Un año de mandato | El análisis de la oposición municipal | Sara Álvarez Rouco Portavoz de Vox en el Ayuntamiento

"No veo nada en este gobierno distinto de las anteriores políticas socialcomunistas"

"Tenemos una Alcaldesa personalista, que esconde falsedad bajo su aparente buenismo y con un proyecto que poco aporta, salvo promesas"

Sara Álvarez Rouco, sentada en un banco de Campo Valdés.

Sara Álvarez Rouco, sentada en un banco de Campo Valdés. / Juan Plaza

El pacto firmado con Foro a cambio de dar los votos de sus dos concejales a Carmen Moriyón como Alcaldesa llevó a Vox a empezar el mandato como miembro del gobierno local de Gijón. Vox ya ni está en el gobierno ni tiene dos concejales. Sara Álvarez Rouco es ahora la única integrante de un Vox en la oposición tras ver como Moriyón expulsaba a su partido del gobierno y como su compañero, Oliver Suárez, abandonaba la militancia para, como edil no adscrito, mantenerse del lado de Foro y PP.

–¿Fueron traicionados o fueron unos incautos?

–Incautos, no. Firmamos algo con unas personas que resultaron no ser de fiar. Nos traicionaron ellos y luego nos traicionó una persona que estaba con nosotros. Al final, nos traicionó todo el mundo.

–¿Ellos es Foro?

–Por supuesto. Lo que vemos es una Alcaldesa poco de fiar que está ahí gracias a nuestros votos. Lo que hizo es amoral. Es una persona que lo único que hace es velar por sus intereses. No por los de Foro, por los suyos propios.

–¿Y esa otra persona tiene nombre y apellido?

–El señor Suárez. Ha traicionado a quienes le votaron a mayor gloria de sus intereses. No hay relación con él, porque con los traidores no se puede tener ninguna relación. Eso vale para él y para las personas del gobierno local.

–¿Lo de su excompañero tampoco lo vieron venir?

–Puedo decir que cuando pasó, no. Luego, con el tiempo, vas atando cabos y ves que lo tenía un poco planificado. Foro vio en él una fisura dentro de Vox y se aprovecharon.

–O sea, que para usted el cisma no fue por sus declaraciones sobre el Festival de Cine. ¿Echar a Vox era algo planificado?

–Si no hubiera sido por el FICX, hubiera sido por las ordenanzas fiscales que no queríamos firmar porque no estaba la disminución paulatina del IBI que habíamos incluido en el acuerdo programático o por cualquier otra cosa. La Alcaldesa dijo antes de las elecciones que no quería a Vox en su gobierno y lo que hizo fue utilizarnos. Ella es una persona amoral y éste es un gobierno ilegítimo que está ahí gracias a Vox.

–¿El papel del PP como tercer socio de gobierno?

–Hablamos con ellos en su momento y nos dijeron que su acuerdo solo era con Foro, no con Vox. Pero que no lo olviden, este gobierno fue gracias a Vox, no a un pacto entre Foro y PP. Todos son poco de fiar.

–Al margen del paso del gobierno del tripartito al bipartito, ¿cuál es su balance de este año. ¿Cómo ve Gijón?

–Aquí lo que llama la atención es la abundancia de titulares sobre proyectos incumplidos o en fase de estudio o con un futuro incierto. La ciudad está adormecida y lo único que parece revitalizado ahora mismo es el movimiento vecinal. Un indicador de que los ciudadanos no están viendo cumplidas sus expectativas sobre las promesas electorales. ¿Balance? Negativo porque no hay nada materializado. Solo promesas.

–¿Lo mejor y lo peor?

–Lo mejor es que, de momento, las izquierdas han dejado de ser decisivas y se han bloqueado algunas políticas que estaban condicionando el futuro de Gijón, como en el caso de la movilidad. Y lo peor el excesivo personalismo de la Alcaldesa y la falsedad que se esconde bajo su aparente buenismo. No gobierna para todo Gijón, para Vox no gobierna. Estamos en manos de un proyecto que salvo promesas poco aporta a la ciudad y que está haciendo bueno el concepto de Gijón como la ciudad de los proyectos eternamente inacabados.

–Movilidad bien, ¿entonces?

–Se debate con la herencia recibida, tanto es así que nos vamos a comer con patatas la zona de bajas emisiones de La Calzada impulsada por el anterior gobierno socialcomunista. Pero hay que reconocerles el Muro, que ha vuelto a ser una vía de circulación útil para los gijoneses. Es como en el resto de las concejalías. Solo vemos continuismo.

–¿El proyecto para Naval Gijón es un buen proyecto?

–Es un proyecto bueno que abre esa parte del litoral. Se compraron los terrenos de la Autoridad Portuarita pero faltan los de Pymar; vamos a ver qué pasa. Es lo que decimos, son todo incertidumbres. Ahora mismo nada está materializado.

