Una mujer de 83 años trata de sofocar un incendio en su chalet de Gijón

Los bomberos tuvieron que intervenir para apagar las llamas, desatadas en un garaje: "Teníamos miedo de que explotara el coche"

Una mujer de 83 años trata de sofocar un incendio en su chalet, en Gijón

Pablo Palomo

Pablo Palomo

Pablo Palomo

Nuevo incendio en Gijón y nuevo susto. Los bomberos tuvieron que sofocar las llamas desatadas en un garaje de un chalet en la gijonesa parroquia de Castiello. El incendio se declaró sobre las cuatro de la tarde y fue la dueña de la vivienda, una mujer de 83 años, la primera que trató de ponerle coto al fuego. Según explicó su hija, que también estaba presente en el inmueble, a LA NUEVA ESPAÑA, la mujer tomó una manguera por su cuenta y comenzó a rociar con agua la zona. Lo hizo por temor a que el fuego, que generó importantes daños materiales, afectara a un vehículo con el depósito lleno de gasolina que había aparcado dentro de la cochera. "Teníamos miedo de que explotara", aseguraron.

Al final, tuvieron que ser los bomberos y la Policía Nacional, que llegaron en cuestión de minutos a la zona, situada en el camino del Curullu, los que se hicieran cargo de la situación. Según explicó la hija de la mujer de 83 años ambas se encontraban en la vivienda cuando sucedió todo. Estaban comiendo en la cocina, viendo la tele, cuando percibieron que se fue la luz. A continuación escucharon sonidos muy fuertes "como de un machete" en las tuberías de la vivienda. El fuego ya había comenzado y lo vieron salir desde fuera de la casa por una de las ventana. Según ellas mismas explicaron, la causa de las llamas se debió a un cortocircuito. Si bien, dado que en el garaje había una estantería con botes de pintura estas encontraron en estos objetos el combustible para propagarse.

Tras la intervención de los bomberos, la situación quedó bajo control. "Mi madre quedó con toda la cara negra, llena de hollín", explicó la hija. Afortunadamente, ninguna de las dos resultaron heridas. Sí que la señora tuvo que ser atendida en el lugar de los hechos por una ambulancia para descartar que hubiera sufrido quemaduras o daños por la inhalación de humo. Lo peor de todo fueron los daños materiales. El garaje quedó en muy mal estado, se perdieron varios objetos, entre ellos una segadora, y el coche quedó seriamente afectado. "Tenía un valor sentimental puesto que era de mi padre, quien falleció hace ahora cinco años", finalizaron.

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