Entrevista | Rafael Ojedas, «Falete» Cantante, actúa hoy en Gijón, en la Laboral

"Toqué el cielo al cantar con Rocío Jurado; me faltó un dueto con Lola Flores"

"Los cantantes debemos ser como los bailarines, que convierten el escenario en un templo"

Falete, con la gijonesa Mina Longo, en una reciente foto en Sevila. Actúan juntos en La Laboral para homenajear a Rocío Dúrcal.

Falete, con la gijonesa Mina Longo, en una reciente foto en Sevila. Actúan juntos en La Laboral para homenajear a Rocío Dúrcal. / Pablo Antuña,

Pablo Antuña

Pablo Antuña

Rafael Ojedas, "Falete" (Sevilla, 1978), atiende la llamada de LA NUEVA ESPAÑA justo antes de entrar al rodaje de "Tierra de talentos", que lleva ya ocho ediciones en Canal Sur y en el que forma parte del jurado. Hoy estará en Gijón para ofrecer un concierto en el teatro de la Laboral (20.30) junto a la cantante gijonesa Mina Longo, ideóloga del espectáculo. Recital que lleva por título "Fue un placer conocerte" en el que hacen un homenaje al compositor Juan Gabriel y a Rocío Dúrcal. Estarán acompañados por el Mariachi Hispanoamérica y la pianista Inmaculada Suárez

–¿Cómo llega la nueva hornada de artistas que está conociendo en "Tierra de talentos"?

–Soy de la opinión de que hay que renovarse. También los clásicos. Las fusiones y renovaciones son positivas. Me sorprenden a día de hoy las nuevas generaciones que vienen porque son muy clasicistas a la hora de hacer música. Conocí, por ejemplo, un pianista de 15 años que es un virtuoso, imponente, a la hora de hacer unas piezas de Manuel de Falla con una expresión corporal y matices especiales. Me da la sensación que esto es como los muebles de caoba, que pasan los años y las termitas no los aniquilan. Quiero decir con esto que la música tien2 que renovarse e ir con los tiempos, pero la esencia sigue ahí y por más que nos movamos terminamos tirando de la matriz.

–¿Hay límites?

–Como en la vida, se los pone uno mismo. En mi caso sé hasta donde quiero llegar, lo llevo demostrando años y me funciona. Y sobre algunos estilos de ahora, no se puede comprar un mueble de madera aglomerada con una gran vitrina de caoba del siglo XVI.

–Llega a Gijón para este gran concierto con Mina Longo...

–Cuando me avisó para esta actuación ni me lo pensé. La música nos hace estos regalos. Compartir escenario con Mina es eso. Es una artista que ama tanto la profesión y es tan buena amiga, que respeta la profesión, lo único que te dan ganas es de cantar y mucho con ella, para descubrir cosas nuevas.

–Harán un homenaje a Juan Gabriel y Rocío Dúrcal.

–Son dos genios. Juan Gabriel dejó un legado de canciones tan inmenso, que hasta los seguidores acérrimos nos sorprendemos porque no conocemos toda su discografía, que es espectacular. Vamos a homenajear a dos grandes de la canción, que son fuente inagotable de arte, porque siguen sonando actuales. Tuve la suerte de conocerle tanto a él como a Rocío Dúrcal. Son dos genios y también les destaco como personas. Mi primer contacto con Juan Gabriel fue gracias a Isabel Pantoja y sucedió tomándonos un vaso de leche fresca. A Rocío Drcal la conocí cuando ya estaba enferma, no pude disfrutarla más, pero fue una maravilla, porque tenía una gracia natural especial, era una gran cómica que se reía hasta de su sombra.

–La otra figura que le marcó fue Rocío Jurado, con la que confesó que sintió "un ataque de nervios" al compartir escenario.

–El día que pierda esa responsabilidad no me subiré más a un escenario. La vez que canté con Rocío Jurado sentí algo diferente y puedo decir que toqué el cielo, y varias veces, porque he tenido esos momentos íntimos con Juan Gabriel, cuando canté una misma canción junto a él y Miguel Poveda, y nos ha bailado Isabel Pantoja.

–¿Qué sueño aún le falta por cumplir en un escenario?

–Me hubiese gustado hacer un dueto con Lola Flores, que esa es mi artista, la que "no cantaba, no bailaba, pero no se la pierdan".

–Hablaba antes del respeto en el escenario. ¿Se ha perdido?

–Sí creo que se ha perdido el respeto. Los cantantes debemos ser como los bailarines, que convierten el escenario en un templo. Y eso debe extenderse a cantantes, actores y demás artistas. Hay que cumplir contigo y con tu público, se llama disciplina, y no debe permitirse que se pierda.

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