–¿La unidad social y política en contra del vial de Jove en superficie hará recapacitar al Ministerio?

–Es un vial muy necesario por la situación de contaminación de la zona oeste y sobre el que todo Gijón está de acuerdo. Vamos a ver cómo se portan las tres administraciones, porque éste es un tema de tres; pero aquí el equipo de gobierno tiene que dar la cara y ser muy contundente. ¿Qué hicieron los anteriores gobiernos regionales y municipales para llevar en sus programas una infraestructura que no ha llegado a salir? Es un tema para reflexionar.

–Eso nos lleva a otra: la estación intermodal

–Es la razón de ser del Solarón y a partir de ella deberían estructurarse todas las propuestas para ese espacio. De momento solo contamos con unas bonitas infografías que sirven para entrener a los ciudadanos. Nada más. Gijón es la única ciudad de su categoría en España que no cuenta con una estación a la altura de sus necesidades.

–Para el Solarón qué quieren, ¿parque o pisos?

–El problema del Solarón es que se está convirtiendo en una sala de subastas. Todo el mundo va y da su oferta. Uno quiere edificios de mucha altura, otros de poca, otros un parque que sea un pulmón... Si recordamos, Foro cuando gobernó quería una cosa, luego el pulmón, ahora edificios. La realidad es que esos terrenos tienen unos dueños y, nos guste más o menos, tienen que darles una rentabilidad. Eso es imprescindible y solo se consigue con la construcción de bloques de vieindas. Hay que hablar con los constructores, ver qué consideran viable allí y luego combinarlo con la pretensión, legítima, de tener un parque. Hay que hacer un mix. Quizás con edificios de menos alturas.

–¿Ve avances en la acción política para activar la economía local?

–La concejalía de Economía se mueve en el continuismo del gobierno anterior. No se hace nada por los autónomos, seguimos con una gran burocracia que entorpece los procedimientos, no se favorece la iniciativa empresarial, tenemos casi 17.000 parados. Y como digo, ese continuismo es extensibles a todas las concejalías. ¿Qué hicieron de nuevo? Yo no veo nada que pueda distinguirse de las políticas socialcomunistas del mandato anterior.

–La estrategia económica se ha definido en el pacto de concertación.

–Sí, muy bien, un pacto, pero ¿se va ejecutar de verdad?, ¿va tener resultados? Aquí estamos llenos de pactos, de planes, de estudio y de informes y sirven al final para algo. Solo sirven si realmente tienen resultados.

–¿Comparte la "vía gijonesa" de la cultura?

–En el ámbito de la cultura hay inconcreción. Las buenas palabras no valen de nada ante la ausencia de proyectos. Ya que de Gijón se quiere hacer un referente de la cultura lo que hay que hacer es revitalizar el itinerario museístico de la ciudad y darle una promoción adecuada. Y tenemos Tabacalera que sigue siendo un proyecto inacabado después de tantos años. No hay una planificación que permita hablar de Gijón como una referencia cultural y mucho tienen que cambiar las cosas en estos tres años que quedan para que veamos algún proyecto realizado por parte de la Alcadesa más allá de discursos de copa en mano.

–Tampoco cumplió Foro lo firmado con ustedes en materia de igualdad.

–Ni eso, ni otras cosas. Nosotros solo decimos que hay muchas asociaciones, de mujeres y de otros ámbitos, que reciben unas ayudas que podían dedicarse a otras cosas. A política social o cultural, por ejemplo. Vox habla de políticas de igualdad, de cultura o sociales... y no, que eso es un tema de la izquierda. No, no es un tema de la izquierda. Esas políticas no son propiedad de ellos.

–Con ustedes en el gobierno salieron a la calle colectivos de mujeres, artistas, defensores del asturiano... ¿Algo orquestado?

–No sé si fue orquestado o no, lo que está claro es que hay a quien le interesa entender mal las políticas de Vox y que al resto de los partidos les viene bien tergiversar el mensaje de Vox. Cuando salieron a la calle los artistas fue por unas declaraciones en la radio que aclaré muchas veces. No era que no se cantase en asturiano, lo que no queríamos era que esos artistas tuvieran esa plataforma para defender el asturiano. A mí me da igual en qué canten, pero lo otro, que se lo paguen de su bolsillo, no del de los gijoneses.

–¿Tiene relación con el resto de la oposición de cara a iniciativas conjuntas o se la excluye?

–En el Ayuntamiento la ideología prima de manera notabilísima. Las izquierdas viven una cruzada contra las ideas conservadoras, hasta tal punto que no nos aprueban nada irracionalmente. Y en cuanto a mi relación, vivo soportando afrentas y exclusiones antidemocráticas en una estrategia para tratar de acallar a Vox.

–¿Qué afrentas?

–Todo es un desprecio a Vox. Yo separo mucho lo que es el partido de las personas y en ese sentido tengo buen trato con los concejales del PSOE. No así con los de Podemos e IU y, por supuesto, con el gobierno.

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