Entrevista | Pelayo Barcia Castañón Concejal de Tráfico, Movilidad y Transporte Público y presidente de Emtusa, la Empresa Mixta de Tráfico y el Centro de Transportes de Gijón

"Haremos una ordenanza de movilidad sin prohibiciones inventadas a nivel local"

"Cimadevilla tal y como está ya puede ser una zona de bajas emisiones y en La Calzada toda acción será a título informativo, sin restricciones de acceso"

"No se va a ampliar la ORA, se harán pequeños ajustes de no más de cien plazas en zonas como La Arena"

"El problema no es cuántos kilómetros de carriles bici se hacen sino hacerlo bien, se ha visto en el Muro"

Pelayo Barcia, edil de Tráfico, Movilidad y Transporte Público, en la entrada de un aparcamiento con el Muro  al fondo. | Ángel González

Pelayo Barcia, edil de Tráfico, Movilidad y Transporte Público, en la entrada de un aparcamiento con el Muro al fondo. | Ángel González / R. Valle

No es nuevo en el Ayuntamiento. De hecho fue director general de Empleo en el anterior gobierno de Carmen Moriyón. Desde la oposición, el forista Pelayo Barcia fue el azote de la concejalía de Movilidad de la izquierda y su firma aparece en una de las dos demandas que llevaron al Tribunal Superior de Justicia de Asturias a declarar la nulidad de la ordenanza de movilidad. Ahora, ya como edil de gobierno con competencias en esa área, impulsará en el Pleno del martes la retirada del recursos judicial ante el Supremo que mantenía en vigor esa ordenanza. No es lo único que viene a cambiar.

–Su concejalía es de Tráfico, Movilidad y Transporte Público. ¿Ese es el orden de prioridades? ¿Los coches primero?

–No, no. La movilidad es un concepto general que va más allá de esta concejalía, entra en juego Urbanismo, Obras Públicas e incluso Servicios Sociales. Pero en esta concejalía se gestionan también contratos de semáforos, autorizaciones de aparcamiento... Ese peso administrativo se centra, de siempre, en el tráfico rodado. Y la tercera pata es el transporte público, e insisto mucho en lo de público porque la nueva movilidad tiene que encabezarla el transporte público. Nosotros hacemos una defensa de él.

–¿Con usted se va a acabar esa guerra al coche del Ayuntamiento que acusaron de provocar al anterior gobierno?

–Mi objetivo principal es acabar con la crispación que se había generado. Se creó un conflicto innecesario desde una concejalía (por la de Aurelio Martín) que se empeñó en correr más de lo que se puede. Yo quiero volver a la normalidad que había en anteriores mandatos. Antes del 2019 también hubo planes y también hubo cambios en movilidad pero no esa conflictividad. Queremos poner a todos al mismo nivel porque detrás de un coche hay una persona, en una bicicleta hay una persona, y evidentemente, un peatón es una persona y la mayor parte de las veces son los mismos.

¿Cuántas plazas de aparcamiento vamos a crear?; las que se puedan, ya estamos buscando las parcelas

–¿Y esa normalidad se consigue simplemente anulando la ordenanza?

–La ordenanza no la anula el gobierno, la anuló el TSJA por la negativa del anterior gobierno a cuantificar el coste de la norma para los gijoneses. Es muy guapo decir que promulgas una norma en favor del medio ambiente, que eso lo aplaudimos todos, pero que se tienen que gastar 500 o 600 millones de su bolsillo más de 40.000 vecinos para cambiar de coche. Quisieron ocultar la verdad.

–¿Entonces?

–Nosotros vamos a promulgar otra muy centrada en la normativa europea y estatal. La real, no la que invocaba el anterior gobierno. Una ordenanza donde convivan todos los medios de transporte y sin crear prohibiciones innecesarias. No vemos necesarias prohibiciones como la que había de estacionamiento cuando nadie entiende qué contamina estacionar o no estacionar. Para mi, además, anular la ordenanza tiene un valor importante, el de la palabra dada. Nos comprometimos a anularla y lo vamos a hacer. Y eso es una esperanza para quienes perdieron la confianza en las promesas electorales.

