Opinión

Concienciación canina

Perros y bañistas en San Lorenzo.

Perros y bañistas en San Lorenzo. / Luisma Murias

Gijón lleva a gala ser una ciudad amiga de los animales –cabe recordar que desde hace varios años hay más canes que menores de edad en el concejo–, como cada día se demuestra en los espacios públicos, donde las mascotas conviven con el resto de ciudadanos sin apenas altercados y son muchos los turistas que eligen este destino precisamente por su amabilidad con los animales. Pero en las últimas semanas se han producido distintos episodios, más graves unos que otros, en los que alguno de esos perros ha provocado ataques a personas. El último caso, precisamente, tuvo como víctima, afortunadamente leve, a una niña de 2 años en el parque de Agustín Plaza Santidrián, en el barrio del Polígono. Casos puntuales, sin duda, pero que quizá convendría tener en cuenta para que una minoría de dueños incívicos no lastre la imagen del resto.

En Gijón, según los datos aportados recientemente por la concejalía de Medio Ambiente, cuyo edil popular tiene también las competencias de Bienestar Animal, se cifra en 37.673 el número de perros que actualmente existen en la ciudad. De todos ellos, hay 1.410 ejemplares que están considerados como potencialmente peligrosos (solo el pasado año se otorgaron hasta 153 nuevas licencias). La mayoría de dueños de estos animales, estigmatizados por la raza, defienden sistemáticamente que, con buen trato y control, son mascotas como cualquier otro tipo de perro. El problema radica, una vez más, en sus dueños, y sobre ellos debería recaer el control de la Administración para evitar casos como el ocurrido en Tremañes, en el que unos perros enviaron al hospital a una corredora tras haber herido días antes a otras tres personas. No fue algo sorpresivo ni puntual, sino reiterado, y a punto estuvo de terminar en desgracia si no es por la intervención ciudadana y policial, que logró ahuyentar a los animales que estaban mordiendo a su víctima.

Llevar a los perros atados por la calle –a excepción, claro está, de los lugares donde pueden correr sueltos– es una obligación de cada dueño. Más allá de evitar la sanción económica por el incumplimiento, está la importancia de tomar conciencia de que también son muchos los ciudadanos a los que les dan miedo los perros. E igual de importante es la recogida de las heces de las mascotas. Según datos de la empresa municipal Emulsa, se retiran de las calles 227 excrementos cada día, lo que se traduce en un coste anual de 360.000 euros.

En los últimos días el calor ha sido protagonista, motivando que muchos comenzasen ya a tomar el sol o a bañarse en la playa de San Lorenzo, donde buena parte del año, del 1 de octubre al 30 de abril, los perros pueden corretear entre las escaleras 2 y 8. Ahora, cada vez es más frecuente que la temporada de baños arranque antes (como se ve estos días) y que concluya después, como ocurrió el pasado año, cuando el buen tiempo acompañó casi todo el mes de octubre. Eso motiva la convivencia de perros, bañistas y paseantes. Para una buena convivencia resulta clave que los dueños, como la mayoría hacen, estén concienciados de su responsabilidad.