Opinión

Mariano Pola: 140 años de la muerte de una persona clave en la historia industrial de Gijón

Fue parte decisiva de las factorías La Asturiana y La Industria, que protagonizan la exposición del Palacio de Revillagigedo

Mariano Pola, fotografiado por Alfredo Truan Luard en 1885.

Mariano Pola, fotografiado por Alfredo Truan Luard en 1885. / Luis Miguel Piñera

El 18 de abril de 1884 (ahora hace 140 años) Mariano Suárez-Pola y Gutiérrez fallecía en Madrid. En la exposición "Orto y ocaso. Vidrio y loza en Gijón. Siglos XVIII-XX" que podemos ver en el Palacio de Revillagigedo se pone en valor –entre otras muchas cosas– la importancia de Mariano Pola en la historia industrial de Gijón. Las "protagonistas" de la exposición son la fábrica de vidrios La Industria (en Begoña, donde las actuales calles dedicadas a Anselmo Cifuentes, Alfredo Truan y alrededores y fundada en el año 1844) y la fábrica de loza La Asturiana en El Natahoyo. El llamado Parque de la Fábrica de Loza facilita la ubicación de La Asturiana en el año 1876. Mariano Suárez-Pola, Mariano Pola, fue parte decisiva de ambas factorías pioneras en la industrialización gijonesa.

Emigrante a Cuba

Mariano Suárez-Pola y Gutiérrez nació en Luanco el 28 de noviembre de 1800, su padre fue Manuel Antonio Suárez-Pola y Fernández-Loredo y su madre María Antonia Gutiérrez. Nueve hijos tuvo el matrimonio, Mariano fue el segundo. El padre de Mariano se trasladó a Pontedeume (La Coruña) con su esposa y los hijos e hijas menores y allí fundó la empresa Antonio Fernández-Loredo y Compañía, y en Luanco quedaron el resto de hermanos, Mariano entre ellos. Todos y todas al cuidado de su abuelo materno Manuel Gutiérrez piloto de marina jubilado.

En junio de 1816, con 16 años, Mariano Pola emprende viaje a Galicia para tras pasar una temporada con padres y hermanos, y allí toma la decisión de emigrar a Cuba. A finales de octubre de 1816 llega a La Habana. Trabaja en tiendas de carne, de tejidos y luego se asocia con el avilesino Juan Álvarez formando enseguida su propia compañía comercial marítima, con dos goletas. En Cuba trabaja desde los 16 hasta los 40 años, y a esa edad vuelve a España con un cierto capital. Muchos datos sobre la vida de Mariano Pola en la publicación "Arte e industria en Gijón (1844-1912)" (1991).

Fábricas en Gijón

Mariano Pola pasa a residir en La Coruña y allí establece contacto con quien era director facultativo de la fábrica de vidrios de la capital gallega: Luis Truan Lugeon. Ese contacto fue decisivo para que ambos pensasen en instalar una fábrica similar –de vidrios también– en algún lugar de Asturias. Barajaron otros lugares, Luanco por ejemplo, pero en Gijón terminó siendo y eso con la colaboración del industrial gijonés Anselmo Cifuentes.

La Industria, la fábrica gijonesa de Cifuentes, Pola y Compañía, se constituyó en el año 1844 y empezó a funcionar en 1845. Mariano Pola participó también en Gijón en la fundación de la compañía naviera de Melitón González, y en 1875 en la fundación de la fábrica de aglomerados Pola-Guilhou (Mariano Pola y Numa Guilhou) en La Braña. Al año siguiente formó junto con José Rosal la compañía Rosal y Pola que fabricaba loza con el nombre de La Asturiana.

Ya retirado de los negocios, a los 69 años, colaboró para poner en marcha un instituto para enseñanzas primarias a niños y niñas en Luanco. El 18 de abril de 1884 Mariano Suárez-Pola muere en Madrid cuando desde Málaga se dirigía a Gijón en compañía de su hermana Ángela. En su testamento figura la construcción en Gijón de una escuela de párvulos que recibió el nombre, a partir de 1908, de Asilo Pola. Vemos el edificio muy cerca de donde estuvo la fábrica de vidrios, hoy es el Museo Nicañor Piñole.

