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Halloween no es tan mal cosa

En defensa de una celebración que tiene su lado positivo por lo que supone de alegría infantil y unión de la familia

Espero que esta sea la última vez que tenga que aclarar algunas cosas. Voy a procurar hacerlo lo más claro posible para que todo el mundo entienda mi postura pero no voy a entrar en discusiones posteriores.

Primero, lo que yo entiendo por el día de difuntos en España. Es un día en que mucha gente honra a sus muertos yendo a los cementerios a visitar las tumbas, las limpian, les colocan flores frescas y rezan y lloran un poquito o simplemente los recuerdan más ese día. Para mí ese día no tiene tanto sentido; mi madre no conoció a sus padres, su madre se murió cuando ella tenía unos pocos meses y su padre poco después. Ella pasó hasta los 14 años interna en un colegio, sin salir ni veranos, ni fiestas, ni vacaciones, nunca. Por lo tanto nadie le habló de sus padres, de los cuales sabía muy poco y por culpa de ello yo tampoco supe mucho de esa parte de mi familia, aunque ahora sé más porque estoy investigando y me siento más cerca de ellos, paso por delante de la que fue su casa y me da una punzada de dolor y de nostalgia. Tampoco la llevaron nunca a visitar sus tumbas, yo creo que aparte de que estaban en el cementerio de Gijón, no sabía dónde y yo tampoco.

Yo sé dónde está el panteón de los Álvarez-Buylla en el cementerio de Oviedo, donde están enterrados mis padres. He ido varias veces pero no muchas y nunca en el día de los difuntos. De todos modos yo soy muy respetuosa con todas las creencias y costumbres y me parece estupendo que la gente visite los cementerios ese día.

Ahora voy a explicar el porqué cuento esto y es para explicar lo que es para mí Halloween, porque mucha gente me increpa por celebrar esa fiesta pagana y extranjera. Primero, dos de mis nietos tienen un cincuenta por ciento de sangre anglosajona en sus venas y ese cincuenta por ciento tiene sus propias tradiciones que yo respeto. Ellos celebran esos días con fiestas, disfrazándose con temas cercanos a la muerte, esqueletos, vampiros, brujas etc, pero sobre todo es una fiesta infantil y a los niños les encanta disfrazarse. Preparan las calabazas para meterles luces dentro y colocarlas alrededor de las casas, se divierten haciendo esto, yo también me divertí preparando las calabazas para un Halloween que estaba en América. Los alumnos se disfrazaron todos y las profesoras también, tuvimos una merienda en la que todo el mundo trajo cosas ricas y luego nos fuimos por las casas de sus amigos a pedir el truco o trato. La gente, muy amable, nos sacaba bolsas llenas de caramelos, galletas y chocolate. Nos divertimos muchísimo y decidí celebrarlo de la misma manera cuando estuviera en España, en honor a mis nietos y porque me pareció estupendo. Desde luego no oí a nadie hablar de Satán o prácticas satánicas o chifladuras por el estilo. Supongo que habrá en algún sitio porque hay chiflados para todo, pero no tiene nada que ver con lo que es la fiesta en sí.

Decir que es una fiesta extranjera y que nosotros tenemos que seguir sólo lo nuestro me parece una tontería, porque se puede ir perfectamente al cementerio y luego celebrar en casa un Halloween animado y genial. No hay nada mejor que incorporar a nuestras costumbres fiestas originales de otros países porque para mí todo lo que sea hacer más feliz la vida a los demás y a ti misma pues adelante. Puedo garantizaros que las cien personas que se reunieron en mi casa, cincuenta niños, cincuenta padres y una abuelita disfrutamos de lo lindo. Algún niño se escondía al final porque no quería marchar, se fueron cargados de caramelos pero era como si llevaran un tesoro.

Si me queréis contar alguna fiesta que merezca la pena y se celebre en cualquier país del mundo, la adopto encantada de la vida. La única pega es que la familia trabajamos un montón para organizar el festejo, pero si lo hacemos con gusto, vivan las fiestas. Otra ventaja es que se gasta poco porque cada familia trae algo para compartir y eso es lo importante. Eso sí, mi casa nunca está perfecta, pero no me importa, es una casa vivida y llena de cosas. Diseñadores minimalistas, absteneros.

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