Una empresa de fuera de Asturias se interesa por comprar la parcela del histórico bar Pío en Gijón

La adquisición podría formalizarse en los próximos días, tras más de una década con el terreno cerrado: "Era un foco de infecciones"

Una empresa de fuera de Asturias se interesa por comprar la parcela del histórico bar Pío en Gijón

P. Palomo

Pablo Palomo

Pablo Palomo

Movimiento muy importante en el urbanismo de la zona Centro de Gijón. Una firma de fuera de Asturias ha realizado una oferta para adquirir la parcela del número 15 de la calle Santa Lucía, donde se encuentra la fachada modernista del edificio en cuyos bajos antaño se encontraba el añorado bar Pío. El terreno, que se encontraba cerrado desde hace años y donde ahora hay un solar lleno de maleza y de basura, había pasado a manos de la Sareb desde hacía ya algunos años. Por ahora, no han transcendido datos económicos de la puja, pero sí que las fuentes consultadas por este periódico confirmaron ayer que las conversaciones se encuentran muy avanzadas y que podrían cerrarse con el estampado de la firma de la compra en un plazo de quince días si no hay contratiempos. La parcela era un quebradero de cabeza para los vecinos de la calle Santa Lucía y para los comercios de la zona por las molestias que generaba. "Era un foco de infecciones", expresaron ayer.

El precio de venta por el que inmueble, muy deteriorado ya que del edificio original tan solo resta la fachada, había salido al mercado en su momento era de 729.000 euros. La empresa que ha realizado la oferta no tiene sus raíces en el Principado, pero sus intenciones son firmes y la compra está cerca de cerrarse. Las fuentes consultadas explican que el proceso se encuentra ahora en la fase de analizar si el terreno tiene cargas pendientes. En el caso de que todo esté correcto, la operación se espera que tenga luz verde en las próximas dos semanas. La Sareb había recurrido en fechas pasadas a Hipoges, una compañía encargada de gestionar sus activos inmobiliarios, para posicionar este inmueble en inmobiliarias locales y regionales. Algunos de estos negocios eran Inmobiliaria Marino o Copun Consulting.

La operación se encuentra ya en una fase tan final de la misma, que los vecinos y comerciantes de la zona ya habían tenido en los últimos días noticias de la misma. Muchos de ellos comentaron ayer que por el lugar se habían personado varios conocedores de la venta para analizar el solar. Había cundido cierta intranquilidad entre los residentes de la calle ya que el pasado fin de semana las vallas que protegían el acceso al solar habían aparecido tumbadas en el suelo. De esta forma, el interior de la parcela quedó a la vista con el consiguiente riesgo de que dentro se colaran personas en su interior. Desde la calle, ayer eran perfectamente visibles los rastros de basura que había dentro. Había innumerables botellas de refresco vacías, latas de cervezas descoloridas por el tiempo, envases de natillas y hasta dos piernas de maniquíes de plástico.

Por la izquierda, Carmen López y Leonor Gato, ayer, en una terraza de la calle Santa Lucía con el edificio del bar Pío detrás. | Luisma Murias

Por la izquierda, Carmen López y Leonor Gato, ayer, en una terraza de la calle Santa Lucía con el edificio del bar Pío detrás. | Luisma Murias / Pablo Palomo

La venta ha sido acogida con expectación por parte de los vecinos comerciantes. "Era un foco de infecciones y de humedad. Había hasta ratas. Era un problema para los vecinos", comentó Bárbara Rúa, una hostelera de la zona. "Es una alegría que lo vayan a arreglar, aunque los clientes de los bares vayamos a tener que aguantar el ruido de los trabajos", explicaron, por su parte, Carmen López y Leonor Gato, dos clientas de un popular bar de la calle Corrida. "Es una buena noticia, además, esta fachada, cuando la limpien tiene que ser bonita", reseñaron a su vez Miguel del Valle y Ana López, otros dos clientes de este mismo local hostelero.

Precisamente, la fachada (o lo que queda de ella) del edificio del número 15 de la calle Santa Lucía es ejemplo vivo de la arquitectura modernista de la zona. El Plan General de Ordenación Urbano califica la zona como suelo urbano consolidado por lo que se permite levantar pisos, siempre que se respete la fachada original, protegida en el catálogo urbanístico. La superficie construida sobre rasante es de 592 metros cuadrados con una altura de cinco plantas, incluyendo en el bajo comercial de 95 metros cuadrados. El edificio original data de 1890. El deterioro del bloque tiene sus raíces en la crisis del 2008, cuando un proyecto privado emprendió su vaciado, que quedó paralizado por el atragantón económico. Desde entonces las quejas y la caída de cascotes estuvieron a la orden del día.

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