Un viaje a los planos que dibujaron el "boom" de Gijón: así es la exposición sobre los arquitectos Del Busto y De la Cruz

Una muestra comisariada por el historiador Héctor Blanco resume la aportación "clave" de los dos protagonistas a la arquitectura de la ciudad en el siglo XX

Hace ahora 150 años, buena parte del diseño arquitectónico del Gijón de la primera mitad del siglo XX dependía de dos bebés: de Miguel García de la Cruz, que tenía por entonces apenas dos meses y vivía en la propia ciudad, y de Manuel del Busto, que pasaba sus primeras semanas de vida en Pinar del Río, Cuba. "Les separaban más de 7.000 kilómetros y en medio había una ciudad que, urbanísticamente, era adolescente", señala Héctor Blanco, historiador, colaborador de LA NUEVA ESPAÑA y comisario de la nueva muestra que, en el marco del 150.º aniversario del nacimiento de ambos autores y del Día Mundial de Modernismo, se inauguró este lunes en la Casa Natal de Jovellanos y en la que se resume la importante obra arquitectónica de ambos profesionales, en la que se incluye obras clave como el Muro de San Lorenzo, la Casa Paquet y la Antigua Pescadería. Su legado, sin embargo, corre peligro, porque en palabras de Blanco desde hace décadas varias de estas construcciones han sido "deformadas" con recrecidos o intervenciones "muy poco afortunadas".

El comisario de la muestra había propuesto algún tipo de proyecto que homenajease a estos dos arquitectos en el marco de esta efeméride y celebró que, siendo poco habitual, aquella idea acabase convirtiéndose en un proyecto más ambicioso de lo que él mismo esperaba. "Suele ser al revés", reconoció. En la inauguración, a la que acudieron decenas de personas –también familiares de los dos homenajeados–, estuvieron presentes el edil Guzmán Pendás –cuya concejalía colaboró al nutrirse gran parte de la muestra del archivo municipal– y la edil de Cultura, Montserrat López Moro. "Ambos arquitectos tuvieron una dilatada trayectoria en la ciudad", destacó esta última. "Con esta exposición se recuperan dos figuras clave que constituyen una parte fundamental del patrimonio histórico y artístico de la ciudad. Nos demuestra la importancia de la conservación de sus obras y evitar reformas y añadidos en sus edificios, aún hoy tan habituales", recalcó Lucía Peláez, responsable del museo que acoge la muestra. Sí aclaró después Blanco que hay ejemplos de intervenciones "muy acertadas" en estos edificios de la época modernista, historicista, decó y racionalista. Algunos de ellos son la rehabilitación de lo que es hoy el Hotel Môderne y la propia Casa Paquet. Estos responsables estuvieron acompañados por Saturnino Noval, que colaboró estrechamente con los organizadores para sacar adelante el proyecto.

La muestra se ha bautizado con el título "Arquitectura, ciudad e identidad" y abarca el trabajo de ambos profesionales entre 1902 y 1948. El trabajo reúne 55 planos y dibujos de ambos profesionales –de ellos, 52 se lograron gracias al archivo municipal–, así como un par de maquetas y detalles como un retrato de Del Busto realizado por Nicanor Piñole y "nunca antes expuesto", según aseguró Blanco. Se ha buscado que la exposición facilite un recorrido integrado de ambas trayectorias y, para ello, el museo destina dos de sus salas de la primera planta. La más amplia, y siguiendo un orden cronológico en el sentido de las agujas del reloj, se resume la trayectoria arquitectónica con la que ambas firmas marcaron una época de "expansión" de la ciudad. Recordó Blanco que, cuando estos dos profesionales nacieron, Gijón, a grandes, rasgos, se "terminaba" por el oeste en lo que es hoy el Museo del Ferrocarril y, por el este, a la altura de la escalera 5, en Capua. De ambas firmas fue el proyecto del Pabellón del Casino de Gijón (1906), de la mente de Del Busto surgió el escenario del antiguo Teatro Robledo y de la de De la Cruz lo que es hoy la Antigua Pescadería y el icónico Muro de San Lorenzo, cuya balaustrada marcó tendencia. En la sala anexa, más pequeña, hay un par de maquetas, el citado retrato de Del Busto, y en la principal se reserva espacio para varias vitrinas con detalles como la cápsula del tiempo que se recuperó bajo la primera piedra de la Escuela de Peritos, obra de De la Cruz y hoy ya derribada.