La figura de la semana | Fernanda Hidalgo Portera del Telecable Hockey, recientemente proclamada campeona del mundo

El cerrojo de la meta del Telecable se llama Fernanda Hidalgo y esta es su historia

Fisioterapeuta en Gijón, la mejor portera del mundo es aficionada a la lectura y una jugadora siempre dispuesta a ayudar a sus compañeras

Caricatura de Fernanda Hidalgo

Caricatura de Fernanda Hidalgo / Mortiner

Pablo Palomo

Pablo Palomo

De Fernanda Hidalgo, el cerrojo de la portería del Telecable, se podrían decir muchas cosas y todas buenas. Se podría reseñar, por ejemplo, y sin temor a errar, que es una de las mejores porteras del mundo –si no la mejor–, que tiene una capacidad, un sexto sentido si se quiere, para saber leer las jugadas y anticiparse un segundo antes a lo que va a suceder en la pista. Y también que sus desplazamientos a la hora de articular el juego de su equipo juegan un papel importante en el esquema de Nathasa Lee. Todo eso es cierto y así lo confirman sus más cercanos. Pero también lo que cuentan es que esta joven de 26 años, de procedencia chilena, sonrisa risueña, alegría desbordante y capacidad de trabajo para regalar, es también una excelente persona fuera de la cancha. Una jugadora que, pese a brillar por sus individualidades, sabe aportar en lo colectivo, estar siempre presta para la ayuda y echar una mano a aquella compañera que lo necesita.

Habría sido mucho pedir que naciera un diez de octubre para poder decir aquello de que Fernanda Hidalgo es un diez de diez, pero aun habiendo llegado a este mundo un 15 de abril de 1998, se puede decir que la portera chilena, flamante campeona del mundo tras ganar la Intercontinental en Argentina, es matrícula de honor no solo en lo deportivo, sino también en lo vital. Tanta gente no puede estar equivocada. Pese a su juventud, su trayectoria ya es para enmarcar. Internacional con su país desde hace ya años, aún le queda carrete para seguir sumando éxitos en su palmarés que, a buen seguro, serán éxitos también para un equipo, el gijonés, mítico a todos los efectos.

Esto se reseña porque Gijón ha abrazado a Fernanda Hidalgo, pero Fernanda Hidalgo también ha abrazado a Gijón y a Asturias. Es una mujer a la que el estilo de vida asturiano, tan de estar en la calle, tan de tener siempre los brazos abiertos, le encaja perfectamente en su idea vital. Por eso y porque también esta mujer, nacida en Santiago de Chile, es una jugadora que a su llegada a este rincón del Cantábrico hace tres años ya apuntaba maneras, pero fue en La Algodonera donde se confirmó como una de las mejores del mundo en su deporte. Fernanda Hidalgo experimentó en Gijón la clásica transformación que vive cualquier deportista que destaca, pero que aún no ha estado en un equipo con la exigencia de aspirar a todo. Aquí la tuvo. Y aquí cumple con creces.

Dicen los que la conocen que es una jugadora absolutamente clave. Y no solo por sus cualidades, sino por su carácter. Dicen en "petit comité" dentro del Telecable que es uno de los mejores fichajes que ha hecho el club en toda su historia. Y volvemos a remarcar que no solo por la cantidad de goles que evita, sino por esa suma de intangibles que componen el día a día de un vestuario. En un equipo como el Telecable, de barrio obrero, Fernanda Hidalgo ha entendido que el compañerismo, que ella ya traía de serie, suma enteros. Cuentan de ella que es una jugadora que aporta, que siempre está dispuesta para ayudar y que la misma capacidad de lectura que tiene para parar la bola lo tiene para leer cuando una compañera no está en su mejor momento. Y cuando eso pasa, Fernanda Hidalgo, acostumbrada a ser pilar, ahí está para apoyar.

De padres chilenos, cuentan sus cercanos que comenzó a practicar hockey por su hermano. Cuentan que primero la apuntaron a patinaje artístico, pero que muy pronto se pasó al hockey y rápidamente después se puso bajo los palos. Internacional desde bien joven, llegó a España con solo 17 años y contó ella misma en una entrevista con LA NUEVA ESPAÑA que ya desde que puso un pie en la piel de toro tenía el sueño de jugar en el Telecable. Sueño que cumplió.

Y sueño que seguirá cumpliendo porque ella ya ha echado en cierta manera raíces en la ciudad. Graduada en Fisioterapeuta, trabaja en una clínica de la ciudad. Vive en el piso de las jugadoras con Marta Piquero, Joana Valera y Ana Catalina con las que tiene una gran relación como con el resto de compañeras. De sonrisa perenne, es una mujer aficionada a la lectura, a la que le gusta salir y compartir la alegría que siempre le imprime a todas sus acciones. Una alegría que se deja notar cada vez que se pone bajo los palos de la meta del Telecable, a la que le ha puesto el candado para seguir haciendo historia con este equipo que ya es Historia (así, con mayúscula) del deporte asturiano y español.

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