Memoria histórica a ras de suelo

Isidro Álvarez, Alfredo Rionda y José Álvarez, víctimas del nazismo, últimos receptores en la ciudad de su placa "Stolperstein"

Una tarde de recuerdo y tributo se vivió ayer en la calle de Los Moros. El motivo, la colocación del llamado "Stolperstein", un adoquín de la memoria que homenajea a las víctimas del nazismo. Es el último de la serie en la ciudad, completando los 34 del proyecto iniciado por el artista alemán Günter Demnig. Isidro Álvarez Martínez fue ayer el protagonista. Nacido en Cuba, su familia regresó después a Gijón, donde trabajó como funcionario de Correos. Huyó a Francia en 1939 y más tarde fue detenido y deportado al campo de concentración de Sachsenhausen. Volvió a Gijón en 1947. Lo hizo tras beneficiarse de un intercambio de prisioneros auspiciado por las Naciones Unidas por el que llegó a Argelia y después de pasar también por Italia. "No dejó nunca de escribirnos cartas", decía su nieta Carmen Jardón, que describió parte de la biografía de su abuelo. El tataranieto de Isidro Álvarez, Iván Jardón, no se quiso perder el reconocimiento.

Montserrat López Moro (Foro), concejala de Cultura, señaló que "la memoria histórica permite actuar como recordatorio de las consecuencias de negar los valores democráticos". La edil forista afirmó que "devolver la dignidad" a las víctimas es "una obligación y una deuda". "El pasado no se puede superar desde la ignorancia y el olvido", subrayó. Ovidio Zapico (IU), consejero de Ordenación de Territorio, Urbanismo, Vivienda y Derechos Ciudadanos, mostró su "respeto y admiración" por los homenajeados, que "sacaron fuerzas de donde no las había para luchar contra la barbarie nazi". Para Zapico, el de ayer era un encuentro para fomentar la "búsqueda de la justicia y la reparación". También reprochó la "espiral perversa" de algunos gobiernos autonómicos de la derecha de derogar leyes de memoria democrática. "En Asturias se va a salvaguardar la memoria de estas personas y de dignificar a sus familias", incidió. "Es lo mínimo que les debemos, esta difusión es imprescindible", resaltó Lourdes Cuetos, del Grupo Deportados Asturias. Virginia Gil Torrijos leyó un poema tras la colocación de la placa.

Alfredo Rionda Menéndez y José Álvarez Menéndez también cuentan desde ayer con su piedra de la memoria. En este caso, en el parque Teresa González de Tremañes. El primero se exilió a Francia y tras su ocupación fue enviado a un campo de prisioneros en Polonia para luego ser trasladado a Austria, donde falleció. Álvarez, que fue miliciano en la Guerra Civil, murió asesinado en 1942 en el campo de concentración de Mathausen. Ya se han colocado en la región 57 de estas placas, con la previsión de ubicar otras 23 en los próximos meses. Zapico adelantó que en 2026 los 190 asturianos deportados a campos nazis tendrán su homenaje, un tributo que se muestra a ras de suelo.

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