Entrevista | James Ramos Arévalo Director del Wollemi College de Australia

"En Australia es común la educación separada, me ha chocado el contraste"

"En España se tiende a estandarizar; hay que promocionar la variedad, que cada colegio tenga su identidad"

James Ramos Arévalo.

James Ramos Arévalo. / S. G.

James Ramos Arévalo (Paraguay, 1977) es director del Wollemi College de Australia desde hace tres años y disfruta estos días de un descanso navideño en Gijón, donde vivió parte de su infancia y adolescencia. Decidió aventurarse a estudiar en el extranjero y ha encontrado el entorno ideal en el país oceánico, del que destaca la efectividad de su modelo educativo.

–De nacer en Paraguay a dirigir un colegio australiano tras criarse en Gijón. ¿Cómo ha sido?

–Me interesaba quedarme en Australia tras estudiar Comercio en la New South Wales University y empecé a trabajar como profesor en el 2000. Es un sitio increíble si te gusta la naturaleza o el deporte, con una sociedad muy abierta. Y hay más obsesión en España por la corrección del inglés que allí.

–¿Qué tipo de centro es el Wollemi College?

–Cumpliremos 25 años en febrero. Es de Primaria y Secundaria, para niños. Privado y de espíritu católico. Salimos hace un mes en los medios por ser uno de los que más está en crecimiento en Sidney. Siempre hemos estado rodeados de prados y canguros (ríe).

–¿Qué tal la experiencia como director?

–Tengo un equipo espectacular y también lo es la comunidad educativa. Si hay que elegir un lugar donde aprender a ser director de un colegio, es donde estoy yo. Los padres están comprometidos con la educación de sus hijos. Es fascinante la variedad de países de origen, los modos de pensar. Hay estudiantes de Filipinas, India, Malta, Rusia, Croacia, etc. Somos 550 alumnos y lo bonito es ver lo bien que se compenetran los grupos.

–¿En qué se fundamenta la manera de trabajar del colegio?

–Nos centramos en la educación personalizada y eso demanda que se trabaje con los padres. Si un niño aprende una cosa que no se apoya en casa no le va a cundir. Otro pilar es la educación del carácter, no solo importa lo académico.

–¿Ve similitudes entre los sistemas australiano y español?

–El de Australia ha tomado cosas del de España, como esa cooperación entre padres y colegio. Me ha sorprendido al volver el tema de la educación separada y mixta. En Australia es común la educación diferenciada. Me ha chocado el contraste entre el pragmatismo y otras cosas que pueden ser más ideológicas o políticas.

–¿El aprendizaje se basa en los libros de texto?

–Cada vez menos. Se estudian más pedagogías para capturar la atención del alumno. También ha cambiado el modo de aprender con las nuevas tecnologías y la inteligencia artificial, la cual usamos como una herramienta en vez de verla como un obstáculo.

–¿Han evolucionado las fórmulas de evaluación?

–Hay variedad aparte de los exámenes. Se le da valor a las presentaciones orales, al trabajo en equipo, las habilidades sociales... Las universidades se están peleando por los alumnos.

–Hay cierto descontento con el panorama actual en España en cuanto a educación. ¿Cómo lo ve desde fuera?

–Muchos colegios no encuentran suficientes alumnos. Hay una tendencia a estandarizar mientras que en Australia se promociona la variedad y que cada centro tenga su identidad, que muchas veces tiene que ver con el barrio.

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