–¿Se da marcha atrás a controlar el tráfico como elemento contaminador?

–Iremos implantando medidas pero más consensuadas y no impuestas de un día para otro sin dar explicaciones

–Consensos en Gijón... parece difícil.

–La realidad es que antes de esta ordenanza los debates que existían eran en pequeños reductos. Nadie se sentía atacado por tener un coche ni había conflictos entre unos y otros. Se nos intenta achacar que estamos en contra de, por ejemplo, las bicicletas cuando fuimos el gobierno que más carriles bici hizo. Pero no es un problema de cuantos kilómetros se hacen sino de hacerlos bien. Ahora vemos más ciclistas en el Muro y es por una cuestión de seguridad. Hay un carril bien hecho.Y vamos a seguir haciendo carriles bici, por la obligación que tenemos con los fondos europeos y porque creemos en ellos.

–Hasta que llegue la nueva ordenanza se vuelve a una norma de 2002. ¿Queda Gijón en una situación de vacío legal?

–Ningún vacío. No es obligatorio tener una ordenanza. Una ordenanza es una norma para regular asuntos de carácter estatal o meter cosas propias, como lo que se hizo con lo de las pegatinas, pero no tenerla no incumple ningún mandato legal. El ejemplo está en las sanciones que se han emitido y donde el Ayuntamiento no invoca la ordenanza, invoca el reglamento general de circulación. La propia parte recaudatoria del Ayuntamiento ya se había protegido ante una supuesta nulidad. Seguiremos funcionando con esta normativa estatal hasta que tengamos la nueva ordenanza, que será muy similar a la de ciudades de su entorno. Sin prohibiciones ni obligaciones inventadas de carácter local. Y, como con el resto de ordenanzas, nos gustaría lograr el mayor consenso e invitamos a todos a la negociación.

Pelayo Barcia, en el Muro.

Pelayo Barcia, en el Muro. / ANGEL GONZALEZ

–¿Tendrá esa anulación efectos retroactivos en cuanto a devolver dinero de multas o de las tarjetas de aparcamiento a personas con movilidad reducida?

–Hay que mirar caso por caso. Puede que haya alguna posibilidad de recurrir en algún caso pero siempre a instancia del interesado, No habrá un procedimiento de revisión general por parte del Ayuntamiento.

–¿Qué van a hacer con las obligadas zonas de bajas emisiones?

–Hay que acabar con ese mantra y hay que diferenciar entre zonas de bajas emisiones y lo que había. Y lo que había era una prohibición general de estacionamiento para los vehículos sin derecho a distintivo en la zona regulada, que pasaría a toda la zona urbana en 2026, y la obligación de exhibir el distintivo ambiental. Y eso no viene impuesto ni por Europa, ni por Madrid ni por la comunidad autónoma. Era invención pura y dura del anterior equipo local. Europa lo que ha fijado es la prohibición de fabricación de vehículos a combustión a partir de 2035 y la creación de zonas de bajas emisiones. Que no tienen que ser la ciudad entera, ni barrios enteros, ni las 24 horas del día... Cimadevilla tal y como está ya podría ser considerada zona de bajas emisiones. Como han hecho Córdoba o Pamplona con sus cascos históricos.

–¿Y La Calzada? ¿La propuesta de zona de bajas emisiones allí le ha dado a Gijón muchos millones de euros de Europa?

–El proyecto dice que hay que implantarla no que haya que sancionar. Está muy bien que en La Calzada haya equipos controladores de emisiones y de tráfico para sacar datos y tener información. Pero eso no quiere decir que se vayan a poner restricciones de acceso en La Calzada, ni mucho menos. Nuestro compromiso es que mientras no termine el proceso de descarbonización de Arcelor y se ejecute el vial de Jove no vamos a poner en marcha ninguna restricción de acceso, circulación o estacionamiento en la zona oeste. Todo será a título informativo.

