Entrevista | José Manuel Rico Ordás Codirector de la Cátedra de Cambio Climático

"El hábitat de los mariscos ha desaparecido en la costa asturiana"

"Por mucho interés turístico que tenga, la pesca deportiva del salmón debería vedarse inmediatamente en Asturias"

José Manuel Rico Ordás, codirector de la Cátedra de Cambio Climático.

José Manuel Rico Ordás, codirector de la Cátedra de Cambio Climático. / Marcos León

M. C.

Además de decano de la Facultad de Biología de Oviedo, José Manuel Rico es codirector de la Cátedra de Cambio Climático de la Universidad de Oviedo que junto con Bioparc Acuario de Gijón organizó ayer una jornada en sus instalaciones sobre las tesis doctorales que se están realizando en la Universidad de Oviedo y en el Instituto Español de Oceanografía sobre el cambio climático marino.

–¿Cómo está afectando el cambio climático al mar en Asturias?

–Como al resto del planeta, porque es un problema global. Es verdad que en la zona costera se nota más, porque no sólo sufre cambios de temperatura, sino todos los efectos de la acción humana.

–¿Qué piensa cuando escucha que Asturias se está convirtiendo en un refugio climático para el turismo?

–Discrepo mucho del concepto de refugio climático aplicado a Asturias, porque me parece que es trivializar el concepto de refugio climático, algo que tiene más que ver cuando millones de personas que viven en el cinturón árido de África o la zona costera de Bangladesh por las inundaciones que se tienen que desplazar porque la zona en la que viven se ha vuelto inhabitable. Que aquí los turistas vengan porque pueden dormir por la noche está bien, bueno, teniendo en cuenta qué capacidad tiene Asturias para acoger un turismo para el que probablemente no tenga infraestructuras todavía. Estamos viendo el problema ya con los pisos turísticos. Preguntémonos si en los meses de verano la capacidad de depuración que tenemos en la actualidad puede procesar una multiplicación por 2, 5, 10 o 20 del número de turistas. El turismo debe ser sostenible.

–¿Y en la costa asturiana cómo se está notando?

–Particularmente, en los meses de verano. Está aumentando la frecuencia de las olas de calor marinas, eventos en los que la temperatura está anormalmente alta. En los meses de verano la temperatura del mar raramente pasaba de los 20 grados y había veces incluso en los que bajaba por debajo de 14 grados, cuando soplaba el nordeste. Ese nordeste cada vez es menos frecuente y empiezan a darse ya periodos de verano de más de una semana en los que la temperatura del agua está por encima de los 23 grados.

–¿Consecuencias?

–Es un cambio muy grande que está afectando a la mayor parte de las especies típicas de la costa asturiana. Los más afectados son los bosques submarinos de algas, que prácticamente han desaparecido ya de la costa asturiana y a todas las especies de invertebrados y peces que vivían en esos bosques submarinos. Si le preguntas a los pescadores te dirán que hay muchas especies de interés marisquero, como el bogavante, el centollo, la andarica, el santiaguín, el erizo de mar, muchas especies de peces de roca, cuyas capturas han decrecido al desaparecer su hábitat. Otra consecuencia se ve en la costera del bonito, en la que los pesqueros tienen que ir cada vez más al norte, porque es una especie que prefiere aguas más frías que las que se están encontrando aquí. Y luego están apareciendo especies asociadas a climas más cálidos, entre ellos un pez herbívoro, la salema, que está haciendo desaparecer algunas especies intermareales.

–¿Cómo lo ven los pescadores?

–Nos trasladan su preocupación por algunas pesquerías. Si se añade al conflicto que tienen con otros usos del medio marino, como la instalación de los parques eólicos y el incremento de la contaminación en algunas zonas.

–¿Alguna propuesta?

–Abogaría por el desarrollo de los espacios marinos protegidos, que por experiencias en otros lugares del planeta sabemos que favorecen el aumento de las especies incluso las de interés comercial y se puede llegar a coexistencia entre la protección y la pesca artesanal. Llevará tiempo, porque hace falta convencer a los pescadores. Es importante que cuando se establezcan las figuras de protección se cumplan, con la exclusión de toda actividad humana, incluyendo los parques eólicos. Y además de la zona de exclusión debería haber alrededor una zona de especial protección que actúe como tampón. Yo en principio creo que la pesca artesanal es compatible con la protección en muchos casos, pero la de arrastre de fondo no.

–¿Alguna de las tres zonas previstas para parques eólicos marinos en Asturias colisiona con la protección del medio por la que aboga?

–En los mapas del Ministerio había una zonificación muy clara y en las zonas de exclusión no se permitía ninguna actividad, pero en alguno de los planes que he visto hay un cierto solapamiento frente a la costa del occidente. Y además la pregunta que cabe hacerse es si hay tanta necesidad de producción energética como para comprometer la protección del medio marino. Hay que tener en cuenta también que hay muchas aves y mamíferos marinos que migran a través de la costa asturiana.

–¿El cambio climático es el único problema?

–También la sobreexplotación y estoy pensando en dos pesquerías, la del salmón en los ríos y la de la angula, que deberían vedarse inmediatamente en Asturias, son totalmente insostenibles. Muchas veces lo que hace el cambio climático es agravar un problema, porque estas especies suelen tener fases muy sensibles en los estadios larvarios que dependen mucho de la temperatura del agua.

–¿Por qué el salmón?

–No entiendo mantener una actividad por mucho interés turístico que tenga, cuando has constatado que en los últimos 20 años el declive ha sido espectacular. Y la de la angula lo mismo, donde además se va en contra de la racionalidad científica, porque se pesca a los juveniles.

–¿Pueden acabar desapareciendo ambas especies de los ríos asturianos?

–A quien tenga algún tipo de duda sobre esto, yo le diría que mire la serie histórica de los últimos 50 años, con descenso constante.

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