Torices muestra su mirada particular del mar en la galería Aurora Vigil-Escalera

«Huellas», una de las piezas que componen «Fragmentos».

«Huellas», una de las piezas que componen «Fragmentos». / P. Antuña

Pablo Antuña

Pablo Antuña

El mar, como elemento de misterio, pero que transmite también paz. Una vista introspectiva a través de diferentes miradas. Javier Torices, que expone por quinta vez en la galería Aurora Vigil-Escalera, llega hoy con su nueva propuesta titulada "Fragmentos", en la que ofrece a través de dieciséis obras "una visión más detallada de los temas que me caracterizan". Es decir, que el mar es protagonista en sus pinturas realistas, pero esta vez el artista aporta otro enfoque: "Me centro más en planos cerrados, de orillas, reflejos, espumas, burbujas u oleajes", detalla.

El artista, que realiza "una visión más íntima", muestra momentos del Mediterráneo, Atlántico o el Cantábrico. "Pinto allí donde puedo ver un buen tema, que transmita sensaciones o emociones", afirma Torices. ¿Y qué tiene el mar de especial para crear? "Tiene misterio lo primero, es profundo e inalcanzable. Nos transmite serenidad y calma. Nos hace mirarnos para dentro, una introspección, y nos pasa a casi todas las personas cuando miramos el mar. Lo que trato cuando hago estos cuadros es que el espectador transite por ese camino, y vaya directo a sus emociones, sensaciones y recuerdos", valora.

Respecto a la técnica que ha usado para esta nueva obra, Torices explica que "pinto acrílico sobre tablas siempre, pero aquí como novedad introduzco formato redondo, buscando esa mirada más íntima y profunda, parece que al ser redondo se concentra más el tema". Y añade los momentos que mejores posibilidades encuentra para realizar sus obras: "Pinto en día luminosos, soleados, de mucho contraluz. Aunque los días nublados también nos transmiten calma y serenidad, pero son un poco más melancólicos, entonces siempre busco la luz, la contraluz en la ola y la luz directa".

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