–¿Eso conlleva devolver dinero a Europa?

–No.

–¿Cimadevilla será entonces la zona de bajas emisiones de Gijón?

–Sería fácil de implementar. Ya tenemos las cámaras y todo lo demás. Pero siempre manteniendo los horarios y los criterios de acceso de ahora.

–Hablan también de hacer un nuevo Plan de Movilidad. Sería el tercero en poco años. Casi parece una broma.

–El problema con el anterior gobierno es que quiso correr demasiado y se hicieron muchas cosas pero mal. Desde el punto de vista interno, de gestión dentro del Ayuntamiento, y externo, con los vecinos. Por eso ahora esta concejalía tiene que hacer una ordenanza nueva y un plan nuevo.

Las nuevas tecnologías pueden hacer que Emtusa tenga tarifas dinámicas para pagar menos cuanto más se viaje

–¿No vale nada del Plan que esá aprobado?

–Lo que no puede ser es un documento que ya nace mal. Los vecinos de "Les Caseries" ya han dicho que lo quieren recurrir, no se que margen legal tiene eso pero es un mal comienzo. Vale más replanteárselo y a partir del otoño reunirse con todos los agentes y empezar a negociar. Si lo que sale es un documento que respeta lo anterior pues sin problemas pero nosotros hay cosas que no vemos y que son eje del plan actual. No vemos la ampliación global de la ORA, no vemos el doble sentido en Pablo Iglesias y no vemos medidas que suponen trasladar el tráfico de un barrio a otro para solucionar problemas que ellos mismos han creado.

–¿Foro no va a ampliar la ORA entonces?

–Habrá alguna zona, como en La Arena, o en los laterales de la actual zona regulada donde se harán ajustes pero estamos hablando de más menos cien plazas. Ningún cambio sustancial.

–¿Se verá la implantación de plazas de prioridad para residentes o de alta rotación?

–Es algo a tratar en la nueva ordenanza. Las plazas de alta rotación ya se plantearon cuando nosotros gobernamos y pueden ser interesantes. El objetivo de la ORA cuando se implantó no era sacar dinero a los gijoneses era fomentar la rotación, sobre todo en las zonas más comerciales.

–En su programa electoral hablan de crear 200 plazas de aparcamiento en La Calzada. En el de sus socios del PP de crear 6.000 en todo Gijón. ¿Cual es la cifra a conseguir?

–La respuesta correcta aquí es las que se pueda. Estamos ya en la búsqueda de parcelas, municipales y privadas, y en La Calzada y en cualquier otro sitio de Gijón, para conseguirlo. Mientras la gente necesite el coche para sus quehaceres necesitará donde aparcar. Ojo, esto en superficie. También seguiremos con los planes para la concesión de aparcamientos soterrados, como en Cocheras o en San Agustín. Algo de lo que Aurelio Martín habló pero de lo que no hay mucho hecho.

–¿Y el avanzado convenio con Carrefour para usar sus plazas en La Calzada?

–Está encima de la mesa pero queremos primero tener una valoración de las plazas que pueda crear directamente el Ayuntamiento antes de decidir si seguimos o no con este proyecto.

–¿Se ha notado mejoría en el Muro con la nueva regulación?

–No tengo una respuesta en datos pero lo que se trasmite es que todos, peatones, ciclistas y conductores, circulan con mayor sensación de seguridad. Igual con esto que con el soterramiento nosotros no buscamos incrementar el tráfico en el Muro, ni crear una autopista. Es racionalizar el espacio y que todo sea más seguro.

–¿De verdad es viable el soterramiento del Muro? Sobre todo en su financión.

