Vial de Jove: la crónica de tres décadas enredado en papeles

La lucha vecinal, la ampliación de El Musel y el desarrollo de un barrio en la zona se han colado en la más que larga tramitación del vial de Jove

A la izquierda, asamblea del Colectivo en Defensa del Valle de Jove por el rechazo a la autovía en 1995. A la derecha, movilización a la entrada de El Musel contra la eliminación del túnel del vial de Jove.

A la izquierda, asamblea del Colectivo en Defensa del Valle de Jove por el rechazo a la autovía en 1995. A la derecha, movilización a la entrada de El Musel contra la eliminación del túnel del vial de Jove. / Ángel González

José Barrionuevo, Josep Borrell, Rafael Arias-Salgado, Francisco Álvarez-Cascos, Magdalena Álvarez, José Blanco, Ana Pastor, Rafael Catalá, Íñigo de la Serna, José Luis Ábalos, Raquel Sánchez y Óscar Puente. Esta es la lista de ministros –del PSOE unos, del PP otros y con la cartera de Fomento, Obras Públicas, Transportes o Movilidad, según la época– que se han sucedido en el gobierno de España desde que el 28 de junio de 1993 la Dirección General de Carreteras emitiera la orden autorizando la redacción del proyecto de construcción de "Nueva carretera. Ronda Oeste de Gijón. Autovía de acceso al puerto de El Musel. Tramo: Lloreda-Musel", con el objeto de duplicar la calzada entre Lloreda y Tremañes y prolongarla en autovía hasta El Musel. Este es el inicio oficial del movimiento de papeles vinculados a ese vial de Jove que ahora parecía acercarse al movimiento de tierras. Inicio oficial en el ámbito ministerial porque de una autovía por Jove hacia El Musel ya se había leído en el Plan General de Ordenación de 1986.

De aquella orden de 1993 salió un proyecto de trazado aprobado en julio de 1995, un proyecto de construcción que se sometió a información pública y que se valoraba en 1996 en 3.850 millones de pesetas, y un proyecto de expropiaciones que llevó a que las fincas afectadas por aquel trazado pasaran a ser titularidad de Fomento. También salió de aquella decisión inicial una oposición en Gijón a una carretera de cuatro carriles que movilizó a la zona oeste y a muchos partidos políticos unidos bajo el liderazgo del Colectivo en defensa del valle de Jove. Protestas, acampadas y hasta recursos a los tribunales de la Unión Europea, que obligaron al gobierno de España a volver a tramitar el proyecto.

La historia da un salto hasta 1998 cuando, en respuesta a las exigencias de la Dirección General de Calidad y Evaluación Ambiental, Carreteras ordena un nuevo estudio informativo. En él se analizaron dos alternativas, ambas en superficie, y en la aprobación provisional del estudio informativo fechada en septiembre de 2001, se elige un diseño de 3,9 kilómetros con dos calzadas de dos carriles de 3,5 metros, arcén izquierdo de un metro y arcén derecho de 2,5 metros. Es en el paquete de alegaciones al proyecto que presenta el Ayuntamiento donde se plantea, formalmente por primera vez, la opción de hacer un falso túnel para "aminorar enormemente tanto el impacto visual como la contaminación acústica, además de facilitar la permeabilidad".

Llegados a este punto se cruza en el camino el proyecto de ampliación del puerto de El Musel. Aunque ya había estudios previos desde el año 2000 es en 2003 cuando Puertos del Estado le plantea a Carreteras su plan de futuro ya definido y se paralizan las actuaciones de cara a reordenar la planificación de los accesos.

Un protocolo a tres

La nueva etapa para la definición de las comunicaciones del puerto, y por tanto de la larga y compleja historia del vial de Jove, comienza el 19 de diciembre de 2005 con la firma del protocolo de colaboración entre el Ministerio de Fomento, el Principado de Asturias y el Ayuntamiento de Gijón. Allí se redefinen todas las actividades necesarias para resolver la accesibilidad de El Musel y de la Zalia. En total, y para cinco obras, 146 millones. Ya de euros.

En este documento no hay ninguna definición técnica pero entre las cinco actuaciones a las que da cobertura está el "vial de Jove, entre la AS-19 y la glorieta Príncipe de Asturias", y se especifica que discurrirá "en túnel artificial bajo el bulevar, los tramos a cielo abierto serán los necesarios para la ventilación y para construir las salidas de emergencia". Se plantea una vía de dos carriles, uno en cada sentido, aunque sugiriendo un diseño compatible con "su posible duplicación si el nivel de servicio lo justifica". En este protocolo el coste del vial de Jove se lo repartían el Ministerio de Fomento y la Autoridad Portuaria, aunque finalmente se optó porque el Puerto asumiera la redacción del proyecto y Fomento la financiación de la obra.

