los presupuestos municipales esta partida. Pero el escenario de prórroga ha dejado completamente arrinconado al planetario. En el horizonte queda pendiente encontrar una fórmula viable de financiación que se adapte a la velocidad administrativa para redactar los pliegos y sacar adelante un concurso de adjudicación.

Más allá de la inversión municipal, la Universidad estudia sufragar el resto de los gastos con otras alternativas, como puede ser la búsqueda de un patrocinador. El Rectorado tampoco descarta asumir parte de ese gasto. En realidad, una vez salvados los trámites administrativos, el proyecto conllevaría menos de un año de ejecución. Sería el tiempo necesario para la instalación de un nuevo y moderno proyector láser 4K que presidiría el centro de la cúpula. Un salto tecnológico de treinta años para la proyección de estrellas con un ojo de pez que proyecta a 180 grados, se suma la capacidad de reproducir hasta películas en alta calidad. El nuevo aparato debe adaptarse al diámetro de la cúpula, que mide ocho metros, y ser compatible con un software utilizado en las clases de Navegación de la Escuela de Marina Civil, su principal función actual.

Al tratarse de una herramienta con un alto coste, el Instituto Universitario de Ciencias y Tecnologías del Espacio de Asturias (ICTEA) asesorará en la elección del dispositivo. Con su instalación, la idea es reabrir (principalmente los fines de semana) como antaño. El equipamiento cuenta con cuarenta sillas y un sistema de ventilación en buenas condiciones. Inaugurado en 1991, el paso del tiempo ha dejado desfasado el proyector "Sky Master 2KP II", con algunas funciones obsoletas y sin posibilidad de sustitución de piezas por falta de suministro. Esta pieza quedaría expuesta presidiendo la entrada al equipamiento.

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