Una autopista del mar inglesa

Como no hay mal que por bien no venga, según recordó alguien en memorable ocasión, lo mismo esto del "Brexit" británico sirve para poner en marcha nuevas autopistas del mar, por ejemplo entre Gijón y cualquiera de los grandes puertos británicos. Eso sí, autopista del mar se supone que sin subvenciones europeas, porque ya empieza a quedar claro que cuando uno se va, se va del todo. No hay sitio para ayudas públicas ni hay peticiones de apertura de nuevas rutas, pero se supone que españoles y británicos se seguirán comprando y vendiendo cosas. Una autopista del mar que sea negocio quizá constituya el sueño de navieros y transportistas locales, capaces de moverse en el mapa, europeo o no, con imaginación y decisión. El "Brexit" no cerrará el eurotúnel bajo el Canal de la Mancha ni provocará la parálisis de los puertos del Reino Unido, que tiene dos años para regular los daños en los que se ha metido de hoz y coz por propia voluntad.