Mariano Pola: 140 años de su muerte

Pola, en un retrato del gijonés Ventura Álvarez Sala en 1909. / Museo de Bellas Artes de Asturias

La Industria y La Asturiana

El primero de octubre de 1844 fue un día importante en la vida de la ciudad de Gijón. Esa fecha es la que marca el comienzo de la fábrica de vidrios La Industria con la constitución de una sociedad anónima llamada así, La Industria, y que tenía por objeto establecer una fábrica vidriera en la ciudad y, curiosamente, en la escritura de constitución figuraba que iba a tener una duración de nueve años, "luego los socios decidirán por mayoría si, después de concluido el término de su duración, ha de continuar". Evidentemente la fábrica continuó muchos años más y, como decimos, pasó con letras mayúsculas a la historia industrial de Gijón. Mariano Suárez-Pola, aportó la mitad del capital; y Anselmo Cifuentes y Luis Truan Lugeon la otra mitad. La parte económica y administrativa estaba a cargo de Mariano Pola y Anselmo Cifuentes, y la dirección facultativa dependía de Luis Truan.

En 1876 Mariano Pola y José Rosal fundaron en una zona de El Natahoyo llamada Cortijo (porque había estado ahí un "curtijo", una empresa de curtido de pieles) la fábrica de loza La Asturiana. De su puesta en marcha se encargaron ingenieros ingleses y eso motivó que su loza feldespática nada tuviera que envidiar a la inglesa. De Inglaterra vinieron las máquinas, la tecnología.... Las figuras, platos de colgar, jardineras y jarrones realizados para la Exposición Regional de 1899 asombrarían a los visitantes. Fue considerada una de las tres mejores fábricas de loza de España, junto con las de San Juan de Aznalfarache y La Cartuja, ambas en Sevilla.

Fue esta fábrica la primera en Gijón en establecer la llamada "semana inglesa", para los empleados de las oficinas no para los talleres. Consistía en descansar los sábados por la tarde, lo que era todo un privilegio laboral en la época. En el año 1988 se derribaron las instalaciones de La Asturiana –se conservó "el palacio de los Pola" hoy sede de la asociación de vecinos "Atalía"– y la fábrica pasó a Porceyo bajo la denominación de "Porcelanas del Principado".

Su fallecimiento

La noticia de la muerte de Mariano Suárez-Pola y Gutiérrez, hace 140 años, impactó en su Luanco natal y naturalmente en Gijón, donde residía (en la calle Corrida). Su cadáver llegó desde Madrid en ferrocarril a la Estación del Norte el domingo día 20 de abril. Al día siguiente desde su domicilio hasta el cementerio de Ceares la comitiva fue muy numerosa, parando un momento delante de la fábrica de vidrios antes de emprender la subida por la llamada entonces Subida a Ceares hoy avenida de los Hermanos Felgueroso. En su esquela leemos que era Caballero Gran Cruz de la Real Orden Americana de Isabel la Católica. Tenía también la Cruz de Carlos III.

El funeral fue el día 23 de abril a las diez de la mañana en la iglesia de San Pedro. Nueve años más tarde, el día 26 de agosto de 1893 el Ayuntamiento de Gijón puso su nombre a la calle que empieza en lo que hoy es el Museo del Ferrocarril de Asturias y termina muy cerca de donde estuvo la fábrica de loza La Asturiana. Termina justo donde comienza el Camino del Cortijo.

Ese mismo día de agosto de 1893 se aprobaron también las calles dedicadas a Servando Ruiz Gómez, Casimiro Domínguez Gil, Anselmo Cifuentes, Pedro Duro, Numa Guilhou y Alfredo Truan. Esta última no donde hoy la conocemos sino en la zona de la actual plaza de Europa,

No están en El Sucu los restos de Mariano Pola. Treinta años después de su muerte, el 4 de febrero de 1914, tras solemnes actos en Gijón y Luanco, sus restos, "un pequeño ataúd con sus cenizas", fueron trasladados a su villa natal. En el interior de la iglesia de Santa María en Luanco se encuentran.

Suscríbete para seguir leyendo