"Gijón de pinchos" cautiva el paladar: "Hacer una ruta siempre es atractivo"

"Gijón de pinchos" ya sacia el apetito. El certamen gastronómico, en su decimosexta edición, asoma por las mesas y barras de los 60 establecimientos participantes, que ofrecerán hasta el 26 de mayo sus propuestas culinarias para llenar el paladar de los comensales. En el restaurante Mamaguaja, en la calle Marqués de San Esteban, se puede degustar la tapa "Refrigerio", ideada por el jefe de cocina, Fernando Viñuela, un "pequeño tentempié" que consiste en un guiso de calamar mexicano al que no le falta la cebolla o el pimiento. "Pica un poco", reconoce Viñuela, que ensalza el "contraste" del pincho gracias a un cremoso de tuétano de ternera asturiana. Todo secundado por un pan vietnamita que primero se hace al vapor y luego se fríe. Viñuela buscó darle un toque original. "Son muchos concursos ya y quería hacer algo de calamar", señala el chef del Mamaguaja, que reivindica que la tapa "está gustando mucho". "Hemos comenzado más fuerte que el año pasado", apunta Fernando Viñuela, para el que la iniciativa "Gijón de pinchos" es una manera de "fomentar la creatividad" entre fogones y de impulsar el movimiento en barra. "Anima a la gente a salir de casa, a tomar algo con amigos. Hacer una ruta de pinchos es bonito y atractivo", subraya.

Precisamente de ruta estaba ayer el matrimonio formado por José Luis Martínez y Alba Pertierra, encandilados por "Las tres cucharas de mi abuela", la apuesta de la pulpería "A Feira", en El Carmen. "Somos de Oviedo y venimos específicamente para esto", afirmaba Alba Pertierra. "Vamos de pincho en pincho", bromeaba mientras Martínez apuraba su tapa. "Es algo distinto a lo que estamos acostumbrados", destacó sobre la tapa, que brinda tres bocados de la especialidad de la casa, con pulpo con cachelos, una segunda variante con vinagreta, guacamole y cilantro y, además, un guiso con pimiento, cebolla y calamar. "Quisimos innovar", indica la cocinera Nitza Navas. "Son platos típicos que mi abuela hacía cuando era pequeño. Quería recordarla", explica el supervisor, Federico Silvera, que apostilla que el matiz de la vinagreta obedece a la etapa que ella vivió en Uruguay. En el pasado certamen, la pulpería vendió casi 400 pinchos. "Tuvo mucha aceptación", asegura Silvera, que confía en que la tónica continúe.

Puede que la milla de oro de la hamburguesa esté en el centro de Gijón, pero en la zona oeste este alimento también se abre hueco, como en el café Naval, que este año concurre con "Navalito", una minihamburguesa con base de queso, tomate, pollo y bacon ahumado por encima. "Varios clientes lo han pedido y dicen que está muy rica", comenta la camarera Noemí Murias, para la que el certamen invita a dinamizar la hostelería. "Ojalá venga mucha gente", desea Murias. "Gijón de pinchos" no ha hecho más que empezar en los 60 establecimientos que compiten por alzarse con los premios a las mejores elaboraciones. Pero más allá de galardones, los grandes beneficiados serán los comensales, que tienen decenas de alternativas para llevarse a la boca suculentas delicias.