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Crítica / Arte

"Las Edades del Hombre", en Toro (Zamora)

Una oportunidad para disfrutar del arte en muy diversas versiones

Del 27 de abril al 14 de noviembre está vigente en Toro (Zamora) la 21 edición del proyecto cultural "Las Edades del Hombre", que desde su comienzo en Valladolid (1988) y luego en las catedrales de Castilla y León, se asienta ahora en ciudades más pequeñas, pero de gran interés, recibiendo hasta el presente cerca de doce millones de visitantes. En un otero (de donde viene su nombre) o altura abarrancada sobre el Duero, Toro recibe la edición de "Las Edades" que se denomina "Aqva", y se refiere al agua como sede de la vida. Acepta y difunde así la doctrina sobre el cuidado del planeta que habitamos, contenida en la reciente encíclica "Laudato sí" del Papa Francisco.

Son 137 obras de arte repartidas en dos sedes, la Colegiata y la iglesia del Santo Sepulcro, frente al Ayuntamiento, sedes que distan unos 150 metros. Las obras se distribuyen en 6 capítulos:

1.- "Agua de vida" presenta el agua desde una mirada natural, con su uso en la limpieza corporal, el cultivo del campo y la alimentación.

2.- "Preparando caminos" se centra en los acontecimientos que el agua protagoniza en el Antiguo Testamento, como el paso del Mar Rojo, o el agua que Moisés hace brotar de la roca en el desierto.

3.- "Los cielos se abrieron" ensalza la figura de Juan Bautista y el bautismo de Cristo.

4.- "Cristo fuente de agua viva" relata los encuentros de Jesús con el agua, como las bodas de Caná, el encuentro en el pozo con la samaritana, la curación del paralítico en la piscina de Betesda, el lavado de los pies de los discípulos en la última cena, etc.

5.-"El bautismo que nos salva" ofrece al visitante objetos relacionados con este sacramento.

- 6.- "Renacidos por el agua y el espíritu" muestra santos cuya biografía está relacionada con el agua. Los cuatro primeros capítulos en la Colegiata y los otros dos en la iglesia del Santo Sepulcro.

Como vemos, la Iglesia Católica considera el arte como un medio al servicio de la fe de los fieles. Para valorar la categoría estética de las obras presentadas hay que recurrir al catálogo, donde cada obra es comentada por prestigiosos especialistas, como Martín González, Clementina Julia Ara Gil o Jesús Urrea, por citar algunos. La edición de "El Mundo" en Castilla y León incluye cada día el estudio de una pieza concreta.Aquí firman obras Berruguete, Juni, Gregorio Hernández, los Ducete de Toro o Luis Salvador Carmona. Pero también las "Edades" de Toro se ha sumado al homenaje a Cervantes en la cuarta centena de su muerte, con un dibujo de Venancio Blanco y una edición del Quijote impresa en Amberes, 1697.

No todo termina aquí. El patrimonio de Toro es impresionante. En la Colegiata se puede leer perfectamente el tránsito del románico al gótico. Su cimborrio es similar al de las catedrales de Zamora, Plasencia (Torre del Melón) y Salamanca (Torre del Gallo). El Pórtico de la Majestad conserva su policromía original, sirve de entrada a "Las Edades" y recuerda al Maestro Mateo de Santiago de Compostela. Pieza fundamental de esta edición, pero fuera de concurso, por así decir.

Hay un circuito de cuatro iglesias a visitar. La primera, San Julián de los Caballeros, reconstruida a mediados del siglo XVI según planos de Rodrigo Gil de Hontañón. Planta de salón, pero sin las bóvedas nervadas del famoso arquitecto, el mismo que diseñó la torre de la catedral de Oviedo. Le añadieron en 1878 una portada gótica procedente del Convento de San Ildefonso, gemela de la portada de los Novios de la catedral de Palencia, atribuida esta por Gómez Moreno al maestro Gómez Díaz. En la portada se puede leer. "En esta iglesia se mantuvo público el culto católico en tiempo de los Sarracenos". Otra pieza espléndida de su interior es el púlpito, gemelo del de la colegiata jesuita de Villagarcía de Campos. Aquí puede verse también el carro de triunfo para la procesión del Corpus, de estilo rococó, último tercio del s. XVIII. Y también tumbas de personajes ilustres de Toro, como los Vivero, la heroína Antona García o el arcediano Pedro Celestino Samaniego. La segunda capilla a visitar es San Lorenzo el Real, con techumbre mudéjar y textos árabes en caligrafía cúfica, que contiene transitoriamente obras de la Colegiata, como el calvario y tabernáculo de marfil, la maqueta de la Virgen del Trasparente de Toledo, obra del toresano Narciso Tomé, situada debajo del retablo de san Lorenzo pintado por Fernando Gallego. O la famosa "Virgen de la Mosca", pintado el insecto doméstico sobre la rodilla izquierda de María, que tiene nuevo título ("Sagrada familia con Santa Catalina y María Magdalena") y nueva lectura. San José lleva un libro en la mano, cosa muy rara, por lo que se supone que el allí retratado es el toresano y dominico fray Diego de Deza, defensor de Cristóbal Colón,de cuya familia procede esta obra. En cuanto a la joven mujer sentada sobre sus talones con una espada debajo, se identifica como santa Catalina de Alejandría, sin descartar que lleve el rostro joven de Isabel la Católica, a quien Toro defendió frente a Juana la Beltraneja. ¿Qué hace aquí María Magdalena con su tarro de ungüentos? ¿Es que el Niño estaba predestinado a la muerte en la cruz, huella calvinista, o es que había alguna mujer con nombre Magdalena en la familia de fray Diego de Deza? Las otras dos capillas a visitar con interesantes obras de Toro y su alfoz son San Salvador y San Sebastián de los Caballeros. (La presencia de las órdenes militares está viva en Toro. Seis capillas fueron suyas). Necesario es visitar también el Monasterio Sancti Spìritus de dominicas, museo regional de arte sacro, que cumple ahora 700 años. Y Nuestra Señora del Canto, el Cristo de las Batallas y el Monasterio de Clarisas.

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