–Un elemento clave es que se trata del único proyecto importante que está sobre la mesa que es cien por cien municipal. Todos los demás, plan de vías, Gijón azul, solarón... son prioritarios para Gijón pero dependen de terceros. Que sea municipal lo hace más factible ¿El tema económico? Depende de Hacienda. Nosotros desde Tráfico velaremos por otros elementos para que no se cree una zona peatonal por donde no vayan peatones o un túnel por donde nadie pase. Toca hacer estudios, que eso es lo que se va a presupuestar para 2024, y de ellos saldrán las cifras. Sin olvidar el interés de privados por un parking que podría ayudar a la financiación. Técnicamente no hay ninguna duda de su viabilidad. Solo hace falta ver el parking del Náutico.

El Plan de Movilidad ya nace mal con el anuncio de «Les Caseríes» de recurrirlo, vale más replanteárselo

–¿Van a seguir revirtiendo lo hecho? ¿Cómo en Ruiz Gómez y Caridad?

–No es revertir por revertir. Es volver a la normalidad. Luego hay cosas que no se pueden cambiar por estar vinculadas a fondos europeos, como el carril bici de El Coto, que nos llevaría a perder muchos millones. En eso habrá que esperar los años de carencia del plan par ver que decisión se toma.

–Emtusa se acaba de quedar sin los millones de Europa para su renovación de flota y cocheras. ¿Cómo es su situación económica?

–Aunque ha recuperado los viajeros de 2019 los ingresos son menores porque con las nuevas tarifas se han desplazado los usuarios de pago en efectivo a pago con tarjeta. Y, además, hay que hacerse cargo del 20% de ese descuento. Una rebaja estatal que acaba pagando el Ayuntamiento. En lo contable es un perjuicio pero en lo social es positivo porque permite que más pasajeros suban a los autobuses. Luego está el problema de la renovación de la flota.

–¿Cual es?

–La edad media de los autobuses es superior a los ocho años, alrededor de diez en los articulados. Además de la obligación legal de descabonización. Por eso es un palo no haber recibido esos fondos europeos que obligará a que esos cambios se tengan que hacer exclusivamente con financiación municipal.

–¿Qué tarifas están previstas para Emtusa? ¿Se podrán mantener las actuales sin el descuento estatal?

–Eso es inviable. En Gijón y en cualquier municipio. A no ser que se quiera llevar a la quiebra un servicio público. La tarifa correcta es aquella en la que el usuario pague algo para que valore el servicio pero que consiga que los autobuses vayan llenos. Hay, además, que probar las nuevas tecnologías para buscar tarifas más dinámicas que fomenten que se pague menos cuantos más viajes se hagan.

–Entre sus competencias está también el Centro de Transportes.

–Tiene mucho potencial en cuanto a la logística del transporte de última milla o como aparcamiento permanente para autocaravanas. El problema del Centro es que al ser una sociedad participadaal 50% por Ayuntamiento y Principado le falta un liderazgo claro que le de empuje. También es importante que entre administraciones no nos hagamos competencia. Ya estamos nosotros, el Puerto y estará la Zalia. Habría que buscar políticas para equiparar tarifas.

–¿Su plan para los taxis?

–Apoyar al sector y colaborar con ellos en todo lo que tiene que ver con la descarbonización y aumentar el número de eurotaxis, que ahora solo hay el mínimo que se exige por ley. Y lo más importante, hace una nueva ordenanza del taxi. Vamos a colaborar con ellos.

–¿Más licencias?

–No, la carga de trabajo es muy temporal.

–Hablando de cumplir promesas. Usted en la oposición prometió ir con una excavadora para reabrir al tráfico la avenida del Molinón...

–El proyecto de soterramiento del Muro habla de llegar hasta la rotonda del Molinón lo que permitirá que el tráfico siga pasando por la avenida, eso sí, de forma soterrada. Así que se cumplirá la promesa.

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