Un gijonés recuerda su mili en el Sáhara a través de las cartas que enviaba su mujer

"El libro es una catarsis, hay escenas que me ponen la piel de gallina", destaca el escritor Lucas Castillo

Lucas Castillo con su libro "El Sáhara no existe".

Lucas Castillo con su libro "El Sáhara no existe". / Ángel González

Pablo Antuña

Pablo Antuña

Cuenta Lucas Castillo que, pese a más de una mudanza y el paso de casi medio siglo, las cartas que envió a su mujer mientras cumplía con el servicio militar en su destino de El Aaiún, en el Sáhara, no llegaron nunca a perderse. Estaban ahí con toda esa historia y experiencia. Hasta que despertó su ilusión por contarla. "Siempre tuvimos mucha empatía con el pueblo saharaui, estaba ahí como un pueblo hermano, pero esa carta de Pedro Sánchez en la que se pone a las órdenes de Mohamed VI hizo que en mí algo se rebelase. Entonces me puse con ello, recopilé y ordené todas esas cartas, y salió este libro adelante", cuenta este escritor madrileño, afincado en Gijón desde hace algo más de una década, que acaba de publicar el libro "El Sáhara no existe", con sus vivencias de su estancia en el territorio africano en 1975.

No ha sido fácil contar la experiencia. Son muchos recuerdos acumulados. "El libro es una catarsis, hay escenas que me ponen la piel de gallina", rememora el autor. "Dicen que en la mili te enseñan a ser un hombre, pero yo ya lo era, en el sentido de que no tenían que enseñarme nada. Estuve dando clases y ayudando a la gente de la mejor manera que podía", añade.

Castillo, autor de otras obras como "Siete rayas tiene mi calcetín", "El halcón no bebe alcohol", "Las lágrimas de Abraham" o "La tarabica desencajada", se sumerge ahora en un relato que le sirve como denuncia del abandono del pueblo saharaui. "Me encontré al llegar con muchos incidentes, ataques a la frontera y situaciones muy difíciles", destaca Castillo, antes de poner un ejemplo: "Un día, al poco de llegar allí, me tocó buscar una bomba en el aeropuerto. Otra vez nos encontramos con los restos de un cuerpo tras una explosión, y nos dimos cuenta de que con solo 21 años estábamos recorriendo un camino innecesario y amargo".

En el libro reproduce algunos fragmentos de las cartas enviadas, que servían para contar lo que sucedía, y también como "una vía de escape", durante la estancia de casi un año en el Sáhara. "Me servía para estar conectado, porque uno de los pocos momentos alegres que teníamos era cuando llegaban, decían tu nombre y te lanzaban una carta", comenta.

Lucas Castillo también aprovecha para analizar la situación actual, que considera que ha quedado olvidada ante otros conflictos en el mundo. "El Sáhara es una de las zonas más ricas de África, con sulfatos, uranio, cobre, cinc y toda clase de minerales. Además, Estados Unidos está apoyando a Marruecos por el interés que tiene para ser la puerta de entrada en el Mediterráneo. Por esas claves está el conflicto y por el que le interesa el Sáhara a Marruecos", detalla Castillo.