División canina en San Lorenzo: "El Rinconín es pequeño"

Los usuarios de la playa, repartidos entre dar más espacio a las mascotas o mantener el actual

Marcos Carballo y Geli Priede, con "Kiru", ayer, en San Lorenzo.

Marcos Carballo y Geli Priede, con "Kiru", ayer, en San Lorenzo. / Ángel González

Pablo Palomo

Pablo Palomo

La presentación anual del informe de sugerencias del Ayuntamiento ha coincidido casi en el tiempo con una fecha marcada en rojo en el calendario para los dueños de perros. La del primero de mayo, que significa el inicio de la temporada de baños y el arranque del exilio estival peludo a la playa del Rinconín. Las quejas en el informe, como ayer en la playa de San Lorenzo, van en las dos direcciones. Es decir, entre aquellos que piden delimitar más y mejor el espacio que tienen en la arena los propietarios de las mascotas, y los que reclaman dejar más metros cuadrados para el esparcimiento de los compañeros de cuatro patas en el principal arenal de la ciudad. Enarbolan, estos últimos, una vieja reclamación casi estacionaria. La de permitir bajar en horario nocturno a los perros a la playa durante la temporada estival. "La subida de la marea limpiaría la arena", explican.

Tatiana Casasola y Silvino García son dos ovetenses que ayer se escaparon a la capital verde del Principado para dejar suelta a "Nora", una perrita que era todo cariño y ganas de correr. Visitan Gijón con cierta frecuencia y, aunque no son habitantes del universo playu, tienen claro que se necesita más espacio para los canes en la ciudad. "Tienen poco hueco y además la del Rinconín se queda muy pequeña", concretaron. Ellos tuvieron una mala experiencia con otra mascota, que mordió a "Nora". Desde entonces, no han vuelto. "Esa playa, al ser tan pequeña, debería ser solo para la gente que tiene mascotas", comentan, antes de seguir su camino, protegiéndose los ojos con las manos para librar la fuerte ventisca arenosa que soplaba ayer por la bahía.

Marta Robles, con «Max, ayer, en San Lorenzo. | Ángel González

Marta Robles, con «Max, ayer, en San Lorenzo. | Ángel González / Pablo Palomo

Geli Priede, por su parte, sí es de Gijón. Ella acude muy habitualmente a la playa de San Lorenzo con la perra que es propiedad de su madre. El can se llama "Kiru". Ella precisamente es de las que cree que con el sitio que hay ahora en San Lorenzo las cosas están bien. "Lo veo adecuado", asegura. Eso sí, a ella no le gusta ir al Rinconín y por eso en verano, al vivir por la zona de El Llano, opta por otras soluciones como el parque de Los Pericones. "Entiendo que la gente que vive en el Centro lo tiene más complicado en esas fechas, pero también entiendo que si estás tomando el sol no te apetezca que aparezca un perro", expresa. "Debería, quizás, haber una zona que estuviera bien acotada para ellos", dice, para evitar males mayores.

Marta Robles es la dueña de "Max", un perro adorable aunque algo gruñón cuando se le acercan congéneres de mayor tamaño. Ella apuesta por aumentar el espacio para los perros. "Esta playa es un lujo para ellos y creo que, hasta la escalera ocho, cuando se hace de noche en verano, se podría bajar. La marea limpiaría todo. Debe haber un equilibrio", comenta. "Hay sitio para todos y a veces hay que convivir con más basura de los humanos que con excrementos de perros", dice, por su parte, Lucía García, dueña de "Tambor".

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