El trazado del vial soterrado se establece en un documento complementario al protocolo y logra en 2007 la declaración de impacto ambiental. Ese año se aprueba definitivamente el estudio informativo. El plan de hacer un bulevar urbano encima de la vía soterrada quedaba en manos del Ayuntamiento. Siguiente paso. El proyecto de trazado presentada por la empresa Apia XXI en octubre de 2009 recibe la aprobación provisional de la Dirección General de Carreteras en marzo de 2010 como arranque a una tramitación que nunca llegó a aprobarse definitivamente.

Tampoco le iba mucho mejor a otro de los proyectos del plan de accesos al puerto. El Lloreda-Veriña, licitado en 2016 por 33 millones, tuvo que ser modificado en 2019 para sumar otros tres millones al coste para acabar resolviendo el contrato en octubre de 2020 con menos del 4% de los trabajos ejecutados. Ahora va por 60 millones.

A estas alturas de la película, y como la vida va más rápida que el papeleo del vial de Jove, esa parte de la zona oeste iba desarrollándose como espacio residencial. Y no casita a casita. A finales de 2007 empezaban a llegar las primeras familias que iban a ocupar los alrededor de 1.200 viviendas de El Lauredal. Un barrio que sumó negocios y algún equipamiento singular como una residencia de mayores y un tanatorio. Y que sigue creciendo. Sin olvidarse de otras promociones, incluidas altas torres, en el entorno.

Mientras, el vial de Jove encaraba una nueva tramitación ambiental en 2015 debido al tiempo transcurrido desde la anterior y los cambios normativos. Además, había que tener en cuenta una modificación en el trazado sobre el diseño original en el entorno de la glorieta de Príncipe de Asturias. En enero de 2016 se abre la fase de consultas previas que dan lugar a una adenda al documento ambiental y en julio de 2017 se emite resolución de informe de impacto ambiental. En ese 2017 se contrata desde la Autoridad Portuaria a TPF Getinsa Euroestudios la asistencia técnica para la redacción del proyecto de trazado y construcción del vial de Jove.

La recta final

Trabajo del que sale el proyecto de obra aprobado por la Dirección General de Carreteras el 19 de julio de 2021 con una estimación de unos 227,5 millones frente a los 163 de los que se había hablado el marzo anterior . Este proyecto del verano de 2021, una vez actualizados precios, plan de obra y plazo, se convierte en el aprobado en mayo de 2023, tras autorizar el Consejo de Ministros un gasto para el vial de Jove, impuestos incluidos, de casi 286 millones. Un año antes, y con la entonces alcaldesa Ana González a la cabeza, Gijón ya había montado en cólera al no ver ni un euro para el proyecto en los presupuestos del Estado.

Por eso el anuncio ministerial del año pasado, aunque fuera previo a las elecciones, se recibió con esperanza. Esta vez parecía la definitiva. Parecía que los papeles dejaban de ir de despacho en despacho y serían las máquinas quienes se movieran a partir de 2024. Ni siquiera parecía mucho esperar los cinco años que quedaban para estrenar el vial en base al cronograma de la obra.

Pero el miércoles pasado el Ministerio de Transportes, ahora liderado por Óscar Puente, volvía a convertir el vial de Jove en papeles. Esta vez en papeles que anulaban la licitación para la elección de la constructora al entender que no se podía hacer el túnel y en papeles que ponían sobre la mesa la alternativa de hacer o más barato, y rápido... un vial en superficie. Justo lo que llevó a la calle a los vecinos hace tres décadas y los vuelve a llevar ahora para decir no a lo mismo. No a un vial de Jove que crea una nueva barrera en la zona oeste y que no elimina el problema de la contaminación que genera el tráfico pesado y sufren los vecinos. No a un vial de Jove sin soterrar.

Del "ahora sí será una realidad" de la ministra Sánchez al "no hay marcha atrás" de Barbón

"Los gijoneses y las gijonesas están de enhorabuena. La luz verde al vial de Jove es una noticia muy esperada y marca un antes y un después en Gijón. Nuestro compromiso con Asturias es innegable. Seguimos avanzando". Así festejaba en sus redes sociales la entonces ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, la socialista Raquel Sánchez, la autorización por parte del Consejo de Ministros de los 286 millones de gasto para la obra gijonesa. Misma ministra que, ya en declaraciones a medios de comunicación, aseguraba tener la satisfacción "que da cumplir con la palabra dada. Puedo decir que llegó el vial de Jove y que, definitivamente, ahora sí, será una realidad".

Movilización a la entrada de El Musel contra la eliminación del túnel del vial de Jove. | Á. G.

Raquel Sánchez y Adrián Barbón, en un acto oficial en Asturias. / Irma Collín

No le iba a la zaga en optimismo por esa fechas el, entonces y ahora, presidente del Principado. "Ha costado mucho conseguir que pasara de ser un proyecto a ser una licitación, que lo que supone es que no hay marcha atrás. Ya no son palabras, son hechos", defendía Adrián Barbón. Visto lo visto en la última semana el vial de Jove ya no es una realidad y sí, si hay marcha atrás.

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