La UNED prevé acoger a 4.500 alumnos en Asturias durante este curso

El centro asociado de Asturias despide a 176 egresados, 128 alumnos de grado y 48 de máster

Un momento del acto.

Un momento del acto. / Luisma Murias

El centro asociado de la UNED en Asturias, con sede en Gijón, a la espera de un posible segundo plazo para estudios de grado, espera acoger a alrededor de 4.500 estudiantes, una cifra que permite garantizar el ritmo de un centro formativo que despidió ayer a su última promoción de egresados, con 176 titulados, de ellos, 128 con grado y 48 con máster. "La UNED en ningún caso ha de ser valorada como una competencia a las universidades presenciales", indicó Juan Carlos Menéndez Mato, director de la UNED en Asturias.

La gala de despedida, celebrada ayer en las instalaciones del centro en Gijón, tuvo como asistentes, además de a Menéndez Mato, al vicerrector adjunto de la UNED, Íñigo Tejera, así como a la directora general de Universidad, Cristina González, y a Ángeles Fernández-Ahúja, edil de Educación en Gijón. Acudió, también, el director de la Agencia de Ciencia, Competitividad Empresarial e Innovación Asturiana (Sekuens), David González, que participó como ponente para pronunciar una lección inaugural "Imaginando la Asturias del futuro". En su charla dijo imaginarse una región convertida "en un refugio climático y tecnológico".

Respecto al pasado curso, de los 176 egresados también hubo una mayoría femenina, con 109 mujeres, y durante el año académico se realizaron 595 asignaturas tutorizadas y 5.870 webconferencias. Para este curso entrante, por ahora, la mayoría de matriculados son de Gijón, con 1.215. Por detrás, siguen Oviedo (901) y Avilés (246), con una edad media total de 39 años y una demanda especialmente notoria en el grado de Psicología, que tiene a 731 interesados. Menéndez Mato, por último, aclaró que el perfil del matriculado en la UNED es "muy variado", y que incluye a alumnos que están trabajando o cuidando de allegados y no pueden conciliar con un curso académico estándar, a estudiantes que residen lejos de la ciudad y prefieren un formato semipresencial y a aquellos que no han podido acceder a la universidad por notas de corte, así como a alumnos que realizan su formación superior mientras se encuentran en centros penitenciarios.